PROFESORAS || Luimelia

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Narra Amelia

El resto del fin de semana fue tranquilo, nos quedamos en casa viendo pelis y comiendo todo tipo de cosas y ninguna sana. Preparamos las clases para la siguiente semana y disfrutamos de la compañía de la otra. Era increíble cómo podía estar con Luisita sin hacer nada, incluso en silencio, el tiempo volaba, con ella no me aburría nunca.

Pero como todo, llegó el final. Era lunes de nuevo y estábamos listas para volver al instituto. Montamos en el coche y Luisita condujo con calma hasta allí, aparcó y sacó las llaves del coche para cerrarlo.

- Es la primera vez que venimos al trabajo siendo novias oficiales — me dijo Luisita con una sonrisa en su cara.

- Lourdes va a hacer una fiesta cuando se entere — le contesté yo.

- Tampoco creo que le sorprenda mucho, ella ya sabía mis intenciones desde el principio y yo siempre consigo lo que quiero... - me dijo ella coqueta.

- Uyyy que subidito lo tiene señorita Gómez— le dije yo mientras me acercaba a ella. Me moría por besarla en este momento, pero me di cuenta de en el sitio que estábamos y que no era conveniente que alguno de los alumnos nos viera.

- Amelia, Amelia... ¿quieres besarme? — me preguntó mientras pasaba su lengua por sus labios y luego se mordía el labio inferior provocándome y lo estaba consiguiendo.

- Muero por besarte así que para de jugar conmigo y vamos para adentro — le dije yo mientras me encaminaba a la entrada del edificio.

Luisita me siguió y pronto estábamos con Lourdes y Pablo en la sala de profesores. Estuvimos charlando un rato y de repente Luisita le soltó la noticia a Lourdes que gritó y todos los profesores se giraron y empezaron a mirarnos.

- Lourdes, cálmate — le dije yo.

- No puedo, por fin Luimelia es real oficialmente — me contestó ella emocionada.

- Sí y esperamos que por mucho tiempo — contestó Luisita mirándome con una cara de amor que me derritió completamente.

No pude contenerme y le di un breve abrazo por detrás y ella sonrió. Cada uno nos dirigimos a nuestras clases y por suerte el día pasó muy rápido. Había quedado con Luisita en el coche porque yo tenía que pasar a recoger unos libros de la biblioteca, y cuando salí, vi que estaba hablando acaloradamente con Natalia así que me apresuré a ver qué pasaba.

- Cariño, ¿todo bien? — le dije mientras pasaba mi brazo por su cintura de manera protectora.

- Sí, Natalia ya ha encontrado nuestro instituto. Estoy segura de que pasará a visitarnos a menudo — dijo ella con ironía.

- Vendré cada día hasta que consiga que vuelvas conmigo — dijo la estúpida esa.

- Pues voy a decir a Ramón, el conserje, que te saque una sillita porque te vas a morir esperando a que eso pase. Ahora que Luisita está conmigo, no la voy a dejar escapar... - dije yo con soberbia.

- ¿Ahora que Luisita está contigo...? — repitió ella como procesando la información.

- Sí, Natalia. Amelia es mi novia y nosotras no vamos a tener nunca nada más así que es mejor que dejes de perder tu tiempo y vuelvas a tu vida en Madrid — le contestó Luisita.

- Eso ya veremos — dijo ella dándose la vuelta y yéndose.

Luisita y yo subimos al coche y nos pusimos de camino a casa.

- ¿No se va a cansar nunca? — le pregunté.

- No lo sé, espero que sí — dijo ella con un tono cansado — solo espero que no sea como en Nueva York porque yo no puedo vivir así, Amelia...

- No te preocupes, no voy a dejar que te moleste — le contesté yo segura.

- Pero porque me tienen que pasar esas cosas a mí, no puede entender que lo nuestro acabó y seguir con su vida... - me dijo ella frustrada.

- Yo la entiendo, si tú ahora me dejaras me volvería una loca como ella y te perseguiría a todas partes... eres adictiva Gómez— le contesté yo.

- Qué miedo Ledesma, aunque eso no va a pasar porque no te voy a dejar jamás. Ahora que te he encontrado, no pienso dejarte ir... - me dijo ella mientras aparcaba el coche.

- Vamos rápido a casa que me muero por besarte — le respondí yo con ansias.

Salimos del coche y yo ya tenía las llaves preparadas, abrí la puerta de casa y entramos a nuestro piso. En cuanto Luisita entró, la empujé contra la pared y empecé a besarla con todas las ganas acumuladas del día. Para mí era un sufrimiento ver a Luisita por el instituto y no poder besarla. Además, habíamos entrado en un juego mutuo de provocaciones que se estaba convirtiendo en una completa tortura. Seguimos besándonos con hambre y nuestras manos viajaban libres por el cuerpo de la otra.

- Tú crees que me puedes provocar así en el trabajo y luego salirte de rositas — le dije yo en un susurro para dirigirme después a su cuello.

- Yo no he hecho nada de eso, profesora Ledesma — me contestó ella con una cara inocente que me estaba matando.

Luisita sabía jugar muy bien, me sorprendía su rapidez mental muchas veces.

- ¿Ah no? Encima me miente señorita Gómez, creo que voy a tener que castigarla — le dije mientras cogía sus manos para inmovilizarla por encima de su cabeza y viajaba de nuevo a su boca para besarla.

- Si este es el castigo, creo que voy a ser una niña mala durante mucho tiempo — me dijo ella pícaramente.

Intentó liberar sus manos, pero yo la sujeté más fuerte.

- No intentes escapar de tu castigo — le susurré yo.

- ¿Le gusta dominar profesora Ledesma? —me preguntó ella - ¿Le gustaría tenerme inmovilizada y desnuda para que pueda hacer conmigo todo lo que quiera?

Las palabras de Luisita me estaban matando, estaba ya completamente excitada solo de imaginarme la situación.

- ¿Le gusta ser dominada señorita Gómez? — le devolví la pregunta.

- Normalmente no, pero por usted profesora haría lo que fuera — me dijo de nuevo poniendo una cara inocente y mordiéndose el labio.

Sus palabras terminaron con la poca razón que me quedaba y acabamos en la habitación. Luisita desnuda y atada para mí, nunca había hecho este tipo de cosas antes. Había sido increíble poder torturar un poco a Luisita y hacerla de sufrir, para luego darle todo el placer y el amor que ella se merece. Mi vida sexual había sido muy triste, pero Luisita me estaba enseñando cosas y sacando partes de mí que ni yo misma sabía que existían y eso siempre se lo agradeceré. 

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Yo sé que ahora estáis pensando: "qué exagerada" con lo del peliculón de Antena3. No ha sido para tanto. Esperad, amiguis, esperad porque yo me estoy mofando sola 😂