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Narra Amelia

Tirarme en paracaídas había sido increíble y mucho más hacerlo con Luisita a mi lado. Ella se estaba esforzando por hacerme sentir bien y cómoda en su casa, además de todo lo que ya había hecho y hacía por mí, y esto solo era una prueba más. Yo no podía negar que la quería porque realmente lo hacía y cada vez el sentimiento era mayor. Estábamos volviendo a casa en el coche.

- Amelia, no creas que esto ha acabado ya... - me dijo ella jugando conmigo.

- ¿Aún hay más? ¿Qué he hecho para merecerte? - dije yo de forma sincera.

- Idiota, tú te mereces lo mejor del mundo, en este caso, yo - dijo entre risas- y sí hay más. Cuando lleguemos a casa nos vamos a duchar y a arreglar porque tenemos algunas cosas más pendientes esta noche - me informó Luisita.

Efectivamente, nada más llegar a casa, nos duchamos juntas. Hacer el amor con Luisita en la ducha se estaba convirtiendo en una costumbre, y de las buenas, porque me encantaba. Cuando terminamos y nos secamos, fuimos a vestirnos.

- ¿Qué debería ponerme, señorita de las sorpresas? - le pregunté yo.

- Lo que tú quieras, yo hoy me voy a poner pantalones y un top. Tú estás guapa de cualquier manera así que lo que más te apetezca - me contestó Luisita.

Decidí ponerme una falda ajustada de cuero por la rodilla junto con un top negro. Me dejé el pelo suelto y me maquillé ligeramente.

- Wow Amelia estás extremadamente sexy hoy, me quieres matar ¿no? - me dijo Luisita.

- Uno, yo siempre estoy sexy, y dos, no sé a dónde me llevas así que tengo que ir preparada por si acaso - le dije yo bromeando.

- Pues yendo así no sé si vamos a llegar porque a lo mejor voy a tener que parar el coche en mitad de la carretera para hacer otras cosas... - me provocó Luisita.

- No me parece mala idea tampoco, tú también te ves increíble... - jugué con ella yo recorriendo todo su cuerpo con mi mirada.

- Vámonos antes de que me tire encima de ti, que nos están esperando - me dijo Luisita.

- ¿Quién nos espera? - pregunté.

- Ahora lo verás - me contestó Luisita.

Luisita aparcó y estábamos en una zona muy famosa para salir, había muchos bares y discotecas, pero no sabía exactamente dónde me estaba llevando. Luisita cogió mi mano y me fue guiando por las calles hasta que paró.

- Aquí es - me dijo ella.

Era un Karaoke, así que ya me podía imaginar lo que venía después y alguien nos estaba esperando dentro, tenía curiosidad. Entramos, y al fondo, pude ver a Lourdes y Pablo junto con algunos profesores más tomando algo en una mesa.

- Buenas chicos, ¿cómo lo estáis pasando? - preguntó Luisita.

- Bien, por fin llegáis - dijo Lourdes.

Nos sentamos junto a ellas y pedimos algo de beber. La conversación estaba animada y lo estábamos pasando bien. Luisita de vez en cuando me provocaba por debajo de la mesa y me encantaba jugar con ella.

- Amelia vete pensando que canción quieres que cantemos a dúo - me susurró ella al oído.

- Me lo pensaré, pero será sorpresa - le dije yo, en verdad no tenía ni idea de que canción podríamos cantar.

Lourdes decidió subir a cantar una canción de Beyoncé y todos la animamos desde abajo y cantamos con ella, la verdad es que lo estaba haciendo genial y toda la gente le aplaudió.

- Bueno ahora quiero invitar a mi amiga Luisita a que suba al escenario, ella os va a cantar una canción, canta increíblemente bien así que ya la podéis aplaudir un montón- dijo Lourdes por el micrófono.

Luisita se separó de mí y me guiño un ojo, subiendo al escenario.

- Buenas noches a todos, hoy estoy aquí por una persona muy especial para mí, una persona que me tiene absolutamente loca y a la que quiero dedicarle la siguiente canción. Es para ti, Amelia.

Luisita empezó a cantar y en seguida reconocí la canción que estaba cantando, era A Thousand years de Christina Perri. La voz de Luisita era increíble, ya la había oído cantar antes, pero esta canción parecía estar perfectamente hecha para ella y con la letra no pude evitar emocionarme. Luisita cantó toda la canción mirándome a mí. No habíamos hablado abiertamente de nuestra "relación" en el instituto aparte de con Lourdes y todos tenían su atención centrada en nosotras, pero a mí me daba exactamente igual. Luisita terminó su canción y yo salí disparada al escenario, necesitaba besarla ahora mismo y me daba igual quién nos viera. Llegué corriendo y cogí a Luisita del cuello dándole un beso lleno de sentimiento, necesitaba agradecerle por la canción y que supiera que yo también siento lo mismo. Todo el mundo estaba aplaudiendo y entonces fui consciente de dónde estábamos.

- Parece que le ha gustado la canción - bromeó Luisita en el micrófono - ahora espero que ya hayas elegido nuestra canción a dúo porque tenemos una cosa que tachar de la lista.

Yo me acerqué al dj y le susurré la canción que había elegido. La música empezó a sonar, era Un mundo ideal de la película de Aladín. Sabía que a Luisita le gustaban las películas de Disney lo pude ver en su casa y la letra de esta canción me parecía muy significativa, ella me estaba mostrando un mundo nuevo y eso era lo que teníamos por delante.

- Esta no me la esperaba - dijo Luisita en el micrófono riéndose.

- A veces lo inesperado es lo mejor - le dije yo mientras la miraba profundamente.

Las dos cantamos la canción mirándonos la una a la otra. Fue un momento mágico y la gente pareció percibirlo porque todo el bar estuvo en completo silencio. Cuando acabamos, la gente no paraba de aplaudir, yo cogí la mano de Luisita y nos fuimos a nuestra mesa.

- Chicas, ha sido totalmente increíble y mágico - nos dijo Lourdes.

- Gracias - le contesté yo con un poco de timidez.

- Me ha encantado tu elección, princesa - me dijo ella bromeando.

- Te conozco más de lo que crees y todo un mundo nuevo contigo es lo que quiero que tengamos por delante, tú y yo - le contesté y me acerqué a besarla. Ya me daba absolutamente igual estar con más profesores o quién nos viera, estaba absolutamente loca por esta mujer y quería que todo el mundo lo supiera.



PROFESORAS || LuimeliaWhere stories live. Discover now