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Narra Luisita

Hacía una semana que me había mudado de Madrid a Tenerife para empezar el nuevo curso. Soy profesora de música y necesitaba nuevos aires y salir de una ciudad, que a veces te atrapa y te asfixia. Cuando vi esta oferta de trabajo, sabía que tenía que ser mía. Esta era la oportunidad ideal. Tenerife es el lugar perfecto, tiene playa, sol, gente con poca ropa y no hay las aglomeraciones o los agobios de la gran ciudad.

Mañana comenzaba el nuevo curso y mentiría si dijera que no estoy un poco nerviosa a pesar de llevar ya varios años ejerciendo como profesora. Ya no tanto por los alumnos, era joven y siempre tenía que soportar los típicos comentarios, pero solía acabar llevando una buena relación con ellos. Más bien estaba nerviosa por mis colegas profesores y el entorno del instituto, que en gran parte va a ser lo que va a hacer que me sienta cómoda y a gusto en el trabajo.

Había alquilado un piso cerca de la playa a pesar de que me pilla un poco más lejos del instituto, pero después de estar en la jungla de asfalto por tanto tiempo, tenía ganas de poder disfrutar del mar y su tranquilidad. Estaba convencida que al final me merecerá la pena, aunque tenga que ir en coche hasta el trabajo.

Realmente aquí en Tenerife no conocía a nadie, y aunque en cierto modo me asustaba, por otra parte, era una oportunidad increíble para conocer gente nueva y establecer nuevos lazos en un lugar desconocido.

El día había llegado y tenía que arreglarme para mi primer contacto con el nuevo instituto. Aún hoy no empezaban las clases y eso me tranquilizaba un poco, pero estaba bastante nerviosa por lo que me iba a encontrar. Me duché rápidamente y decidí ponerme unos vaqueros con una blazer negra y unos tacones a juego. Seria, pero nada extremadamente formal. Desayuné un café con unas tostadas y me puse en camino del instituto en mi todoterreno rojo. Es lo primero que había mirado para comprarme en cuanto aterricé en la Isla y había conseguido uno de segunda mano a muy buen precio. Tardé unos quince minutos en llegar y aparqué sin mayor problema. El edificio era bastante nuevo y grande, tenía una enorme pista de futbol y otra de baloncesto. Me dispuse a entrar y mientras caminaba por los pasillos en busca de la sala de profesores, choqué con alguien.

- Disculpa no te había visto — dije yo.

- No importa, yo tampoco iba mirando — me contestó ella mirándome de arriba a abajo. Era una chica alta y rubia — Uyyy tenemos carne fresca este año...

- Soy Luisita Gómez— me presenté, acercándole mi mano.

- Lourdes Ordoñez, profesora de Educación Física — me respondió ella, estrechando mi mano.

- Yo de música — le contesté.

- Ya han buscado un reemplazo para el viejo señor Quintero, los chicos lo agradecerán — dijo ella riéndose, lo que me hizo reír a mí también— no me malinterpretes. Era un hombre increíble, pero los años ya se notaban.

- Supongo — dije yo sin saber muy bien que contestar - ¿Me puedes decir dónde está la sala de profesores? Ando un poco perdida.

- Claro, ven conmigo. Yo iba para allá también... — me contestó Lourdes.

Las dos nos dirigimos conversando hacía la sala sin mucha prisa. La verdad es que Lourdes era muy graciosa y yo creo que encajaríamos bien. Fuimos conversando un poco de todo. Ella tenía mi misma edad, 25 años, y una familia muy grande.

- Luisita ¿y de dónde vienes? — me preguntó.

- De Madrid.

- ¿Y cómo es que elegiste Tenerife? — me dijo ella.

- Bueno digamos que estaba un poco harta del estrés de la gran ciudad y quería cambiar un poco de aires. Tenerife me pareció la opción perfecta, sol, playa, gente con poca ropa... — respondí yo sacando una carcajada de la rubia.

- Creo que nos llevaremos bien, Luisita — me dijo Lourdes mientras entrabamos por fin a la sala de profesores.

No había mucha gente todavía. Yo por ser el primer día había decidido ir más temprano de lo normal, así que seguramente ese sería el motivo. De repente, vi a una morena sentada en una de las mesas, concentrada en un libro. Levantó la mirada y tenía los ojos color miel más bonitos que yo he visto en toda mi vida.

- Lourdes, ¿quién es esa diosa que cayó del Olimpo? — le pregunté y ella se partió de risa.

- ¿A Amelia te refieres? — me dijo ella señalando.

- Supongo... - contesté sin poder quitar mi vista de ella. Tenía una preciosa melena morena y rizada, los rasgos suaves y unos ojos que quitaban el aliento. Tampoco podía ver mucho más desde mi posición.

- Ven, te la presentaré... es mi mejor amiga aquí — me respondió Lourdes.

- Amelia, cariño ¿Cómo estás? — le preguntó Lourdes mientras le daba un abrazo. Cuando se levantó pude ver que tenía un cuerpo increíble que entonaba perfectamente con su cara — mira, esta es Luisita, la sustituta del señor Quintero. Luisita, ella es Amelia.

Amelia se acercó a saludarme y yo creía que me iba a perder en esos ojos. No sé qué edad tendría, pero no muchos más años que yo. Me dio un abrazo rápido pero suficiente para poder oler su magnífico perfume.

- Encantada — me dijo ella con una sonrisa.

- Te puedo asegurar que el placer es mío. Amelia, ¿crees en el amor a primera vista?

- ¿Qué? — me preguntó ella desconcertada.

- O tengo que volver a pasar por delante de ti — le dije yo con una sonrisa y ella estalló en carcajadas, pero se sonrojó un poco.

- Me encanta que seas tan directa, pero para ahorrarte la vergüenza, aquí mi amiga — dijo Lourdes mientras le pasaba el brazo por los hombros a Amelia— está casada con un guapo y exitoso ejecutivo.

- Lourdes... - le regañó Amelia.

Hice el gesto de que me clavaba un puñal en el corazón y moría.

- Sácame el puñal del corazón, que acabo de perder al amor de mi vida sin ni siquiera conocerla todavía — dije yo y las dos estallaron a reír y yo me uní a su risa — por mucho que me pese tener que dejar estas maravillosas vistas, tengo que buscar el aula de música...

- Está bien, pero si quieres podemos quedar en la cafetería a la hora de la comida — propuso Lourdes.

- Claro, allí nos vemos guapas — les contesté yo, mientras les guiñaba un ojo.

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Esta historia me daba mucho más respeto adaptarla a Luimelia que la otra por diversos motivos que podréis ir viendo, pero finalmente me he decidido y no sé muy bien que va a salir. Espero que logréis verlas a ellas y que también la disfrutéis 💜

PROFESORAS || LuimeliaKde žijí příběhy. Začni objevovat