10

3.3K 258 52
                                    

Narra Amelia

Tras pasar la mayor parte del sábado con Luisita, el resto de fin de semana no hice nada en especial, leí, preparé mis clases y estuve limpiando en casa.

Ya era lunes y me dirigía al instituto con mi bicicleta. Aparqué y fui directa a la sala de profesores, realmente tenía ganas de volver a ver a Luisita. Cuando entré, la vi al fondo de la sala hablando con Pablo muy acarameladamente y sentí una punzada en el estómago. Los dos estaban riéndose sin parar y Pablo tenía una de sus manos en la cintura de Luisita mientras hablaban. Llegó Lourdes por detrás y observó cómo estaba mirando la escena.

- Hacen una buena pareja juntos, aunque aún no sabemos si Luisita juega en las dos bandas — me dijo Lourdes.

- Supongo — dije con una voz llena de hostilidad.

- Amelia, ¿estás celosa? — me dijo Lourdes bromeando.

- ¿Yo, celosa? ¿Qué dices Lourdes? — le contesté, aunque realmente ¿estaba celosa?

- No deberías estarlo de todas formas, eres la número uno de su lista — me respondió ella.

De repente, los dos se acercaron a donde estábamos nosotras.

- Buenos días, chicas, yo me voy ya a clase. Luisita, quedamos después entonces ¿no? — dijo Pablo.

- Claro, te veo luego — contestó ella con una sonrisa en su cara - ¿qué tal chicas?

- Bien — contesté, aunque me salió mucho más cortante de lo que esperaba.

- Uyy la diosa se ha levantado con el pie izquierdo — dijo Luisita entre risas, pero yo la ignoré.

- Es que bajar del Olympo y relacionarse con los mortales no tiene que ser tarea fácil — bromeo Lourdes y yo bufé y me fui a mi clase.

El día se me estaba haciendo bastante eterno y moría de hambre, así que decidí pasar por la cafetería antes de irme a casa. Hoy no tenía muchas ganas de cocinar. Cuando estaba esperando en la cola, Luisita se acercó a mí.

- ¿Qué tal el día, Amelia? ¿Ya mejor? — me preguntó ella.

- Quién ha dicho que haya ido mal — le contesté yo.

De repente, vi a Pablo que entraba en la cafetería y buscaba con la mirada a Luisita.

- Mira, tu nuevo "amigo" te está esperando — dije mientras señalaba hacia Pablo que estaba en la puerta.

- Amelia, ¿estás celosa? — dijo ella riéndose.

- Obviamente no — le respondí yo.

- Sí, sí que lo estás — me dijo mientras me miraba a los ojos directamente.

- No, no digas tonterías, Luisita — le dije yo cortante.

- Amelia Ledesma, celosa, me encanta — dijo ella riéndose — pero te puedo asegurar que Pablo no es problema para ti. Bueno te veo mañana...

- Adiós — le contesté mientras vi cómo se iba con él.

Pedí mi pizza para llevar y me dirigí hacia la salida cuando pude oír una magnifica voz que salía del aula de música. La puerta no estaba cerrada del todo, y por la rendija de la puerta, vi como Luisita estaba cantando mientras Pablo tocaba la guitarra. Luisita cantaba de maravilla y trasmitía una emoción que me podría quedar escuchándola horas y horas. Parecía que los dos se entendían con la mirada y tenían una gran complicidad juntos y es algo que sinceramente me molestaba. No sé por qué, a veces este tipo de sentimientos son tan irracionales, pero sí, estaba celosa de Luisita y no podía negarlo más, por lo menos no a mí misma. Con la imagen de los dos en la cabeza me fui a casa.

Cuando llegué, estaba sola. Sentí un gran alivio porque me apetecía tener mi espacio para meditar y pensar en mis cosas. Realmente estaba teniendo unos celos injustificados y no tenía por qué contestar así a Luisita. Al final, la que está casada soy yo. Aunque realmente es lo que siento, y no he podido evitar comportarme de esa manera. No tenía ganas de seguir dándole vueltas a la cabeza así que decidí darme una ducha y despejar mis pensamientos. Estaba relajada con el agua cayendo por todo mi cuerpo cuando oí una puerta abrirse.

- Hugo, ¿eres tú? — pregunté, pero nadie contestó.

Sentí como alguien se metía conmigo en la ducha, me di la vuelta y vi a Hugo con un aspecto deplorable y con olor a alcohol.

- ¿Qué haces? — le pregunté.

- ¿Qué crees que hago? Hace meses que no me tocas, Amelia... - dijo él mientras intentaba robarme un beso. Yo no sabía cómo reaccionar.

Finalmente, le correspondí el beso, él intentó ir más allá y yo no pude pararlo. Solo deseaba que terminará pronto y por mi mente pasó cómo sería si fuera Luisita y no Hugo la que estuviera aquí conmigo. ¿En qué estaba pensando? Yo nunca había hecho algo así con una chica.

Por suerte, no tardó mucho en terminar, salió de la ducha y cayó rendido en un profundo sueño. Hace mucho que Hugo y yo habíamos perdido la pasión y que no disfrutaba del sexo con él. Siempre que mantenemos relaciones era de este modo, como si fuera mi obligación complacerle por ser su esposa, pero no porque realmente tenga ganas. El sexo es una parte que tengo olvidada desde hace mucho tiempo y hace mucho que no tenía un orgasmo con otra persona que no fuera conmigo misma.

Bajé a cenar y a ver un rato la tele, no quería meterme en la cama ya. Por lo menos, me distraje un poco viendo Juego de tronos hasta que me quedé dormida en el sofá.

Al día siguiente, desperté con un dolor de cuello terrible. Me arreglé rápido para ir al instituto. Si no me iba ya, llegaría tarde. Salí disparada y en menos de diez minutos ya estaba allí. Me encontré con Lourdes y la saludé rápidamente porque iba muy justa de tiempo. Las primeras clases se me pasaron volando y decidí tomarme un café ya que tenía libre la siguiente hora. Cuando llegué a la cafetería, me pedí un capuchino y me senté en una de las mesas que daban a la ventana.

Al poco tiempo, alguien se sentó conmigo. Levanté la vista y vi que era Luisita.

- Hola Amelia, ¿estás cansada? — me preguntó.

- No, ¿por qué me lo preguntas? — le dije yo extrañada.

- Porque estuviste dando vueltas en mi cabeza toda la noche — me dijo ella, sacándome una sonrisa.

- Realmente me sorprende la capacidad que tienes para inventarte tantos piropos, ¿habrá un día que se te acabe el ingenio? — Le dije yo de forma burlona.

- No mientras seas tú la que me inspira- me contestó ella desafiante — Ayer quedé con Pablo para trabajar acerca de lo del coro y ver donde podía encajar él, ¿te apetecería quedarte un rato después de las clases y ver qué podemos hacer las dos juntas?

- Claro, además no tengo ningún plan para hoy por la tarde — contesté yo.

- Genial, pues si te parece podemos quedar en el aula de música directamente — me propuso Luisita.

- Perfecto, allí te espero — le respondí con una sonrisa.

Luisita se levantó y se fue, a mí aun me quedaba quince minutos para volver a clase.

__________________________

Siento este capi. Si la historia original hubiera sido Luimelia jamás hubiera metido algo así, pero ahora era modificar demasiadas cosas 😔

Aún así, espero que os vaya gustando la historia 💜

PROFESORAS || LuimeliaWhere stories live. Discover now