Capítulo Uno

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Narra Will

Observé en silencio mientras Bree se sujetaba la garganta. Me sentí mal por ella, Kevin y el otro idiota rubio no  parecían estar escogiendo un lugar de caza.

El hambre ardiente se hizo más fuerte cuanto más tiempo estuvimos allí y sentí un alivio cuando vi a Diego y Bree escabullirse cuando Kevin y el otro tipo comenzaron a pelear. Los seguí en silencio hasta que se detuvieron en un tejado.

Riley me había recogido hace tres meses con el mismo grupo en el que estaba Bree, así que nos conocíamos. No es que habláramos mucho, pero compartíamos escondite detrás del raro de Fred.

Toqué el hombro de Diego haciéndolo saltar un poco. -Oh, Will eres tú. Nunca me voy a acostumbrar a lo silenciosa que eres- Se rió levemente haciéndome sonreír.

-Lo siento, solo quería decir que voy más lejos, la gente que viene no será suficiente para los tres- miré discretamente a Bree -Y prefiero no pelear con vosotros.-

Él asintió con la cabeza en comprensión -Te encontraré después- Fue lo único que dije antes de desplazarme por los tejados. La ardiente necesidad de sangre hizo que me doliera la garganta y patiné hasta detenerme, parece que me llevé el premio gordo. El callejón entre el edificio en el que me encontraba y el que estaba al lado parecía un punto de acceso al tráfico de drogas. Lo único que tenía que hacer ahora era tener paciencia.

Mi paciencia valió la pena tan pronto como hubo dos humanos reunido allí. No me molesté en escucharlos hablar, así que salté silenciosamente y le rompí el cuello a uno de los chicos y mordí al otro, drenándolo rápidamente antes de pasar al otro.

Los tiré a los dos sobre mis hombros y volví a subir al techo. Había un puerto no muy lejos de donde había estado cazando y nadé rápidamente hasta el fondo y escondí los cuerpos debajo de unas piedras gigantes. Después de deshacerme de los cuerpos, me dirijo de regreso a donde habían estado Kevin y el otro idiota. Vacié a tres personas sin hogar por el camino, deshaciéndome de las evidencias de diferentes maneras.

Llegué al sitio al mismo tiempo que Diego y Bree. Diego maldijo entre dientes al ver lo que le habían hecho al lugar. -¿Pueden ustedes dos ayudarme con esto?- Preguntó mientras comenzaba a reorganizar los coches.

Bree y yo nos miramos, me encogí de hombros -Por supuesto- Bree trabajó en el interior de los coches mientras yo arrojaba algunos de los cuerpos en medio de los coches. -Un terrible accidente- Comentó Bree.

Sonreí y Diego se rió entre dientes -Ustedes señoritas deberían de moverse- Advirtió cuando comenzó a arrojar gasolina sobre todo. Bree escaló el edificio conmigo y nos volvimos a mirar, Diego arrojó una cerilla antes de saltar hacia nosotras. La explosión sacudió el edificio e hizo que la gente encendieran las luces de los edificios mas lejanos.

Me vuelvo hacia Bree -Voy a regresar, ¿puedes más papeles y lápices para mí?- Ella asintió, -por supuesto- Los saludo mientras cruzo los tejados y me dirijo a la isla donde tenemos nuestra casa.

El sótano está medio lleno cuando entro, algunas cabezas se vuelven hacía mí mientras me dirijo hacia Fred. Gracias a Dios que Raoul no estaba aquí, no creo que hubiera podido soportar su coqueteo. El disgusto que todos sentían alrededor de Fred desapareció levemente cuando me acerqué, silenciosamente me entregó mi bloque de bocetos como siempre hacía cuando regresaba. Realmente es gracioso, nunca hemos tenido una conversación real, pero nos llevamos bien de una manera extraña.

Espero que os guste esta nueva historia, votad y comentad.

Recién nacidaWhere stories live. Discover now