Prólogo.

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Matthew.

20 de Diciembre de 2012, Chicago, Illinois. 

Maureen, mi esposa, me acaba de dar la noticia que está esperando un bebé.

Nuestro bebé.

Nuestro primer bebé.

2 años de matrimonio y al fin está embarazada.

2 años esperando este momento y...justo cuando creía que nunca tendríamos un hijo...me niego a ello.

No puedo dejar de pensar que, sí, somos muy jóvenes para tener hijos, pero también lo fuimos para casarnos.

Lo que más me preocupa es que no puedo dejar que ningún progenitor mío este metido en esta basura.

No le haré eso.

Jamás dejé que mi hermano se involucrara, mucho menos dejaré que mi hijo lo haga.

¿Y si era una niña?

¿Qué haría si alguien la llega a tocar?

¿Y si le pasa algo y todo es mi culpa?

No.

No iba a permitir aquello.

Tengo que salirme de esto.

Lo más pronto que pueda. 

Solo así estará a salvo.

Necesito hablar con Jude. Necesito decirle que no puedo seguir en el negocio.

Con Jude tengo un poco más de 4 años trabajando. Si es que se le puede llamar trabajo al buscar la información de los niños a los que Jude se llevará y sabrá Dios que les harán los cabrones a los que los vende. Yo sólo busco toda la información necesaria y los otros hacen el trabajo sucio.

Ø Domicilio.

Ø Nombres de sus familiares.

Ø Edades.

Ø Características físicas.

Ø Estudios.

Ø Actividades extra curriculares.

Ø Etc.

Al principio se me hacía muy fácil seguir con el trabajo de mi padre. A los 20 años me tuve que hacer cargo del trabajo más asqueroso que él me dejó; el tráfico de menores. En una de las grandes ventas lo asesinó uno de los compradores porque mi padre no quería entregar a una niña de 2 años. Decía que aun era muy pequeña para venderla. Que tenía que crecer. Por lo tanto, el tipo le puso una bala en la frente a él y a sus otros 2 hombres, luego se llevó a la niña.

Juré que iba a vengar la muerte de mi padre.

Algún día.

Pero tenía otra preocupación aparte del negocio; mi hermano.

Tengo un hermano menor y jamás dejaría que él se haga cargo de esto. El no tenía nada que ver con toda esta porquería. Tampoco quería dejar el "negocio'' porque era el mayor de los ingresos de mi padre. Así que, sí, seguí con el gran imperio de tráfico de niños de los Grigori y de Jude Ventura.

Jude me prometió que él me ayudaría y me enseñaría. Claro, todo estaba a mi nombre. Sería muy estúpido de su parte no enseñarme, a menos que quiera perder todo su dinero y que el negocio se fuera a la mierda. A los 20 años heredé la mayor fortuna que ese imbécil podía tener en la mitad de su vida.

Y, ahora, 4 años después, estoy enfrente de la oficina de Jude pensando en cómo le diré que estoy fuera definitivamente. Sé que se lo tomará mal. Soy el mejor en lo que hago de todo el equipo. Necesitaría mucho tiempo para encontrar a alguien como yo. Pero esto a mi no me importa.

Liberandum ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora