Capítulo 30.

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" 𝑷𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒅𝒐𝒔.''


Isaac se ofreció a llevarme hasta mi casa en su auto —ni siquiera sabía que alguien en aquella ratonera tenía auto, además de Matthew— a ver a mi familia. La chica del otro día, Beca, dijo que sus padres no estaban en la ciudad, así que podía acompañar tanto a Isaac como a mí, pero viendo como apretaba las manos en sus piernas, pude ver que estaba mintiendo.

Adeline se ofreció a entrar conmigo a la casa, ya que ella no tenía a nadie a quien visitar. Aunque esas fueron sus palabras, los tres sabíamos que Addy tenía a sus padres y también sabíamos, gracias a ella, que no la quería ver ni en pintura. Al parecer, los papás de Adeline la culpaban —en parte— por la muerte de la pequeña Camille, la hermaa de Addy.

Hace días Adeline me había confiado más de sus recuerdos, tanto con su hermana como de su familia y amigos de su "vida pasada''. Así es como ella llamaba a la etapa de su vida antes de la muerte de Cami. Creo que la podía entender, quiero decir, si me entregaran el cuerpo sin vida de Levy en los brazos, también quisiera cambiar de vida. Es posible que hasta quisiera acabar con ella después de perder a mi hermana de esa manera. No podría soportarlo.

—El problema mayor será cuando sus papás la vean. –Isaac me sacó de mis recuerdos. Aunque le hablaba a mi amiga de ojos azules, sabía que hablaba de mí. —Puede que comiencen a hacerle preguntas y no será nada fácil para ella. —Me lanzó una corta mirada por el retrovisor y después volvió su vista al frente. Adeline iba de copiloto, Beca al lado mío, detrás del asiento de Isaac y yo detrás de Addy.

—Es verdad. —Addy se giró para verme. — ¿Crees poder mentirles a tus papás en la cara? Puede ser difícil y...—La interrumpí.

—Estoy bien. —Asentí varias veces, tratando de convencerme más a mi misma que a ellos. —Estaré bien. —La mano de Beca se deslizó sobre la mía, la cual estaba sobre mi muslo. La miré y me dio una sonrisa a boca cerrada, como si estuviera dándome apoyo. Le devolví la sonrisa y miré a Addy, quien también me estaba sonriendo levemente, después se enderezó en el asiento.

—Podrías llamar a tu hermano y se verían en otra parte. —Isaac se removió, mientras mantenía el volante con la mano izquierda, sacaba su celular del bolsillo con la derecha. Me lo ofreció después de quitarle la contraseña. —Llámalo, eso sería más seguro. —Lo tomé y le agradecí con una corta sonrisa.

Vacilé un poco, pero sabía que Isaac tenía razón; no podría ver a mis papás sin noticias de Levy. Adriel no tardó en responder, aunque no era mi hermano quien me respondió.

— ¿Hola? —Era una chica y la sangre me hirvió de repente.

— ¿Dónde está Adriel? —Mi voz sonó un poco molesta, pero no podía controlar los celos de hermana loca. Instintivamente puse la llamada en altavoz, por si era necesario que mis amigos escucharan la llamada.

La chica se quedó callada un rato, al fondo se escuchan gritos y un pitido de un silbato. —Ah, yo —Vaciló como si no supiera que decirme. —...Adriel está en el campo de la escuela, está entrenando...—Murmuró, después escuché otro grito de irritación, solo que no alcancé a distinguir que decían.

Suspiré frustrada. Me irritaba que no me diera respuesta. — ¿Podrías decirle que necesito hablar con él? —Adeline se giró y me miró confundida. —Soy Ava, por cierto, su hermana. Es importante que le pases mi llamada...—Me interrumpió.

—Sí, solo espera...—Más gritos y ella chilló —Hey, Ava, amm...—Sonaba un poco preocupada. —, ¿te falta mucho para llegar al campo? —Ahora se escuchaban gritos de chicas también. No teníamos intención de ir a la escuela, pero creo que podríamos cambiar de rumbo.

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