Capítulo 44.

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''𝑳𝒂 𝑫𝒊𝒐𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑮𝒖𝒆𝒓𝒓𝒂.''


No supe cómo llegué a mi habitación. No supe cómo me duche, ni como me puse la pijama. Tampoco supe pude dormir por tanto dolor en el cuerpo. Ni como me desperté temprano para terminar de hacer la pequeña maleta y sacar el trasero de la habitación, con rumbo hacia el estacionamiento, donde ya estaban los demás del ''equipo poderoso'' (Beca puso ese nombre, quiso darle un toque gracioso a todo lo que estamos a punto de enfrentar).

—Llegas tarde...como siempre. —Murmuró Matthew, aunque su tono no era el mismo de siempre. Podría jurar que estaba preocupado...o asustado.

—Y tú ya estás jodiendo...como siempre.

—Les dije que los quería temprano, Ava...—Lo interrumpí a medios sermón.

—Sí, bueno —Me acerqué a dejar la maleta en la camioneta. —, ya estoy aquí.

—Suban todos, no me importa cómo se quieran acomodar, solo muevan el culo. —Se colocó los lentes de sol y abrió la puerta del deportivo. —Los quiero en la explanada. —Apuntó a Nicholas. —Rápido. —Después de eso subió al auto, seguido de Janifer, y salieron del edificio más rápido que el Rayo McQueen.

En la camioneta íbamos el ''equipo dinamita'' —sí, Beca también nos puso ese nombre, aunque Addy también metió cuchara en el nombre—; Nicholas, Isaac, Adeline, Beca, Adriel y yo.

Nadie dijo nada en todo el camino hacia la tal "explanada'', la cual era una carretera solitaria con un jet en medio de ella, el cual tenía una enorme G en la puerta.

Rodé los ojos al ver tanto egocentrismo en el apellido Grigori. Nunca conocí al papá de Matthew, el Gran Grigori, pero, conociendo al hijo, creía sentirme un tanto aliviada de no haberlo hecho. Con trabajo soportaba a un Grigori, no quería saber lo que era aguantar a dos. Aunque aún no conocía al otro; el menor de los Grigori. Tenía entendido que solo eran dos, pero tampoco era como que quería hacerlo.

Estaba segura que el mundo explotaría con los dos Grigori juntos.

Yo lo haría.

No podría soportarlos juntos, si era que el menor tenía el mismo carácter de mierda que el mayor.

El señor nos cuide el día que estén ambos en el mismo lugar.

Creía estar segura que preferiría pegarme un tiro antes de presenciar eso.

—Abajo. —Ordenó Nicholas antes de bajar del auto y azotar la puerta.

Los demás hicimos caso sin decir una palabra. Los chicos nos ayudaron a bajar las maletas, aunque no pesaban absolutamente nada. Después nos encaminamos hacia el mini avión.

Matthew estaba al lado de las escaleras con Janifer y otros dos hombres, quizá los que manejaran el avión —o pilotearan, lo que sea—. Nicholas se acercó a ellos y comenzaron a hablar en murmullos.

Adeline enganchó su brazo al mío mientras Beca seguía a Isaac, quien iba a mitad de la escalera. Adriel iba después de Beca. No estaba segura de cómo iba su asunto, pero quería creer que el cabrón ya la había notado. Mínimo.

Escuché un celular sonar, instintivamente me palmeé el bolsillo trasero, pero no era mi celular; era el de Matthew, lo supe cuando lo escuché hablar.

—Estoy ocupado, ¿qué.... —Se quedó a mitad de la pregunta y eso me hizo girar la mirada hacia él unos segundos. Si una persona podía hacer callar a ese animal, quizá fuera alguien importante. Igual podría pedirle un consejo.

Liberandum ©Where stories live. Discover now