Capítulo 15.

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"𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂.'' 



Sentía los ojos y el cuerpo pesados. No me podía mover bien. Sentía un dolor en el pecho y escuché mucho ruido a mí alrededor. Como una máquina.

-Está despertando...-Susurró una voz masculina cerca de mí.

Eso fue suficiente para abrir los ojos; vi todo blanco. Estaba acostada en una cama, pero no era mi habitación. Giré un poco la cabeza y tomo se movía, me sentía muy mareada. Miré a un señor de unos 50 años –más o menos-, a mi derecha, una chica un poco joven a mi izquierda y al lado de ella estaban Atenea.

-No soy católica, pero me tenías rezándole a todos los santos, Ava.-Soltó el aire.- Me preocupé mucho. No despertabas.- Eso era cierto, podía ver la frustración en su entrecejo fruncido. Le dio la vuelta a la chica y se acercó a mí.

-¿Qué pasó?-Traté de incorporarme, pero el señor en bata me detuvo por los hombros.

-No puede hacer movimientos bruscos, señorita.-Explicó, sin quitar su mano de mi hombro.- Soy el Doctor Juárez y usted es mi más reciente paciente.-Abrí la boca para hablar, pero continuó.- Yo sé que te estás preguntando qué pasó, por qué estás aquí, en un hospital.-Fruncí el ceño y él suspiró.- Ava, después de la noticia que me cuenta tu amiga...-Vaciló y miró a Atenea, ella se relamió los labios y me miró directamente.

-Ava, después de lo de Levy te desmayaste y te trajimos aquí lo más rápido que pudimos. A ti y a tu mamá.-Explicó. Pude ver en sus ojos marrones que estaba triste y le dolía tener que recordar la escena. Mi amiga había llorado. Debajo de sus ojos tenía un color morado, como si no hubiera dormido nada en unos días.

Y entonces recordé; Levy.

Se la habían llevado.

Se la habían llevado y yo estaba en ese lugar. Acostada. Perdiendo el tiempo.

Me sentí mareada de un momento a otro, pero Atenea continuó hablano.- Estuviste aquí por 3 días, Ava.-Susurró.

Eso me hizo mirarla, porque no podía ser posible. 3 días era mucho. 3 días sin buscar a Levy. 3 días después de que se la llevaron y no había hecho nada.

- Sé lo que estás pensando porque te conozco y Adriel se está encargando de buscarla por toda la ciudad. Él, Derek, los del equipo, tú familia, varios amigos más...-Me tocó la mejilla, está tratando de calmarme, pero que me dijera todo eso no me calmaba, solo hacía que me dieran náuseas y me sintiera peor. 

El sonido de la máquina comenzó a acelerarse más y todo se comenzó a mover. Atenea se miraba borrosa. Escuché al Doctor Juárez hablar con la chica y moverse rápido por la habitación. Escuché a mi amiga hablándome, pero se escuchaba lejana. Repetía una y otra vez mi nombre. Otras personas de blanco entraron al cuarto y empezaron a moverse al mismo tiempo que el Doctor. Tocaban las máquinas, me metían cosas al cuerpo por el suero, me inyectaban cosas y eso solo hizo que me diera mucho sueño, pero no me dormí. Levy me necesitaba y no pensaba estar más tiempo en aquel lugar.

-¡Señor, no puede entrar aquí!- Gritó una voz femenina.

-Con todo respeto; me importa una mierda, señorita.- Esa voz si la conocía; era Adriel.- Es mi hermana y quiero que me digan qué carajo que le está pasando.- Alzó la voz. Sentí sus manos frías sobre mis mejillas.- Ava, por favor. No vayas a querer irte tú también. No me puedes dejar tú también. Te lo prohíbo. -Susurró, desesperado. Sacudió un poco mi cabeza, pero por algún motivo no podía responderle.

Liberandum ©Where stories live. Discover now