"𝑷𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂.''
Sentía los ojos y el cuerpo pesados. No me podía mover bien. Sentía un dolor en el pecho y escuché mucho ruido a mí alrededor. Como una máquina.
-Está despertando...-Susurró una voz masculina cerca de mí.
Eso fue suficiente para abrir los ojos; vi todo blanco. Estaba acostada en una cama, pero no era mi habitación. Giré un poco la cabeza y tomo se movía, me sentía muy mareada. Miré a un señor de unos 50 años –más o menos-, a mi derecha, una chica un poco joven a mi izquierda y al lado de ella estaban Atenea.
-No soy católica, pero me tenías rezándole a todos los santos, Ava.-Soltó el aire.- Me preocupé mucho. No despertabas.- Eso era cierto, podía ver la frustración en su entrecejo fruncido. Le dio la vuelta a la chica y se acercó a mí.
-¿Qué pasó?-Traté de incorporarme, pero el señor en bata me detuvo por los hombros.
-No puede hacer movimientos bruscos, señorita.-Explicó, sin quitar su mano de mi hombro.- Soy el Doctor Juárez y usted es mi más reciente paciente.-Abrí la boca para hablar, pero continuó.- Yo sé que te estás preguntando qué pasó, por qué estás aquí, en un hospital.-Fruncí el ceño y él suspiró.- Ava, después de la noticia que me cuenta tu amiga...-Vaciló y miró a Atenea, ella se relamió los labios y me miró directamente.
-Ava, después de lo de Levy te desmayaste y te trajimos aquí lo más rápido que pudimos. A ti y a tu mamá.-Explicó. Pude ver en sus ojos marrones que estaba triste y le dolía tener que recordar la escena. Mi amiga había llorado. Debajo de sus ojos tenía un color morado, como si no hubiera dormido nada en unos días.
Y entonces recordé; Levy.
Se la habían llevado.
Se la habían llevado y yo estaba en ese lugar. Acostada. Perdiendo el tiempo.
Me sentí mareada de un momento a otro, pero Atenea continuó hablano.- Estuviste aquí por 3 días, Ava.-Susurró.
Eso me hizo mirarla, porque no podía ser posible. 3 días era mucho. 3 días sin buscar a Levy. 3 días después de que se la llevaron y no había hecho nada.
- Sé lo que estás pensando porque te conozco y Adriel se está encargando de buscarla por toda la ciudad. Él, Derek, los del equipo, tú familia, varios amigos más...-Me tocó la mejilla, está tratando de calmarme, pero que me dijera todo eso no me calmaba, solo hacía que me dieran náuseas y me sintiera peor.
El sonido de la máquina comenzó a acelerarse más y todo se comenzó a mover. Atenea se miraba borrosa. Escuché al Doctor Juárez hablar con la chica y moverse rápido por la habitación. Escuché a mi amiga hablándome, pero se escuchaba lejana. Repetía una y otra vez mi nombre. Otras personas de blanco entraron al cuarto y empezaron a moverse al mismo tiempo que el Doctor. Tocaban las máquinas, me metían cosas al cuerpo por el suero, me inyectaban cosas y eso solo hizo que me diera mucho sueño, pero no me dormí. Levy me necesitaba y no pensaba estar más tiempo en aquel lugar.
-¡Señor, no puede entrar aquí!- Gritó una voz femenina.
-Con todo respeto; me importa una mierda, señorita.- Esa voz si la conocía; era Adriel.- Es mi hermana y quiero que me digan qué carajo que le está pasando.- Alzó la voz. Sentí sus manos frías sobre mis mejillas.- Ava, por favor. No vayas a querer irte tú también. No me puedes dejar tú también. Te lo prohíbo. -Susurró, desesperado. Sacudió un poco mi cabeza, pero por algún motivo no podía responderle.
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Liberandum ©
Mystery / ThrillerAva De Luque juró proteger a su hermana menor con su vida si era necesario. Primero muerta antes de que alguien le pusiera una mano encima. Primero le vendía el alma al diablo antes de que alguien la lastimara. Y así fue; le vendió el alma al diab...