Capítulo 14.

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"𝑪𝒂𝒎𝒊𝒐𝒏𝒆𝒕𝒂 𝒃𝒍𝒂𝒏𝒄𝒂.'' 



En cuanto bajamos las escaleras me di cuenta en donde estaba Adriel gracias a la gran bola de personas alrededor de dos chicos golpeándose. Derek fue el primero en reaccionar y se acercó corriendo a la multitud. Lo seguí, apartando de mala gana a la gente. Reconocí más de cerca a los chicos. Adriel y... ¿Nick? ¿En serio mi hermano se estaba peleando con el amigo de Atenea? El punto es que, para cuando llegué con ellos, Derek ya los había separado y los tres estaban parados. Derek en el medio de ambos, mirando a mi hermano y apuntándolo con un dedo. Adriel odia que lo apunten. 

 Me acerqué y me puse un poco frente a Adriel, quien no me vio y le lanzó un puñetazo a Nick.

Después todo pasó muy rápido.

- ¡Ava!-Gritó Atenea, corriendo hacia nosotros.

Sentí un jalón en el brazo antes de que Adriel me golpeara en la cara. Tropecé, pero nunca me soltaron el agarre. Derek paró el golpe de mi hermano con la mano y le sostuvo el puño, hasta que se dio cuenta de que casi me golpeaba y lo bajó.

Nick me había jalado hacía él, poniéndome a su espalda. 

 -¿Ni siquiera puedes fijarte en eso, De Luque?-Le reprochó Nick, acercándose a él con intención de continuar la pelea. Me apuré a colocarme frente a él e instintivamente coloqué las manos en su pecho. Ni siquiera me importaba si seguían la pelea, me daba vergüenza que todos estuvieran mirándonos.

-Nick, para ya, por favor. Me llevaré a mi hermano a casa.-Le supliqué.- Me meterán en problemas si Adriel llega peor.- Nicholas tenía el labio ensangrentado y el pómulo derecho muy rojo.- No sé qué te hizo mi hermano pero ya déjalo, por favor...

- ¡Ava, deja de tocarlo o te juro que...!-Me interrumpió Adriel, gritando, quien estaba frente a Derek. Este estaba de la misma manera que yo con Nick.

-¡Adriel, cállate una puta vez!-Le grité, girándome para verlo. Amo a mi hermano, pero cuando está en ese estado de ebrio/enojado es cuando menos lo tolero y tampoco tolero sus estúpidas amenazas de las que termina arrepintiéndose al día siguiente.- ¡Te juro que si no cierras el pico  seré yo la que te partirá la cara por estúpido!  

-Yo te digo que hizo –Comenzó Nick.-; estaba buscando a Adeline cuando vi que tu hermano estaba metido entre sus piernas.- Me imagino que será la amiga de ojos oscuros. No se separaban en toda la fiesta.

Adriel sonrió de lado, tentando al chico, y Nick me empujo un poco, tratando de acercarse a mi hermano, pero volví a poner mis manos en su pecho.

-¡Porque ella quería también!-Gritó Adriel.- ¿Le preguntaste siquiera algo? ¡No es una niña, imbécil! ¡Sabe lo que quiere!

Me giré, de nuevo, y tomé a mi hermano del brazo.- Nos vamos.-Lo miré directamente a los ojos.- Ya.-Remarqué.- Y si haces o dices otra estupidez, te juro, Adriel, que me iré de aquí sola y si mamá se entera que me dejaste irme sola...-No termine lo que iba a decir. No lo necesitaba. Adriel tampoco me dejaría irme sola.

Apretó la mandíbula y ahora él me tomó del brazo, con fuerza. Caminamos hacía la entrada, pero antes de llegar a la puerta, Atenea llegó con la chamarra de Adriel y con mi blazer. No dijo nada, solo me lo entregó, me dedicó una leve sonrisa y nos dejó pasar. Viendo el estado de mi hermano, no me encantaba la idea de que él condujera, pero estaba bastante segura que no me dejaría hacerlo a mí.

Liberandum ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora