Fiesta fiesta

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–  Te amo Sakura – le dijo en susurro cuando ambos terminaron.

No había estado muy seguro si le había escuchado, por que su respiración era acompasada y pensó que tal vez estaba dormida. Se acercó a ella y le rodeo con un brazo la cintura. Manteniéndole cerca.

La luz la despertó volteo a ver al hombre que le rodeaba la cintura y le tenía tan cerca que podía sentir su respiración en sus labios. No estaba muy segura del porque se habían enojado. Había sido hace un par de días que su vida se había convertido en un verdadero infierno junto a él. Pero antes de eso ambos estaban bien. Perfectos.

Volvió a cerrar los ojos por le cansancio y cayó en un profundo sueño.

Cuando abrió los ojos nuevamente se encontró con la mirada de Andrew. La observaba, desnuda, estaba absorto trazando círculos en su cintura.

–  Me alegro que hallas despertado, cariño – Andrew le besó los labios.

–  ¿Qué hora es? – preguntó Sakura tallándose los ojos y tratando de desprenderse del abrazo de Andrew.

–  Son las once de la mañana. Dormiste muy bien. Llamé a tu profesor para que te diera la tarde libre de hoy. Al parecer Carlo y Brenda harán una fiesta está noche. No quieren que faltemos. Iremos por un vestido, claro, si es que quieres ir. Dijiste que estas aburrida en esta casa. Asi que pensé que tal vez nos divertiríamos.

–  Quería ver a Dan – el se tensó y ella cerró los ojos con miedo.

–  Dan va a ir a la fiesta, por supuesto – Alzó la cara de Sakura y son su dedo trazó una línea en sus labios. – que es lo que quieres.

–  Quiero hablar con Dan – dijo ella aún asustada. Posiblemente solo la estaba probando.

–  Entonces eso es lo que tendrás – se levantó y vistió - ¿Vamos por tu vestido?

La tarde fue muy divertida, estando con Andrew probándose trajes, y después ella con los vestidos. Había sido todo un show.

–  ¿Estás nerviosa? – Andrew abrió la puerta de su auto y ayudó a bajar a Sakura, ambos se dirigieron a la puerta de la mansión de Carlo.

–  Un poco.

–  Te ves estupenda.

Tocaron el timbre y una doncella abrió. Les invitó a pasar y ellos lo hicieron. Las personas estaban hermosas. Todas y cada una ellas. No conocían a nadie. Ninguno de sus amigos se veía a la vista, ni siquiera Andy y Rebeca. Ambos siguieron su camino. Andrew conocía a algunas personas, dueñas de empresas o socios ricos, los cuales aburrían a Sakura. Estuvo a punto de bostezar y alguien tocó su hombro. Sakura volteo.

–  Luces espectacular.

–  Hola, Brenda – la miró de arriba abajo – tu estas magnifica, mira que bronceado. Hace meses que no se nada de ti.

–  He estado ocupada. Pero veo que tu igual. Me eh enterado de lo tuyo con Andrew – él interpelado habló cuando escuchó su nombre.

–  ¡Brenda! – la tomó en brazos y le besó las mejillas – no te he visto desde hace tanto.

–  Lo mismo digo. ¡Felicidades por su compromiso!

–  Gracias – dijeron ambos.

–  Los demás están en el porche – les señalo el lugar – a ninguno les gusta el ruido que hay aquí. Y todos me reclamaron de mi bronceado – agregó a Sakura.

Se dirigieron al porche. En donde, efectivamente se encontraban todos.  

–  ¡Sakura-chan! – dijo Andy lanzándose en brazos de ella – Dan me quiere pegar otra vez.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora