Por fin suya

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–  Eso fue interesante – Dan la llevó al hotel donde se quedarían antes de partir a México

–  Creo que fue bueno hablar con Ian después de todo.

–  Ese maldito debería estar enterrado en algún lugar con hormigas cerca.

–  Vamos, Dan – Sakura se cercó desde atrás y lo abrazó poniendo duro al instante a Dan – cuando ustedes se dieron cuenta de lo que había ocurrido tras mi accidente se tuvieron los unos a los otros, Ian no tenia a nadie, ni si quiera a Rebeca o a Andy. Y Valeria no lo hubiese entendido jamás.

–  Odio a ese tipo por haberte hecho sufrir como lo hizo.

–  Y te agradezco por eso.

Bien, Sakura no era nada consciente de lo que provocaba, y era sumamente sensual. Aun llevaba su vestido de novia y eso era suficiente para tener una erección durante el tiempo necesario.

–  Veamos señora Wyndham… – se volteo para ver a Sakura algo aterrada. No quería que le tuviera miedo. ¿Por qué me tienes miedo Sakura?

–  Eres grande – dijo al ver el vuelto que hacia en sus pantalones. – no creo que eso entre en mi, en serio es grande.

Dan no pudo evitar reírse al referirse así de él.

–  Bien solo quiero estar contigo Sakura, en verdad. Pareces una niña asustada. Parece que tienes miedo de que te vaya a comer.

–  Es que en verdad creo que quieres comerme – dijo susurrando.

–  Vamos a dormir, estás cansada, así como yo lo estoy. Mañana es un día largo y…

Dios, le encantaba que Sakura asumiera el control por completo. Un minuto estaba perdida, en el otro estaba besando apasionadamente, y era tan difícil resistirse con ese tipo de besos.

Tomó a Sakura del trasero y la subió, ella enganchó sus piernas sobre su cintura.

–  Santo cielo Sakura – él ya estaba quitándose los pantalones cuando vio los ojos de Sakura, sí, tenía miedo – tienes que comportarte si no quieres que te tome con fuerza la primera vez – le dijo cuando ambos estaban ya recostados en la cama.

–  Bien.

Dan se levantó de la cama y la vio, toda desarreglada con su vestido de novia y su maquillaje intacto excepto por su lápiz labial, que estaba alrededor de toda su boca.

–  ¿Qué es lo que tienes aquí? – dijo Dan alzando su vestido para ver un par de tenis blancos que desentonaban con todo el vestido. - ¿Por qué tienes tenis?

–  Son mucho más cómodos, creí que no te importaría, a mi gustaron mucho en cuanto los vi.

–  A mí no me gustan.

–  ¿He? – dijo Sakura confundida.

–  Te digo que no me gustan. – se apretó el puente de la nariz. – Sakura, no me gustan tenis en ti.

–  Pero son cómodos, Dan – señaló a Da con el ceño fruncido – y nada de ese tono conmigo ¿Entendido?

Dan ya se los había quitado para cuando ella terminó de refunfuñar.  

–  Vamos a ver, primero comenzaremos con tus pies, luego subiré por aquí – Sakura se estremeció al sentir sus dedos sobre sus muslos, - y luego nos detendremos por aquí – dijo justo arriba de sus bragas. – pero antes que nada te quitare de ese vestido de novia que tanto amo.

Sentó a Sakura sobre la cama y bajó el cierre que tenia en la cintura. Pudo apreciar cada una de sus curvas y ver que no llevaba sujetador. Jadeo ante el descubrimiento.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora