Vaya dias los nuestros (parte1)

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Los días seguían y cuatro meses habían pasado. Sebastian había retomado el trabajo y también seguía dando clases en la preparatoria como profesor de ingles.

Sakura y Rebeca la visitaban para ver cualquier asunto relacionado con el bebe y con las comodidades de su madre. Ambas se la vivían con ella. Andy y Sebastian eran lo primero en llegar a la casa. El primero se arrojaba, literalmente, a los brazos de Rebeca como un niño. Le encantaba que lo besaran, pero sin embargo, había algo distinto en la manera de dirigirse a los demás. Sebastian era… seguía siendo Sebastian, esa era la única razón por la que no se sorprendía cuando llegaba directamente a besar a la madre e su futuro hijo o hija.

El vientre de Samantha estaba abultado, un poco menos como una pelota de playa, solo faltaban dos meses y medio para que el bebe naciera. Era estupendo, el futuro miembro de la familia estaba destinado a nacer en a principios de Enero. Y lo esperaban con ansias.

Andrew llegaba casi siempre para la cena.

Al llegar al departamento y no ver a Sakura siempre le llamaba preguntando por su paradero, al ver que casi siempre se encontraba con Samy se dirigía directamente ahí después del trabajo. No era muy común ver a Andrew y Sakura irradiar a propósito amor. Era realmente de forma inconciente.

Las primeras veces Dan y Criss tenían que desviar la mirada. Pero ya no pudieron y sus visitas se limitaban de una a dos veces a la semana.

Platicaban acerca de su luna de miel, de Miguel, del hotel… También acerca de la idea que Samy tenia para la habitación para el bebe en Francia. Les había dicho que fueran un fin de semana mientras el embarazo aun no estaba tan avanzado. Para ver la casa.

Ambas se encontraron encantadas.

–  ¿Te vas a ir todo el fin de semana? – dijo Andrew cuando se lo dijo – ¿sabes lo solo que me sentiré?

–  Claro que sí. Pero no puedes ir – dijo sonriendo al ver su expresión – es un fin de semana para chicas. Y según Samy, le hubiera encantado que fuera Brenda. Me dijo que le había llamado por teléfono, y casi le revienta el tímpano cuando comenzó a gritar.

–  Muy normal en ella – dijo con una extraña voz.

–  ¿La extrañas? – preguntó de repente Sakura. El se quedó perplejo – humm… lo digo por que… bueno es normal que… ya no me enfadaría si la extrañaras… lo comprendería… – Andrew se acercó y la besó.

–  No la extraño. Para nada. Te amo Sakura, Brenda es una gran mujer, pero no la indicada para mí.

–  ¿Y yo si lo soy? – dijo con sarcasmo.

–  Por supuesto amor mio.

Sebastian se había portado más terco en el tema de dejar a Samy salir sola.

–  ¿Qué pasa si te duele algo? – preguntó cuando Samantha terminó de bañarse.

–  Solo serán tres días, Sebastian, Rebeca tiene que regresar a su trabajo y Sakura a estudiar. Todo saldrá bien.

–  Estaré todo el tiempo preocupado.

–  Eso es normal – le dio un beso en la frente – te preocupas por muchas cosas.

–  Solo por lo que es importante para mí – la tomó en brazos y la levo a la cama para depositarla delicadamente y taparla. Él también se acostó y la rodeo por la cintura.

–  También ten en cuenta de que no voy a ir con personas incompetentes. Rebeca es la persona más hiperactiva que tengo el gusto de conocer. Por que sabe como canalizarlo. Y Sakura es responsable. Y si algo sale mal, que no va a pasar nada, recuerda que estudia medicina.

Amor odio o paranoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora