Defensa Contra las Artes de Gilderoy Lockhart

118 16 5
                                    

Le despertó Morgana, que no paraba de ulular desde el interior de su jaula, en la parte superior de la cómoda que estaba frente a la ventana. Los ojos le picaban y se los estregó para poder ver mejor. Era de día, bastante temprano, y aún tenía unas ganas terribles de dormir, pero sabía que una vez se despertaba, ya no se dormía otra vez.

Deian se levantó, estirando los brazos. Se puso una camisa y le dio algo de comer a Benny, a quien había hecho una cama improvisada en uno de los huecos de una de sus estanterías. Mirando todo con detenimiento, todo era un auténtico desastre. Su habitación era espaciosa, con una pared llena de estanterías con muchísimos libros y, frente a ellas, su cama. Al otro lado, estaba su viejo escritorio de caoba y su silla con ruedas, donde tenía apilado pergaminos y libros de hechizos. En la pared frente al escritorio tenía un sillón, y debajo, el baúl de Hogwarts. El suelo estaba lleno de ropa, papeles y cosas que aún no había terminado de desembalar.

Caminó, tratando de no pisar nada, hasta el armario al lado de la puerta, donde sacó una blusa y se la puso, para luego mirarse en el espejo, viendo sus ojos verdes oscuros pegados y su cabello rubio totalmente revuelto. Luego, bajó a desayunar. Su padre estaba sirviendo la mesa mientras ojeaba el período cada vez que colocaba un plato en la mesa. El desayuno siempre constaba de muchos platos; bacón y jamón, leche, cereales y zumo. Su madre, en cambio, estaba limpiando el armario de la televisión mientras canturreaba algo. Cuando vieron llegar a Deian, comenzaron a comer.

—¿No han llegado las notas de los exámenes? —Preguntó su padre, mientras se servía.

—No, deberían llegar hoy, o mañana.

—No te preocupes, cariño. Seguro que has sacado buenas notas. Jean ¿Me pasas el jamón? Gracias.

Comieron mientras veían las noticias y luego su madre se fue a trabajar a la biblioteca y su padre, al museo. Ella era jefa de área en una biblioteca que quedaba cerca de Downing Street, y su padre era conservador.

Deian se quedó solo en casa. Gran parte de la mañana la pasó luchando contra Benny en un baile mortal por impedir que su escarbato robase todas las cucharillas del té que su madre tenía guardadas en el armario del salón para ocasiones especiales. Tras conseguir que se calmase, se sentó a pensar qué podía hacer ¡Solo habían pasado dos semanas y ya había devorado la mitad de los libros que le habían prestado para avanzar en sus estudios! Así pues, se sentó a ver la tele mientras se comía un paquete de palomitas.

Ese día no llegaron las notas, ni tampoco el día posterior, sino el tercero. La lechuza de Hogwarts voló hasta que se posó en la ventana del salón, soltando la carta en el suelo y marchándose al instante.

Cuando Deian salió del baño después de ducharse y vio la carta con el escudo de Hogwarts tuvo la horrible sensación que sintió cuando terminó los exámenes, y a la que había bautizado como la centrifugadora de estómago.

Cogió la carta y se sentó en el sillón, lanzando el suspiro más largo de su vida. La abrió y comenzó a leer.

EXÁMEN DE SEGUNDO CURSO DEL COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERÍA

APROBADOS: Extraordinario (E)

                            Supera las expectativas (S)

                            Aceptable (A)

SUSPENSOS: Insatisfactorio (I)

                            Desastroso (D)

                             Trol (T)

RESULTADOS DE DEIAN JOHN DUGUÉS

Pociones:                                                                                      S

Cazando el amorWhere stories live. Discover now