El trol en las mazmorras

151 15 0
                                    

Las siguientes semanas fueron auténticamente dichosas para Deian. Las clases siguieron rodando como una rueda, una tras otra, y la profesora McGonagall llegó a elogiar en voz alta su habilidad para los hechizos de transformación, premiándolo con treinta puntos. Puede que esas palabras fuesen poco bien recibidas por algunos de sus compañeros, pero para Deian eran un orgullo porque él, que había descubierto la magia hacía solo año y medio, avanzaba a paso firme. Debía seguir así, avanzando, y mejorando. Cuando se lo contó a Cedric él bufó con una sonrisa de suficiencia, diciendo que no era para tanto. Deian se enfadó, frunciendo el ceño, haciendo que el Hufflepuff se partiese de risa y rectificase: "Eres todo un Ravenclaw." Le dijo.

Para Cedric también había sido una semana de júbilo. Lo habían aceptado como el buscador del equipo de Quidditch de Hufflepuff, lo que le hacía lucir su deslumbrante sonrisa más de lo normal, mucho más, y eso a Deian le encantaba. Le sorprendía a él mismo cuanto tiempo pasaba pensando en cómo adoraba la sonrisa de Cedric, aunque cuando volvía en sí, se castigaba por esos pensamientos.

Una tarde, Cedric le envió una lechuza a la torre de Ravenclaw, informándole de prepararía un pequeño picnic para los dos en el patio de transformaciones, tras las clases de la mañana.

—¡¿Qué has hecho?! —Le preguntó, cuando llegó al sitio acordado —¡¿Has saqueado la despensa?!

Cedric se rio.

—Nada de eso, solo he sido amable con los elfos de la cocina. No tuvieron ningún problema en dejarme alguna que otra cosa que iban a poner en el almuerzo.

En la sábana sobre la hierba había una cesta llena de fruta, panecillos, fresas y un pastel de manzana, que tenía toda la pinta de ser el plato principal del picnic. Obviamente, fotografió semejante festín.

—Por cierto —Dijo Cedric, mientras separaba algunas fresas —Me ha encantado el libro ¡En serio! Trae todas las grandes jugadas de la historia e incluso las técnicas de algunos jugadores bastante reputados ¿Sabías que los Caerphilly Catapults inventaron el triángulo de ataque? Se trata de una táctica...

Deian tenía sus diferencias con el Quidditch, no eran buenos amigos, ni tampoco de las escobas, pero, a pesar de eso, le encantaba escuchar a Cedric hablar sobre esas cosas. Cuando hablaba del Quidditch, una luz se encendía en sus ojos y brillaba más que su sonrisa ¡Y eso era casi imposible! Además, la idea de que se equivocase, de que a Cedric realmente le hubiese gustado su regalo, le fue tan preciada que sintió el pastel de manzana revolviéndose en su estómago.

—Entonces ¿Te animarás a ser jugador profesional?

—¿De Quidditch? Bueno —Cedric se recostó en el césped, con su cabeza sobre la mochila —Me lo he planteado varias veces. Pero también creo que lo mío podría ser auror.

—Tienes las habilidades necesarias —Afirmó Deian —Aunque es un trabajo algo... arriesgado.

—¿Te preocupas por mí? —Inquirió Cedric, con una sonrisita.

Deian asintió, mirando hacia otro lado mientras se rascaba el cuello

—Por cierto ¿Has oído que Harry Potter ha sido nombrado buscador de Gryffindor?

Cedric asintió, con un leve gruñido.

—Lo sé.

—Uy... ¿Eso que escucho en tu voz son celos, Cedric?

—Eh... no.

—¿Seguro?

Cedric se apoyó en los codos y miró a Deian.

—¡¡Vale, me rindo!! Esa carita tuya es imbatible —Dijo Cedric, aunque con eso, sin saberlo, hizo que Deian se sonrojase —Sí, estoy un poco celoso de Potter. Yo estuve dos años esperando ser buscador y me ha costado mucho llegar.

Cazando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora