Capítulo 41: Mestizo

611 76 29
                                    

Senix

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Senix

«Cada quien elige ser por medio de sus acciones»

Repetí la misma frase por largos segundos, tratando de hallarle significados ocultos. Pero no los había. ¿Acaso alguien que haya causado mal voluntariamente merece un castigo eterno? O quizás, ¿un leve castigo por las faltas cometidas?

Sí, y a la vez no. Todo mal causado merece un castigo, y uno debe trabajar para conseguir el perdón de aquellos a quienes dañaste.

Justo ahora, todo lo que pasaba por mi mente era un tumulto de preguntas y dudas que yacían encerradas en un cofre, sin la llave de las respuestas para ninguna.

Ryan, con su vestimenta completamente negra y hecha jirones, lucía intimidante como siempre, a pesar de estar herido y tremendamente abrumado.

A él le importaban sus aliados, esos que el quería rescatar de Drynox. Aunque la verdad es que yo bien sabía que esos "aliados" podían llegar a ser sus amigos, solo que él quería lucir lo suficientemente duro como para no admitirlo.

—Entonces... ¿como llegaremos a Drynox? ¿Con esa pulcera que no encaja con tu atuendo?—pregunté, con algo de ironía, claro.

Él me miro y sonrió, antes esa sonrisa me hubiera parecido siniestra, ahora... ahora no sabía cómo describirla.

—Está pulcera que desentona con mi atuendo tiene suficiente energía para transportarnos a ambos a Drynox. Sin embargo... Ojalá tenga el suficiente poder para poder traer a Leyton y a Dalya con nosotros.

Ladeé la cabeza—¿Leyton y Dalya? ¿Ellos son tus amigos?

—Aliados—me corrigió.

—Amigos—molesté yo—. ¿Por qué no admites que son tus amigos?

—Por el simple hecho de que yo no tengo amigos. No los necesito.

—Ryan Black, te haces el desinteresado pero tú y yo sabemos que ellos te importan—me crucé de brazos y lo miré con seriedad.

Sonrió de lado—¿Siempre eres tan molesta?

Su pregunta me hizo recordar a Leo, él siempre hacía ese tipo de referencias hacia mí.

Leo... ¡Leo!

¿Qué pasaría si viera a Ryan? ¿Lo golpearía? Tendría que evitar eso a toda costa, Ryan de por si ya estaba lastimado... Si Leo lo golpeaba lo dejaría como un costal de papas.

Y eso no era bueno. Ahora... ¿Qué diría Leo? ¿Se molestaría? Posiblemente...

Tenía que ir a buscarlo cuanto antes y explicarle todo, decirle que Ryan estaba dispuesto a unirse a nosotros y poder acabar con esta guerra de una vez por todas.

No me di cuenta de mi reacción hasta que Ryan habló:

—Para ya, pareces una loca caminando de aquí para allá.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora