Capítulo 30: Los Ángeles de Luz

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Senix

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Senix

Creí que un poco tiempo de paz no nos haría daño, unos mínimos segundos de relajación para descansar de tanto caos y guerra que nos rodeaba al fin y al cabo nos vendrían bien.

Estar rodeada de tantos amigos, de tanto afecto y sonrisas cálidas era reconfortante. No importaba si los conocía desde hace una eternidad o desde hace poco, esas eran cosas inverosímiles que no contaban con tanto importancia cuando lo único que anhelaba y tenía era la confianza y esperanza palpitando en nuestro grupo.

Sonreí para mis adentros y desvíe mi desconcentración a los chicos sentados en el pleno suelo de la ahora amplia sala de estar de mi casa. La vos de la reportera de noticias llegó a mis oídos y visualice en los vídeos que transmitían el caos, pánico, miedo, desesperación. Hace dos días del ataque de las sombras y la noticia aún era viral y aclamada por muchos medios.

Esa noche me aseguré de mantener a salvo a cuantas personas pudiera, encontrando también a Monik siendo rodeada por las llamas doradas que la joven madre le había compartido como yo le había dicho.

No nos ocultamos.

Lumina dijo que nuestro secreto y parte de nosotros ya no debería de mantenerse oculta. Cuando todo acabó y estaba seguro; cientos de cámaras, focos de celulares nos cegaron con su incandescencia. Aplaudiendo y maravillandose ante nuestra vista.

Nos repasaban detalle por detalle.

Y que más decir que las chicas (Aunque algo rasguñadas y con sus melenas greñudas) pero hermosas en cierta forma, centraban su atención en Leo y Jhon. No negare que me escabullí al lado de Leo y pase mi brazo aún con la armadura dorada por su cintura. El me correspondió y así siguieron las grabaciones, los gritos eufóricos y las múltiples preguntas indagando en que éramos exactamente.

Esa noche recibimos muchos apodos y cada uno con un significado más loco.

Pero los más populares eran los que se nos dieron por separado a Lumina, Leo,  Jhon y a mí: Ángel de fuego, ese era el mío, los chicos incluyendo a Randall (el chico que nos llevó en su coche a Monik y a mí) dijeron ese apodo porque literalmente estaba cubiertas en llamas y mi pelo flameaba.

Ángel de luz. (Creo que ya saben)

Ángel blanco para Lumina.

Y Ángel del trueno para Jhon. Sin duda ese lo complació demasiado.

—Sube el volumen—pidió Leo a Diego, estaba a mi lado y me miraba por el rabillo del ojo mientras elevaba una de sus comisuras en una media sonrisa. Recosté mi cabeza en su pecho y aspiré su olor. Masculino, menta, bosque y un leve dulzón que embriagaba.

—... los extraños e insólitos acontecimientos ocurridos este nueve de Agosto han dejado furor y pánico por todos los residentes de las afueras de nuestra ciudad. Unos dicen que son seres de otros mundos con la sola intensión de atacarnos y generar una extinción masiva de nuestra especie. Otros aseguran que son seres de la oscuridad liderados por las fuerzas del infierno. Sin duda las teorías son cada ves más alarmantes y escandalosas, pero claro que no podemos descartar cada una de ellas. —La reportera inhaló profundamente y continuó :—Los jóvenes que captaron las imágenes de nuestros salvadores están en la adsoluta certeza que son ángeles protectores enviados para nuestro bienestar, y que nos mantendrán a salvo de estos extraños seres sin rostro.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora