Capítulo 38: Formación Retorno

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Senix Fire

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Senix Fire

No sabría definir las intensas emociones que se arremolinaban en mi interior. Quería gritar de felicidad, desplegar mis alas y volar lo más alto que pudiera. Quería estallar como una bola de fuego que también generará muchas luces de colores. Me sentía viva, feliz, me sentía en mi mundo.

¿Qué más quería?

¿Qué otra cosa deseaba mi corazón?

¿Qué más me faltaba?

Me sentía cautivada ante tanto esplendor que generaba todo este lugar. Los árboles... El cielo, las nubes coloridas, las estrellas, los astros que se distinguían en la lejanía, las altas montañas bañadas en nieve blanca, otras acariciadas levemente por el sol. El brillo de todo el Imperio, las casas, su gente. Todo era tan cautivador.

Pero, a pesar de tanta magnificencia y lujo, lo que más me hacía sentir reconfortado eran las personas... y fénix con los que me hallaba rodeada.

—Tierra... eh no espera ahora no es así. ¡Mifnix llamando a Senix!— una mano se agitó enfrente de mi cara y la aparte de un manotazo. La enorme sonrisa de Diego me contagio con sus tontas bobadas.

—Tú no dejas en paz a nadie cuando quiere apreciar la vista—le dije, fingiendo molestia.

—Aprecia esta atractiva vista—mire en dirección a Leo, quien se señalaba de arriba hacia abajo con un dedo.

La fénix blanca a mi lado soltó una risotada—Su lado arrogante volvió.

—Nunca dije que se hubiera ido—le dijo Leo, Lumina puso los ojos en blanco y bufo, instandonos a avanzar más rápido.

Habíamos dejado su hogar muy atrás y ahora nos dirigíamos directamente al Palacio Real. Desde nuestra distancia (que era mucha) se podía distinguir el ajetreo a las afueras del Palacio.

¿Sería la bienvenida?

Rayos, otras ves los nervios volvían.

—Apresúrense, —nos apuro Lumina—y ustedes dos ¡caminen! No los esperaremos.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora