Capítulo 2: Mirada intensa

2.8K 203 31
                                    

Senix

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Senix

Me levanté después de que mi alarma sonara unas cinco veces como mínimo.

Corrí como una loca a bañarme, vestirme y atar mi cabello en una coleta alta mientras rezaba internamente para que mis pies no tropezaran, me botaran y me dislocaran el cuello.

Guardé mis cuadernos en la mochila y bajé las escaleras como alma que llevaba el diablo.

En cuanto llegué a la cocina vi a Iris terminar de desayunar, tomé una tostada y la devoré casi atragantándome.

«Debo contarle sobre el sueño... » pensé. Pero por alguna razón algo me lo impedía. Ella iría a su trabajo y yo a la escuela, no podíamos perder tiempo con eso por ahora.

—Creí que se te hacía tarde—dijo ella—. Pero ya veo que no, ¿y qué le pasó a tu cabello?

«Un camión me pasó por encima. Eso pasó. »

—No me cepillé bien. Pero no importa—me dirigí hacia la puerta—. ¡Nos vemos más tarde!

Ella sacudió una mano en mi dirección.

—Cuídate y regresa en cuanto salgas.

«Como si tuviera otro lugar a donde ir. »

Caminé lo más rápido que pude apretando las correas de mi mochila hasta que llegué a la acera donde estaba estacionado el autobús casi lleno por completo de estudiantes de la zona.

Antes de subir vi a una pelinegra hacerme señas desde una ventanilla, instándome a que apresurara el paso para sentarme junto a ella.

Subí y traté de ignorar las miradas que se posaban sobre mí. La mayoría eran de los chicos mayores de mi escuela, por lo que siempre que me observaban cuchicheaban entre sí y soltaban risitas.

A veces quería plantearme frente a ellos y decirles "¿Qué es tan gracioso? ¿Te divierte mi cara? ¿Quieres pelea?" pero siempre me aguantaba porque no valía la pena hacer eso.

Aunque no puedo negar que era algo incómodo.

Al menos Diana, mi mejor amiga, estaba cerca, porque cuando estaba presente la tensión que sentía se desvanecía un poco. Ella era como mi fuente de confianza.

Monik, la chica que se creía la más popular de la escuela como esas de los clichés literarios (o eso se creía ella) me vio con una desaprobación casi alarmante.

«En serio que ella tiene un gran problema con el exceso de vanidad. »

Sus dos amigas, Sara y Camila le siguieron el gesto de burla hacia mí, como si quisieran empujarme lejos para que desapareciera.

Lo peor de todo es que nunca les hice nada para que ese estúpido odio surgiera.

Pero ya me daba igual.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Where stories live. Discover now