Capítulo 28: Alza tus alas y emprende tu vuelo

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Leo Levitt

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Leo Levitt

La impaciencia acrecentó en mi interior al notar la ausencia de Senix. Deseaba saber porque tardaba tanto en el piso de arriba con Diana. Me desespere y subí como un torbellino, encontrándome con Diana sollozando en el suelo. La ira hizo ebullición en mi, no hacía Diana, sabía que ella no tenía la culpa, conocía a Senix y tenía muy en claro lo terca, curiosa y valiente que era. Seguramente se arriesgo a algo que mis torpes ojos no pudieron observar ni estudiar mucho antes para lograr evitar lo que sea que estuviera pasando.

—Diana, ¿Dónde está Senix?—Trate de ser lo más suave posible. Pero la impaciencia causaba que mis nervios explotarán.

—No se... Ella...ella dijo que no tardaría. —Sollozo más fuerte y la gruesas lágrimas se escurrían por sus mejillas. Se me encogió el corazón allí mismo. —Dijo que no tardaría... Que me estuviera aquí. Lo siento Leo no pude detenerla, debí detenerla. Soy una tonta. ¡Una tonta!

—Shh, tranquila, ella estará bien. Diana, es Senix, obvio que estará bien. —Me agache en el suelo con Diana y trate de calmarla. Pero también quería hacerlo conmigo mismo. Quería creer que Senix estaría bien.

—Lo siento—Susurro.

—¿Que pasó?—Jhon llegó jadeando, venían detrás de mí pero en el tumulto de adolescentes el, Lumina y Diego se quedaron atascados—¿Donde esta la princesa?

Diego y Lumima se unieron también, Lumima luciendo tan hermosa como siempre, su cabello dorado pálido era en verdad hipnotizante, de no haber forjado una gran amistad con ella juro que abría usado mis encantos en ella hace mucho tiempo. Pero era mi amiga, una gran amiga, y esa parte de mi, ese sentimiento latente que yacía en mi pecho había sido conquistado por una joven damisela de cabellera de fuego e indomable ser.

Si la situación no ameritara concentración juro que me volvería más loco de lo que ya estaba por Senix al recordar el beso de esta noche. Sus labios, tan suaves y dulces contra los míos. Tan sincronizados. Era como si nuestras bocas fueron diseñadas para encajar la una a la otra a la perfección. Senix sabía a tentación prohibida, un sabor creciente de dulces sensaciones que te hacía desear más y más insaceablemente por toda la eternidad.

-Siento la aura oscura de una... No se que pueda ser exactamente. Quizás una sombra dark...-Dijo Lumina, tratando de explicar la ausencia de la princesa que me había robado la cordura desde que note su esencia y sus preciosos ojos azules. Lo sé, estoy loco por Senix, ¿Se nota bastante, no es así? -Un portal de la Muerte. ¡Leo, como no lo sentimos antes!

-¿Portal de la Muerte? ¿Sombras dark? Lumina, en primer lugar, ¿Que hacían esos engendros en La Tierra? -Jhon se notaba desesperado, seguramente se devanaba los sesos buscando explicaciones lógicas.-Es imposible. Es total y adsolutamente imposible.

Diego pareció más ofendido por la intervención de Jhon, y si, notaba que el estaba un poco loquito por Lumina.
-¿Notas alguna otra explicación que pueda explicar esto? Porque si es así, chispitas, iluminanos.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Where stories live. Discover now