Capítulo 24: Marcas.

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Kristoff vivía en un edificio a treinta minutos del instituto, vivía en una zona departamental y había otros cuatro edificios además de donde él vivía.

Kris la llevo hacia su edificio, y saludo al guardia antes de subir, el cual miro a Rose negando con la cabeza, cosa que le ocasionó un retorcijón en el estómago a la chica.

—Bienvenida a mi cueva de macho—le dijo Kristoff cuando entraron al departamento, extendiendo sus brazos en señal de abarcar todo. Lo primero que noto Rose es que no había comedor, si no que estaba la sala de estar, una barra con taburetes y detrás de esta la cocina, creía recordar que eso se le llamaba “Cocina americana” pero no estaba segura, pero lo que si sabía era que a Kris le gustaba el rojo; paredes, la superficie de la barra y las cortinas eran rojas, el resto de los muebles eran blancos y negros. Bastante bonito y simple.

—Lindo—le sonrió ella, dejando su bolso en un sillón blanco y acercándose a la ventana, esta estaba a un lado y hacia que entrara toda la luz e iluminara desde los sillones hasta el fondo de la cocina. —Siempre me ha gustado ver los rayos del sol desde la altura—comento, la vista era bastante bonita ya que Kristoff vivía en el último piso.

—Me alegra que te guste—le sonrió Kristoff, colocándose a su lado.

— ¿Esperas que duerma en el suelo o qué?—pregunto Rose para cortar el silencio donde ambos se habían quedado admirando la vista.

—Puedes dormir conmigo si quieres—le ofreció Kristoff con una mirada picara.

Ella negó con la cabeza, aguantando la risa—enséñame las habitaciones.

—Tranquila, Rosi, apenas vamos en la sala—siguió jugando Kris. —Ven, están por aquí—le señalo tomándola de la mano y guiándola hacia las habitaciones. —Esta es la mía—le mostro él al momento que abría la puerta y la tiraba hacia el interior de la habitación. Rose quedo impresionada; las paredes eran de un rojo oscuro pero estaban cubiertas de fotografías, a color, en blanco y negro, con efecto sin efecto. Todo lo que pudieras imaginar. Y la mejor parte era que la mayoría estaba sacada de una cámara instantánea, y antes de poder evitarlo, se acercó a una pared (aunque las tres paredes tenían fotografías) y observo las fotografías; había algunas de flores, atardeceres, fotos de Kristoff y Ryan, habían tanto en ese lugar, pero ella sintió como si no fueran solo fotografías, había algo en la forma en que estaban tomadas que le hacía sentir que eran un representación de los sentimientos de Kristoff, poso una mano sobre la pared de forma inconsciente, completamente maravillada con la habitación.

—Hermosa—dijo Kristoff, sacándola de su trance. Ella volteo a verlo y le sonrió cuando vio que tenía una cámara instantánea en las manos, sonriéndole de oreja a oreja, la foto se deslizo por la ranura y Rose la tomo antes que él.

—Lo hiciste apropósito—lo acuso mientras agitaba la foto un poco, luego observo la foto; Era a color y Rose se sorprendió al ver lo sumergida y maravillada que se veía, pero su pelo era un completo desastre—no salgo tan mal—se encogió de hombros mientras le pasaba la fotografía.

—Amo la fotografía, en esta habitación hay fotos que saque cuando tenía quince o catorce—le comento, mirando las paredes de su habitación—ven aquí—le sonrió volviendo a mirarla.

— ¿Qué?—pregunto confundida, pero antes de que pudiera reaccionar Kristoff la agarro de la muñeca y la atrajo hacia él.

—Tengo muchas fotos con Ry, quiero una contigo—le explico sonriéndole y Rose creyó ver que sus ojos se veían de un verde diferente.

—Quiero que me mires—le pidió Kris y tomo otra cámara instantánea, esta se veía mucho más moderna, y la dejo en una repisa alta. — ¿Lista?

¿Crees que me conoces? (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora