Capítulo 3: En la casa Hatt.

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— ¿Qué?—Por poco se le desencaja la mandíbula con la pregunta.

—No sé, me salió de duda—Caro se encogió de hombros—no te pongas así y responde o creeré que si te gustaba o te gusta—Insinuó

Rose se encogió, sin que se le ocurriera algo que decir, finalmente suspiro resignada, no tenía caso ocultarlo—Si—Declaro mirando hacia otro lado— Pero era de ese amor de niños, nada importante—Se apresuró a decir antes de que sus amigas se agitaran.

— ¿No te pasan cosas con él ahora? El sentimiento puede reavivarse—Opino Alice

Rose se rasco la cabeza—sé que me he quejado de que se les agita la hormona a las chicas toda la semana pero, Dios—Cambio el tono de voz, recordó al Kristoff parado enfrente de toda la clase— la pubertad sí que le ayudo, antes era lindo de manera tierna pero ahora—solo un silbido—Esta bueno.

— ¿Bueno?—repitió Alice en tono de "¿enserio esa es la palabra?"

—Okay, es uno de los tipos más calientes que he visto en años, está que arde y me lo comería con nutella-sus amigas rieron- Pero dejando de lado lo físico, como ya dije antes, es un chico malo probablemente un chico de una-sola-noche, un cerdo—Hizo una mueca de asco.

—Rose.... —Comenzó Alice

—Ya no es tema—Corto Rose—ya le dije que se alejara de mi—comenzó a levantarse—Ya le dije que se alejara de mi—Miro desde arriba a sus amigas, observo como la miraban—Y es mi última palabra—dijo en tono serio, poniendo fin al asunto— ¿Nos vamos ya?—Ofreció sus manos para ayudar a sus amigas, ellas compartieron una mirada y aceptaron la mano de Rose.

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Rose regreso por su motocicleta al instituto y tomo el camino largo hasta su casa. Deteniéndose en las luces amarillas. Sin prisa con la velocidad. Tomándose su tiempo.

Su moto se había convertido en casi una extensión de su cuerpo, se sentía completamente cómoda en ella, la manejaba como una extremidad más. Tres años usándola casi a diario tenían ese resultado.

Se fue absorta en sus pensamientos, cuestionándose lo que había pasado en el instituto, pensando en los problemas que quizás vendrían, tanto que a pesar de estar pendiente de las luces amarillas no estaba tan pendiente de las verdes: dos veces un auto le toco el claxon.

Llego a su casa más tarde que de costumbre, guardo la moto bien segura y entro por a la casa pero no sin antes observar en bonito color rojo oscuro que le encantaba.

No se sorprendió al escuchar música proveniente de la sala de estar. En el medio del semicírculo compuesto por cuatro sillones en tonos tierra y sobre la alfombra estilo india estaba su pequeña hermana bailando y cantando "Couting Stars" de One Republic.

—Pareces una ardilla a la que le dio una sobredosis de café—se burló en voz lo suficientemente alta como para hacerse escuchar sobre la música, observándola con ternura. Su hermanita le daba la espalda y pego un respingo cuando escucho su voz pero se le ilumino la cara cuando vio a su hermana mayor.

— ¡"mana"!—Dijo sonriéndole y yendo a saludarla— ¿Cómo te fue?

—Bien—Apoyo una rodilla en el suelo para abrazar a su hermana— ¿Y qué tal tu día Monsi?—En realidad se llamaba Mónica pero Monsi era mucho más tierno. Ella se escapó de sus brazos y fue a bajar la música.

—Muy bien—Rose se la quedó mirando, siempre que la veía recordaba por que las cosas que había hecho- y aun hacia- valían la pena.

—No sabes cuánto me alegro que haberte enseñado música decente—Se enderezo— ¿y qué tal mama? ¿Estaba bien cuando se fue al trabajo?

¿Crees que me conoces? (Editando)Where stories live. Discover now