¿Crees que me conoces? (Editando)

Capítulo 1: ¿Su Rose Hatt?

La pequeña niña corrió por el parque directamente hacia lo columpios y casi se cae al llegar ellos solo frenada por que se sujetó de las cadenas de las que colgaba la tabla de madera.

—Cuidado—dijo un niño que ella no había visto por estar muy concentrada en apoderarse del columpio y que nadie se lo quitara, el niño se sentó en columpio de al lado—a menos que quieras caerte—le sonrió haciendo que sus ojos verdes brillaran ligeramente, la niña se quedó embelesada por un instante: eran los primeros ojos de color que veía, sus ojos cafés no eran nada en comparación. Le devolvió la sonrisa con timidez mientras se sentaba y comenzaba a tomarse impulso, pero para su desgracia sus piernas eran demasiado cortas para hacerlo.

— ¿Necesitas ayuda?— ¿Nunca dejaba de sonreír?, Ella bajo la mirada y le echó un vistazo a su madre sin levantar la cabeza pero ella estaba hablando por teléfono y le sonreía, no se animó a molestarla, sus mejillas se sonrojaron ligeramente y miro al niño.

— ¿Me ayudarías?—murmuró, el niño se bajó del columpio, él era más alto que ella, se colocó detrás de la niña y la empujo y ella comenzó a impulsarse con sus piernitas. El chico volvió a sentarse en el columpio y se empujó solo.

—Soy Kristoff— se presentó, observándola con esas esmeraldas.

—Me llamo Rose, un gusto— agrego recordando lo que su madre le había dicho sobre los modales.

Rose agito la cabeza para apartar el recuerdo. ¿Por qué había soñado con la primera vez que lo vio? Tenían siete años en esos tiempos, se habían vuelto muy buenos amigos pero al año siguiente el chico había desaparecido sin dejar rastro alguno, ni un mensaje, ni una carta, ni una despedida. Respiró profundo cuando recordó lo mucho que le había dolido; ella tímida, sin muchos amigos y él se había ido sin más. Pero ahora ella era diferente, pensó con una sonrisa mientras se pasaba una mano por su cabello corto hasta los hombros, volviendo a la realidad.

—Tal vez Johannes—postulo Alice quien estaba sentada a su derecha, todas las chicas estaban reunidas en el centro del salón que, casualmente, era justo donde se sentaban Rose y Elizabeth pero esta había faltado ese día.

—Yo voto por Frederick—opino Caroline ajustándose las gafas al estilo John Lennon que traía hoy.

¿De que estaban hablando?

De la bomba de semana y el rumor del mes: La llegada de dos chicos nuevos. La única información que tenían de ellos era que uno tenía un nombre que sonaba extranjero y las chicas estaban intentando adivinar ese nombre.

—Y a mí no me interesa—soltó Rose, se había recostado en el respaldo de la silla y había puesto los pies sobre la mesa—Vamos, chicas. Hay hombres por todo el instituto, ¿en serio se les va a alborotar la hormona por dos chicos nuevos?—ella no le encontraba gracia al "Adivina el nombre" y tampoco le interesaba la llegada de los chicos, incluso agradecía que llegaran hoy así todo el cotilleo cesaría de una buena vez.

—Tu solo lo dices porque eres la "inalcanzable" del aquí y seguro tampoco les agradaras—la acuso Lina, una morena que había vuelto del verano con el cabello rubio. Rose bajo los pies de la mesa y se inclinó hacia donde estaba la chica, apoyando los codos en sus rodillas, en un gesto amenazante, sonrió al ver un destello de terror en los ojos de Lina y hablo con tranquilidad:

—No me interesa porque, a diferencia de ustedes, la llegada de un par de chicos no me alborota la hormona ni mueve mi mundo—se estiro hacia atrás, volviendo a la posición de antes—tengo cosas más importantes en las que pensar.

—Igual ella tiene razón, son solo chicos—Dijo Marie, intentando aliviar el ambiente—no es como si unas superestrellas vinieran a nuestro instituto— Las chicas asintieron pero empezaron a dispersarse e ir a sus lugares, de todas maneras faltaba poco para el inicio de clases y que el ansiado dúo se presentara. Coloco bien su silla y se sentó de pierna encima.