Capítulo 49.

4.8K 147 14
                                    

¿Alguna vez has estado enamorada? Es un sentimiento... difícil de describir. Algo agridulce, pero infinitamente precioso. ¿Verdad? Algo extraño de expresar mediante palabras, pero muy fácil hacerlo con una simple sonrisa, o con la mirada. Estar enamorada te hace sentir tan vulnerable... Abrimos nuestro corazón y eso significa que alguien pude entrar y remover todo, entrar y arruinarte interiormente. Construyes todas esas defensas, una armadura completa para que nada ni nadie pueda dañarte o herirte. Y entonces, en el momento preciso, sin darte cuenta de como o cuando sucede, llega esa persona, diferente a cualquier otra persona. Entra en tu vida y te enseña a querer, a explorar nuevos sentimientos que estaban escondidos. Entra dentro de ti, y lo remueve todo. Para bien, o para mal. El amor toma rehenes dentro de ti, haciendo sentir cosas que nunca antes habías imaginado. Se mete dentro de ti. Para bien y para mal. El amor, el deseo, la tristeza te devora y te deja llorando en la oscuridad, con palabras tan simples y a la vez destructivas, se convierten en una astilla de vidrio abriéndose paso en lo más profundo de ti, tu corazón. Duele. No solo en la mente, si no también en el corazón un verdadero sentimiento que se mete dentro de ti y te despedaza. 

Cinco horas antes.

Narra Melissa.

Sabía que después de estas tres semanas de mierda, hoy, viernes por fin, debía empezar un buen día. Había pasado los días... en lo brazos consoladores de Sara. Con mi compañero de penas, el helado. Con mi amiga de entretenimiento, la televisión. Y con mi mejor amiga, la que sabe todo de mí, la que ha aguantado un mar de lagrimas, mi quería almohada. 

No había ido a las practicas durante varios días, por que realmente no me veía con fuerzas, ni mucho menos con ganas de ver a Carter. 

Había hablado con Justin varias veces, bueno, más bien unas cinco veces en tres semanas, contadas, ni más ni menos. El escaso tiempo que teníamos para hablar juntos, no ayudaba a mi estado de animo. Pero lo entendía, él tendría que estar muy liado. 

Hoy, el gran entusiasmo de Sara por tener un día de chicas, me hacía estar más animada. 

 Ya no había solución a que Justin se tuviera que marchar. No se podía hacer nada, así que... Pero eso no quería decir que no le echara de menos. Que no pensara en él a todas horas. Y en que, inevitablemente, dudaba en si él hacía lo mismo conmigo. 

-Melissa. –dijo Sara, entrando por la puerta y alargando la primera silaba de mi nombre-. Espero que estas vestida, arreglada y perfumada. He traído el desayuno, lo tomamos y nos vamos. –sentenció. 

Sonreí, por más que no me apeteciera hacerlo. 

Vino hacía mí, y con un tono más serio me hizo mirarla fijamente.

-¿Como estas?

Odiaba esa estúpida pregunta y el hecho de tener que responderla falsamente.

-Bien. –hice una mueca. 

-¿Enserio? –¿Para que mentirle a ella?

-No. –junto sus labios, y me miró, entristecida. Me abrazó, como mil veces había hecho estos días. Y en verdad, lo agradecí. Prefería un abrazo en el que me mostraba que estaba ahí para mí, que mil palabras de consuelo que, al fin y al cabo no iba a escuchar. Sus abrazos eran mucho mejor, me hacían sentir mejor y apoyada. Sentía que, por una mínima parte, me podía sostener en alguien que no me iba a dejar caer nunca. 

Se despegó de mí.

-Bueno ya, basta de tristezas por hoy. Vamos a salir. Ya sabes, sonrisa bonita y dinero en el bolso. Vamos a arrasar Los Ángeles.

By your side. {Justin Bieber} {TERMINADA}Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα