Varios días después.
Ni siquiera avise a Sara al salir de casa, creo que ella hoy no tenía practicas. Desde que le conté lo que había pasado, estaba todo el día encima de mi, y me hacía sentir frágil. Tampoco me apetecía hablar con nadie.
El taxi tarde unos diez minutos y me dejo en la puerta.
Las horas transcurrían lentas y largas. No prestaba atención. Estaba sumergida en mi mundo. Todos mis pensamientos los ocupaba Justin.
Todavía estaba arrepentida por haber sido tan estúpida de no contarle la verdad. Ese sentimiento de vacío seguía perturbándome.
Justin era casi indispensable para mi, y ya no le tenía.
Lo echaba de menos. Echaba de menos que me llamara a cualquier hora para contarme tonterías o que me mandara mensajes durante las practicas para hacérmelas más amenas.
Ahora ni siquiera me cogía el teléfono. Lo había llamado varias veces. Pero nada.
Nuestra última conversación. La última vez que le vi, ni siquiera me miro cuando me marche.
Sentía que cada vez que recordaba todo lo que me dijo, algo se quebraba dentro de mi. Descontrolando mis sentimientos, y aumentando mis ganas de llorar.
¿Fama? Jamás pensé que me iba a decir eso. Pensaba que se enfadaría, pero nunca que dijese que estaba con él por fama.
Eso dolía. Más de lo me imaginaba.
Ese estúpido periodista me la había jugado. Le había dado la vuelta a las cosas muy bien, dejándome a mi como una autentica zorra.
Durante estos últimos días sentía que todo me superaba, no tenía ánimos de nada. Y no tener ni una sola noticia de Justin me inquietaba.
El reloj indico que ya había finalizado la clase. Recogí mis cosas y salí de la clase.
-Melissa. –si no me equivoco, Carter me llamaba desde atrás. Me gire, sí, en efecto, era él.
-Hola. –saludé.
-¿Te puedes quedar una hora más? –pregunto. Imaginaros las pocas ganas que tenía yo de quedarme una hora más. Solo quería llegar a casa y tirarme en la cama toda la tarde.
-Sí. Claro, vamos. –dije, intentando que mi sonrisa no fuese muy falsa.
Tras una hora haciendo cuentas y organizando un par de asuntos sobre la campaña, terminamos. La campaña cada vez iba más avanzada. Habíamos trabajado mucho en esto y estaba yendo sobre ruedas.
-Bueno, gracias por haberte quedado. Realmente te necesitaba. –sonrió.
-De nada. –sonreí amablemente, mientras cogía mi bolso.
-Por cierto, dentro de poco haremos un evento para recaudar fondos y donaciones para la campaña. –dijo.
-Hm, ¿Cómo? –pregunté. Para que me explicara de qué trataba.
-Pues ya sabes. Se invitan a famosos y ellos aportan donaciones. Y como el evento tendrá prensa a ellos también les conviene.
Claro, como no se me había pasado esa idea por la cabeza.
-¿Quiénes vendrán? –cuestioné.
-Está por verse. Pero por ahora los que viven aquí, en Los Ángeles. Katy Perry, Bruno Mars, Britney Spears y tal vez Justin Bieber. Pero no hay nada confirmado todavía. Eso ya se verá.
-Yo prefiero no ir. –dije. No era lo más adecuado ver a Justin, y más en un acto público.
Carter me examino fijamente, haciendo una mueca.
