La Navidad era una de mis épocas favoritas del año. Las luces iluminando la mayoría de los sitios y las casas, la nieve en algunos lugares, los adornos navideños, y la unión de las familias.
Esta Navidad, en concreto, había sido de las mejores. Hacia tiempo que no veía a mis padres, y a pesar de lo ajetreada que era mi vida últimamente, los había echado mucho de menos. Pasamos la Navidad en mi casa. Junto a mis abuelos, mi tíos y mis primos. Era muy bonito ver a mi primo pequeño ver abrir los regalos, tan inocente.
Había ido de compras con mi madre, había pasado tiempo con mis abuelos, y había tenido las típicas charlas con mi padre sobre el trabajo, los chicos, y las fiestas. Él siempre me vería como una autentica niña, y eso me encantaba, era adorable.
Pasar tiempo en New Port me había ayudado mucho a relajarme.
-!Mamá¡ -llamé a mi madre desde la planta de arriba, donde me encontraba en mi habitación. -!Mamá¡ -volví a llamarla.
-¿Qué pasa cariño? -respondió ella.
-¿Has cogido mi blusa azul?
-Sí, la cogí esta mañana para lavarla.
-Pero mamá, me voy mañana, no va a dar tiempo a que se seque. -dije yo.
-Si, no te preocupes. Clara la meterá a la secadora. -Clara era una mujer encantadora que venía a mi casa ha hacer la tareas.
-Espero, por que es de mis blusas favoritas.
-Sí no te preocupes. Y ahora baja a cenar anda. -dijo mi madre.
Justin y yo habíamos hablado varias veces durante estas dos semanas. Algunas veces por teléfono y otras veces por mensajes. Me había contado que Canadá estaba cubierta por nieve y me envió varias fotos. Dijo que estaba con toda su familia y que aparte tenía muchísimas cosas que hacer.
FlashBack.
-Rubia, podrías estarte quieta. No te oigo bien. -dijo Justin.
-Bieber, ¿Qué no has entendido de que estoy en el centro comercial?
-En el centro comercial las personas están quietas.
-No cuando van de una tienda a otra.
-¿Has ido a alguna tienda de lencería? -pregunto con su voz seductora, mientras se reía.
-Aunque hubiese ido, no la ibas a ver. -sonreí mientras mordía mi labio.
-No pretendo verla, precisamente. -me reí.
-Agua fría Bieber, agua fría. -contesté. Él soltó una gran carcajada.
-En realidad lo que necesito es verte ya. -me enternecí ante su frase. Escuche una voz de un niño tras el teléfono. -Di "Hola" -escuche que Justin decía.
-Hola. -una tímida y infantil voz hablo.
-Hola. -respondí con voz dulce y simpática.
-Ey, Jaxon, ven aquí. -escuche reírse a Justin. -Rubia, le ha dado vergüenza y se ha ido. -siguió riéndose.
-Oh... -alargue, todavía enternecida. -Tu hermanito es muy dulce.
-¿Más que yo? -pude notar esa típica sonrisa suya, juguetona.