Capítulo 28.

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Narra Justin.

Recuerdo perfectamente como empezó todo. El primer día que la ví, en aquel edificio, con esa camisa que marcaba sus definidos pechos. Un accidental choque hizo que derramara el café encima de ella, y ahí empezó todo. Lo que más llamó mi atención fue su particular manera de rechazarme en un principio. Lo cual hizo que se convirtiera en un atrayente y divertido juego para mi. Un juego que se basaba simplemente en que cayera en mis redes, y en mi cama. Lo único con lo que no contaba es que, intentando conquistarla, de alguna manera u otra, con sus encantadoras sonrisas, su extraña timidez, la forma en que me mira o lo adictivos y sensuales que son sus labios pegados a los mios, logro que algo más profundo se enredara dentro de mi. Sentimientos, creo. No estaba enamorado de ella, ni mucho menos. Pero la idea de tenerla a mi lado, de besarla cada vez que quisiera y de que fuese completamente mía,  resuelve muchas dudas que llevo cuestionandome días atrás. Jamas pensé que un encuentro tan simple como ese me traería hasta aquí. Esboce una sonrisa al pensarla, y ala vez al pensar en lo cursi que era cuando se trataba de ella. 

Fijé mi vista a través de la ventana. 

-Joder...-susurré anonadado.

Espectacular. Esa era la palabra que describía hoy a Melissa. Realmente espectacular. Llevaba un vestido gris ajustado hasta la parte baja de sus pechos, y un escote elegante, en forma de pico. El vestido dejaba ver sus  deslumbrantes piernas hasta un poco más arriba de las rodillas. Y el conjunto finalizaba con unos sencillos tacones negros. 

-¿No me piensas abrir Bieber? -dijo con una bonita sonrisa. Dando pequeños golpecitos en la ventana de mi coche. Pulse el botón que abría los seguros y se sentó en asiento del copiloto.

-Buenas noches rubia. -le dije, para aliviar el ambiente.

-Buenas noches Justin. -sonrió. Se terminó de acomodar en el asiento.

-Creo que esa no es la manera adecuada de saludarme. -alce una ceja.

-Pues yo creo que he sido bastante amable. -dijo con una sonrisa, sobrada.

-No lo suficiente.

-¿Entonces como debo saludarte, Bieber? -pregunto ella, de forma divertida.

-¿Me dejas demostrartelo? -pregunte. Mientras ella mi miraba con una leve sonrisa. Asintió.

Mire un segundo sus ojos, luego su boca. Y de un momento a otro junte nuestros labios. En un primer momento ella no seguía al compás mis movimientos sobre sus labios, pero al poner mi mano sobre su nuca para enfatizar, ambos cogimos un ritmo perfecto, fusionandonos. -Así mucho mejor... -afirme al finalizar, despegandome despacio. 

Me coloqué bien en mi sitio y arranqué el coche. No podía parar de mirarla. Tras el beso sus mejillas estaban rojas. La hacia verse muy guapa y demasiado tierna. 

-Bieber, centrate en la carretera. Quiero llegar viva. -dijo ella, con ese color rojo tan bonito que se apoderaba de sus mejillas.

-¿Como quieres que me centre teniendote justo al lado? -pregunte divertido.

-Apañatelas. -dijo ella, mordiendo ligeramente su labio. ¿de verdad quería que me centrara si hacia ese tipo de cosas?

Llevaba más de veinte minutos conduciendo. Ya se veía la playa justo a un lado de la carretera, y creo recordar  que Scooter dijo que la casa donde se celebraba la fiesta era en la playa. En efecto, ahí estaba la gran casa, con bastantes coches esperando en la puerta y un par de guardias en la entrada. Aparque el coche.

By your side. {Justin Bieber} {TERMINADA}Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu