Capítulo 1.

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Una de las más ruidosas canciones sonaba en mi móvil como alarma. Sara y yo salimos con prisa del apartamento para esperar abajo, en el portal, a Brit y Alis, que vivían al lado.

 -Chicas quince minutos tarde. No está mal para ser el primer día –dije irónica

 -Oh vamos Mel, no empieces. Llegamos bien –dijo Brit.

 Supongo que las chicas me tenían como responsable del grupo, a mi no me hacia gracia, porque solo me consideraba así con las cosas importantes, como las practicas.

Con respecto al estilo, era una chica fina a la hora de vestir. Me gustaba ir bien arreglada. Tal vez un poco perfeccionista.

Llegamos a un gran edifico en el que, por lo que nos explicaron, se hacían diversas cosas, desde sesiones de fotos hasta, llevar revistas y manejar cuentas y ordenadores. En estas últimas nos encontrábamos nosotras. Justo antes de entrar a la sala de ordenadores a empezar las practicas, tuve que ir al baño.

-Alis, voy al baño, enseguida vengo –dije en voz baja.

-Está bien, date prisa. Te espero aquí –le hice un gesto con la mano en señal de aceptación.

 Baje unas escaleras y me dirigí  al final de un pasillo, volví hacia atrás por que no tenía salida ¡mierda, este edificio era enorme! Fui a girar la esquina cuando me choque con un chico más alto que yo, que derramo su vaso de café en mi camisa de lacoste.

 -Genial –dije de forma irónica. Poniendo cara de desagrado.

-Oye, perdona pero estabas en medio –mire hacia arriba, vale era Justin Bieber. No es que supiera mucho de él, porque que realmente solo lo conocía de un par de fotos, nunca me había llamado la atención, mas nunca pensé que fuese tan estúpido.

-Perdona, pero ya que has derramado todo tu estúpido café en mi camisa, podrías ser más amable. Y has sido tu quien no ha mirado por donde iba –me miro abriendo los ojos impresionado, supongo que por que no me había rendido a sus pies al saber quién era.

Soltó una sonrisa sarcástica.

-Disculpa, no lo suelo ser amable con niñatas como tú –dijo frunciendo el ceño.

-Ni yo suelo perder el tiempo con imbéciles como tú –le dije. Empecé a caminar para marcharme.

-Ya te gustaría perder el tiempo conmigo, reina –contestó sobrado.

-Ya quisieras tú –hice lo posible por ignorarlo. Estaba a punto de doblar de nuevo la esquina.

-Suponiendo que trabajas aquí...  !Te veré pronto¡

-Espero no tener esa mal suerte –le grite, sin ser escandalosa. Y finalmente lo perdí de vista.

Antes de volver a la sala, pase por la cafetería a por una servilleta o algo con lo que disimular la mancha de mi camisa. Lo hice y volví. 

Al llegar de nuevo a la sala  me encontré a todos hablando, así que fui a contarles lo que acababa de pasar a las chicas.

-Acabo de encontrarme al egocéntrico de Justin Bieber, aquí –río.

-¿Es que no sabías que se mueve por aquí? –dijo Nate. -Está grabando uno de sus videoclips aquí, lo veras a menudo.

-Pues que bien –una mueca no muy agradable salió de mi boca. -Es un completo estúpido.

-Sí, pero muy guapo.  –añadió Sara.

-Es verdad esta buenísimo –la apoyo Brit.

-Por favor basta de babear, tampoco es para tanto –era guapo, sí, pero su arrogancia me había sacado de quicio.

-Venga, Mel será estúpido, pero es muy guapo.

-Lo que tú digas –contesté a Alis con desdén. Tal vez fuese guapo, pero eso no le da derecho a ser un completo estúpido.

-Me siento excluido –dijo con un intento de cara de enfadado Nate. Ellos, Alis y Nate tenían algo ambos se gustaban pero todavía no habían formalizado nada.

-Vamos a atender, anda –dije evadiendo el tema de Justin.

 Y así lo hicimos, comenzaba la primera clase.

 Lo que quedo de día después de trabajar me lo pase en casa, las chicas salieron. Sin embargo yo me quedé en casa, estaba agotada y no me apetecía salir.

Ala mañana siguiente fui de nuevo a las practicas, las cuales no teníamos todos los días. Solo tres, y a veces podíamos intercambiar el orden, así que yo esta semana iba a ir el Lunes, Martes y Jueves.

El martes en las practicas fue muy aburrido, ya que ninguna de las chicas vino.

Al terminar me dispuse a salir por el ascensor. Yo estaba en la quinta planta y paró en la cuarta. Estuve unos segundos esperando expectante a que entrara alguien, y como no lo hacia fui al pulsar de nuevo el botón que me llevaba a la planta baja. Justo cuando la puerta estaba a punto de cerrarse entro un chico, un chico con unos pantalones caídos. Mire hacia arriba y me encontré con quien menos esperaba. 

-Te lo dije, nos volveríamos a ver.

-Casualidad –respondí indiferente.

-O destino –añadió él.

-¿Destino de qué? –pregunté frunciendo el ceño, no sabía a que se refería.

-¿Quieres venir a tomar una copa el viernes? –me quede asombrada. Era bipolar claramente. Un día tirándome café de lo más estúpido y otro coqueteando conmigo, en fin.

-Ni en tus mejores sueños, Bieber.

-Oh vamos niñata, estoy cumpliendo los tuyos.

-No pienso salir contigo, ni de coña.

-¿Por qué?, si lo estás deseando –decía mientras acortaba espacio entre nosotros.

-¿Sabes? Ni aunque lo deseara saldría contigo sin apenas conocerte. Te lo tendrás que currar más, ya sabes... –mientras decía todo esto me acercaba a él provocando. Me gustaba su juego, me atraía, tal vez.

Las puertas del ascensor se abrieron dando paso a la planta baja.

Antes de salir del ascensor le guiñe un ojo.

-No me subestimes, se jugar mejor que tú –dijo en un tono más tranquilo y pícaro a la vez.

-Adiós Justin.

-Adiós ¿...? ¿Tu nombre? –pregunto  con los ojos entrecerrados y curiosos.

-Averígualo –y  me fui con una sonrisa sobrada.

Gire la esquina del pasillo y al salir cogí un taxi para llegar al apartamento.

Un día raro, supongo.

By your side. {Justin Bieber} {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora