La excepción a la regla

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—¿Sabes que llevaba un marcador de juego?

—¿Sí? Qué competitivo eres, Rem —dijo dándome un empujoncito con la mano cariñoso. Se separó un poco de mí, quedando nuestros rostros muy cerca—. Y por curiosidad, ¿cuánto íbamos?

—¿Pero no era yo el competitivo? —pregunté remolonamente.

—Soy una chica curiosa.

Nos quedamos mirándonos a los ojos, de forma muy empalagosa y longeva.

—Qué asco damos —dijo ella—. Vamos a ahogarnos en nuestra cursilería. Por eso aceptamos el juego.

—Yo solo sé que se me quieren escapar "te quieros" cuando follamos.

—Pues hazlo —se mordió el labio inferior.

—No te sigo.

Ella rió y se acercó a mi oreja. Se aceleró mi corazón como nunca.

—Hoy será la excepción de la regla. Dime todo lo que me quieres follando. Está permitido verbalizarlo hasta las doce de la noche.

Decir "te quiero" no valeWhere stories live. Discover now