Capítulo 6 "Atentamente Niall."

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Me encontraba tan desanimado, nunca había estado tanto en un sitio. Lo peor era no poder salir de aquí, los meses había pasado, la gente trascendido pero aun yo seguía aquí. Mediante las charlas no había evolucionado demasiado me mantenía neutro, nunca me gusto que la gente supiera mucho de mi persona así seria presa fácil en el mundo. Brad en todo este tiempo no se había dignado en aparecer, ni preguntar por mí. Por otro lado me sentía tranquilo por ello con la ayuda de los chicos envase a nivelarme en el colegio era excelente distracción para mis pensamientos.

Decidí salir de nuevo era las seis de la tarde y teníamos el grupo de ayuda en la sala magna. Tome mi capucha gris el tiempo estaba demasiado fresco, estaba con la hoja en mis manos como siempre debíamos llevar una reflexión embace a un pensamiento, ridiculeces que uno debe redactar para que Tomas tenga un momento de compasión por los demás o más un cagarse de risa de estupideces que la mayoría escribe.

-Niall.

Di la vuelta era Basile, corría para darme encuentro.

-Acabo de terminar de hacer esto, la verdad este tipo de cosas no se me dan. – Comenzó a caminar a mi lado.

Pasamos la sala y ahí estaba en la puerta, uno de los especímenes más precarios del lugar de nombre Florian. Que ridículo el nombre más inapropiado para una persona de 1.90 de alto, con una masa muscular abrumadora.

-Pasa perrita. – Dijo dándole campo a Basile.

Opte por la indiferencia en este lugar, ya lo había dicho desde un principio no deseaba tener problemas. Mi pie se tranco con otro, resultado termine tropezándome, habían carcajadas por todo el lugar y aquella estúpida risa un poco flemosa, respire hondo y me levante. Limpie mis rodillas y busque mi hoja en el piso, no la encontraba.

-¿Qué buscas Horan? – Di la vuelta esa maldita pelota de grasa tenía mi hoja.

-Dame mi hoja. – Extendí la mano sin más.

Me movilice hasta el, se movió hábilmente hacia el grupo que ya se encontraba sentado en un círculo.

-Vamos a ver...

Comenzó a toser fingiendo afinar su vos.

-Dame mi puta hoja. – Estaba alterado.

Mire a Basile levantarse, tan solo negué con la cabeza yo podía solo con mis problemas. Basile era tan indefenso que este tipo lo mataría tan solo con empujarlo.

-Me encontraba sentado en la mesa, la luz alumbraba toda la cocina. Estaba ahí de espaldas, como siempre con un vestido suelto de colores pasteles, hacía que su cabellera deslumbrara. Ella era muy linda, dio la vuelta y paso por mi lado acariciando mi cabello, se sentía tan bien, esa delicada muestra de afecto, porque no podríamos estar tan solo mamá y yo.

La imagen vino a mi mente estaba eclipsado, tan solo recordarlo de nuevo hacia que sintiera una punzada en el pecho.

-Mi niño quieres chocolate. –pregunto ella.

Asentí con la cabeza, ella comenzó a preparar un poco con leche, chocolate y siempre ponía algo especial que ella llamaba "amor". Escuchamos como se abrió la puerta y se cerró de forma brusca, ella palideció y yo me quede paralizado.

Como siempre estaba con traje, aquellas zancadas pesadas eran un tormento, anunciaban que la paz se esfumaría.

-Hola preciosa. – Estaba detrás de mamá, ella estaba incomoda.

Una de sus manos bajo por su cadera caso seguido dándole una palmada, ella se sobresaltó haciendo que la taza sonara contra el mesón.

-Brad basta Niall está aquí. – Dijo mamá como un susurro.

Secreto de Hermanos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora