Capitulo 4 "Atentamente Niall."

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Escuche un estruendo contra la pared, desperté y golpe mi cabeza contra el cabezal de la cama.

-Mierda. – Masculle mientras trataba de despabilarme, aún seguía dormido.

Volví a escuchar un estruendo contra la pared. Aún seguía siendo de noche, la luz de la luna era la única iluminación de mi habitación. Me levante de cama, parecía una flema caminando estaba muy cansado y eso que no hacía mucho aquí. Salí y las luces estaban apagadas, vi de reojo el pasillo y no había signos de vida.

-Por favor. – Escuche aquella suplica provenir desde el cuarto de Basile.

Toque la puerta de su habitación, los ruidos se calmaron, creando un silencio rotundo. Acerque mi oído a la puerta para poder escuchar un poco, ¿Qué mierda pasaba?, No había ruido alguno, cerré los ojos, tan solo una advertencia por lo vivido vino a mi mente.

"Cuando uno es ultrajado el silencio se vuelve claro para los otros." Me estire hasta la perilla de mi puerta y cerré mi habitación con sonoridad.

-Gui por favor. – Escuche el estruendo de un mueble.

Entre sin previo aviso a la habitación, me lance sobre la espalda de Gui evitando que se volviera a acercar a Basile. Termine en el piso, para mi sorpresa Basile cerró la puerta, tenía la nariz ensangrentada.

-Niall ¿Qué haces aquí? – Basilea recia sorprendido por su tono de voz.

Mire a Gui que me observaba con furia.

-Escuche ruidos, este viejo cerdo ¿Qué hace aquí? – Pregunte mientras me incorporaba.

Basile gateo hasta mis pies abrazándolos, lo mire desconcertado y retrocedí unos cuantos pasos.

-Niall por favor préstame dinero, por favor.

Me suplico una y otra vez, vi su rostro sus ojos estaban llorosos, brillosos y su cuerpo cubierto de sudor.

-Vamos Niall los amigos hacen eso, por favor. – Comenzó a respirar de manera catatónica.

-¿Quieres esto? – La risa de Giu atrajo mi atención, en cuanto vi en la mano izquierda agarraba una pequeña bolsa que al parecer tenía pastillas adentro.

Basile me soltó, tratando de pararse y tropezando.

-Sí, si por favor. – Su voz temblaba y miraba atontado el paquete.

Giu comenzó a reír inundado la habitación. Lo movía de arriba hacia abajo como si quisieras que un perro hiciera monerías. Basile comenzó a moverse al mismo tiempo que el paquete, aquella bola de grasa se divertía con él. Corrí hasta su altura y comencé a patear a Gui.

-Niall no, no, no. – Suplicaba Basile.

Basile agarro mi cuerpo intentando que no me acerque a Giu, pero era inútil, era mucho más delgado que yo y menos fuerte arrastre su cuerpo mientras seguía pateando a Giu, comencé a empujarlo para que saliera de la habitación. Estaba a pasos de la puerta, tan solo sentí como mordieron mi hombro.

-Mierda. – Moví mi codo, un estruendo atrajo mi atención, había golpeado a Basile de tal forma que cayó al piso.

Sentí una bocanada de aire en mi estómago obligándome a hincarme. Trate de tome aire.

-Toma maldito parasito, me deberás una. –Giu lanzo el sobre detrás mío.

Cerró la puerta golpeando mi cabeza antes de que pudiera incorporarme.

Di media vuelta y Basile trataba de abrir el paquete, me lance sobre el evitando que lo hiciera.

-Niall, basta Niall. – Gritaba.

Secreto de Hermanos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora