Single mother {Niall Horan}

Capitulo 26 [Cuarta parte]

-Al pasar por la sala me encuentro con ese señor al que se supone que tenia que llamarle tío- hago una mueca de desagrado.

-Esta tirado pesadamente en el enorme sillón de la sala con una botella de Whisky vacía sobre la mesita y otra a medio beber entre las manos, trato de pasar desapercibida hasta mi habitación, pero mis zapatos chillan en el suelo al rasparlo y el me nota, levanta la cabeza perezosamente del sillón y me sonríe...  

~ -Hola tío Raúl, buenas noches- le saludo.   

Logra sentarse en el sillón y me mira detenidamente de la cabeza hasta los pies. -Mm...-humedece sus labios. -buenas noches Oli.  

-¿Ha hablado con mi padre?- le pregunto para que piense un poco y deje de mirarme como si fuera el ultimo pedazo de carne en la tierra y el fuera un perro hambriento al que han tenido amarrado durante un largo tiempo sin darle de comer.   

Él agarra su cabeza entre sus manos y se queja. -No...creo, no lo recuerdo-dice.  

Le frunzo el ceño. -Ha tomado demasiado tío- le digo.   

Él ignora por completo lo que digo y le da otro trago a la botella, luego la deja junto a la que esta vacía.   

Niego con la cabeza. -Es tarde, me iré a dormir, usted debería hacer lo mismo- le digo y comienzo a caminar en dirección a la escalera.   

-Oli-me llama, giro sobre mis talones y regreso a donde estaba.   

Esta intentando ponerse de pie, se tambalea un poco y luego cae nuevamente al sillón.Frunce el ceño. Yo lo miro sin ganas.  

-Me ayudas a llegar a mi habitación- no es una pregunta, me esta ordenando que lo ayude.   

A regañadientes me acerco a él y lo ayudo a ponerse de pie, cuando lo logra me sonríe.   

-Con cuidado- le digo cuando llegamos a la escalera y estamos por subir el primer escalón.    -Sostenme bien- me reprocha- pasa tu brazo por mi espalda para que sea mas fácil- me ordena otra vez.    Pongo los ojos en blanco. Como si con mi fuerza fuera suficiente para detenerlo de que caiga de la escalera.   

Hago lo que me pide y paso mi brazo por su espalda y el pone el suyo en mis hombros, su mano derecha roza mi pequeño seno. Tiemblo por la sensación y desisto de querer retirar su brazo porque se que fue un accidente y aparte esta borracho.     

-Ya esta, que descanse- le digo una vez que lo dejo sentado sobre su cama, me giro para salir de la habitación.   

-¡Espera!- me detiene. Otra vez.  

Maldita sea, déjeme en paz.  

-¡¿Qué?!-gruño.   

-Eh, tranquila fiera...-dice.   

¿Es mi imaginación o le a cambiado la voz?  

-quédate un rato conmigo- me sonríe de medio lado.   

Cierro mis ojos y hago un leve masaje en la sienes de mi cabeza. Esta empezando a dolerme.    Malditos borrachos difíciles.   

-quiero dormir-le digo secamente.   

-oh vamos, un rato.... solamente- le ha dado hipo.