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—No, y que agarra y que me dice, no pues que tú eres bien rara, y que agarro y que le digo, no pues tú eres un cochino. Y así nos empezamos a pelear. —Decía Roxy acomodando sus pocas pertenencias dentro de un cajón. —Y bueno, digamos que le dije que me iba a ir de la casa, porque no me iba a dejar de ese mendigo enano, y ajá, ahora estoy acá.

—Roxy, puedes quedarte aquí cuánto tiempo quieras, tu me ayudaste a construir así que lo mereces. —Le dijo Roier.

—Gracias hermanito. —Sonrió ella.

A Roier le llegó un sentimiento bonito, algo cálido.

—Andele Leonarda, ya tenemos otra hermana. —Dijo burlón Roier, dándole un codazo a la niña.

«Otro raro no >:(»

—Oyeme niña, si yo soy la mera onda.

—Yayayaya, no anden peleando, son hermanitas.

«No pq ni Fulich ni Vegetta están enterados».

—¡Bienvenida... ah... a la familia! —Exclamó Foolish en un casi perfecto español.

—¡Eso! —Exclamó Roier abrazando a Roxy. —¿Eso quiere decir, que Cellbit es tu cuñado, y Quackity es mi cuñado?

—Eh, si, creo, y Quackity es yerno de Vegetta y de Foolish. Vaya, cada vez su familia se hace más grande. —Rió divertida.

Demonios, ¿Cómo le diremos esto a Vegetta?

«Tu te metiste en esto.»

°°°

—¡Ya, perdoname, no quise decir eso! —Exclamó Quackity mientras se arrodillaba frente a la peliblanca, con mocos, lágrimas y baba en la cara.

—Pero lo hiciste, rompiste el corazón de la pulga. —Fingió sollozar. —Le diré a mi papá Vegetta que ya no te deje el terreno de las lomas.

—¿Vegetta? ¿Tu papá?

—Así es, Quackity... adopté a Roxy. —Sonrió Vegetta llegando junto a Leonarda.

—¡Ahora menos me dejes, me harán salir de la pobreza! —Exclamó Quackity abrazándose a la pierna de la chica.

—Mira Leo, como se humilla por un terreno. ¡Ustedes no pueden estar juntos, les ordeno el divorcio!

—¿¡Qué!? —Exclamaron ambos.

—Como Roxy es ahora mi hija, no permitiré que esté con alguien de bajos recursos como Quackity.

—Vegetta, no me digas eso.

—Contrataré abogados para iniciar el divorcio, y si no se divorcian, entonces... ¡Ambos morirán en terrible sufrimiento!

—¡No, apaaaa!

Los tres se quedaron en silencio, pero después se soltaron a reír a carcajadas.

«Trío de tetos.»

—No pero, Quackity, niño, no le digas tonterías a mi nueva hija. Porque si te metes con ella, te metes con toda la familia.

—Eso me sonó a la canción de los Locos Adams, la animación. —Murmuró pensativa Roxy.

—¡Nos vamos! ¡Leo, fuimonos!

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