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Después del ataque alienígena al pueblo de Karmaland, Quackity se enfrentó una vez más a Luzu pero nada grave en realidad.

Pero Luzu volvió a negarse en darle la alcaldía, ya que según él, él había ganado justamente, que Roxy haya hecho esas cosas no era su problema.

Así que, bueno tuvieron que recurrir nuevamente a la fuerza bruta.

—¿En donde se metió esa mujer? —Gruñó molesto Quackity mirando a todos lados.

—Es una chica, las chicas siempre se van a tardar en estar listas. —Murmuró Beni sacándose un moco para después pegarlo en la pared.

—Eres un asqueroso. —Dijo asqueado Cochi.

—Ay cállate, tu te los comes.

—Al menos no los pego en la pared y dejo todo manc...-

—Ya callense par de cerdos. —Bufó Quackity. —¡Roxanne! ¡Chingale ya, mujer!

—¡Ya voy, joder! —Exclamó Roxy llegando con ellos, acomodándose los guantes de cuero.

—Ah, con el baño si cambia uno, da? —Se burló Cochi.

Quackity no podía decir nada, una parte de él estaba embobado por la belleza de la chica, en ese traje entallado, y otra parte, quería recordar ciertos aspectos de su vida pasada.

—¿Ya nos vamos? —Sonrió Roxy. —Hoy tengo ganas de partirle su madre a ese Luzio.

°°°

—Las cosas mejoran. —Dijo emocionado Quackity tras escuchar que Luzu le daba el día libre a todos sus secuaces.

Roxy sacó su nueva arma, y como toda una experta la cargó y luego apunto hacia los secuaces.

—¡Espérate, espérate! —Exclamó Cochi. —No andes apuntando a lo wey, los secuaces no tienen la culpa de nada.

—Bueno, entonces al asistente. —Le dijo apuntando a la mano derecha del alcalde.

—¡Menos! ¡Ese es mi vato!

—¿Eh?

—Apuntale nomás al alcalde. —Le dijo apenado.

Roxy bufó pero dirigió el cañón del arma hacia donde estaba Luzu, pero ya no estaba.

Maldita sea. —Gruñó la fémina.

Y Quackity, bueno... estaba muy embobado con la chica y la forma en la que se veía ahora.

Roxy volvió a apuntar, pero está vez hacia donde estaba la ventana de la oficina de Luzu.

Y entonces disparó.

Pero apenas hizo eso, disparos comenzaron a caer en dirección a dónde ellos estaban.

—¡Roxy! —Exclamó Quackity tratando de proteger a la peliblanca.

La chica solo lo empujó para que no recibiera ningún daño, y comenzó a disparar a todos los secuaces.

—¡Espérate! —Exclamó Cochi asustado por su morro.

Al final, los secuaces terminaron heridos, no de gravedad pero al fin y al cabo heridos.

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