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—¿Así que tú padre es Quackity? —Pregunté y la niña asintió. —¿Y cómo lo soportas?

La niña se giró y puso un cartel.

—«Pues nunca está», ah, con razón. —Asentí. —¿Y tú, Bobby?

«Mi apa es Roier y mi ama es Jaiden».

—Oh, tienes buenos padres, eso es genial. —Sonreí y él comenzó a festejar. —Chayanne, es hijo de Missa y Philza, ¿Cierto? —El niño asintió. —Dapper es hijo de Bad, Ramón de Fit y Spreen... tsss, mucha suerte aguantando a Spreen.

«Ya me estoy acostumbrado:((»

—Trump de Dan y de Maxo, Juanita de Mariana y Slime, ¿Que tal te va con dos padres disfuncionales?

«Yo sé que si me quieren, a su modo pero lo hacen».

—Ay, mi niña, ven aquí. —Murmuré y ella subió a mis piernas, y yo pude abrazarla. —Tus papis se te quieren, pero ellos no se aguantan, dales tiempo. Leonarda es hija de Vegetta y Foolish, eres lo que yo siempre quise ser, millonaria.

«Si quieres puedes ser mi hermana :D»

—Me agrada la mente de tiburón que te heredó tu padre Foolish. —Sonreí. —Pero creo que soy demasiado grande para ser adoptada de nuevo.

—Ya deja de hablar con los huevos. —Me regañó Mariana.

—Estoy hablando con la boca, no sé cómo hables tú. —Le dije frunciendo el entrecejo.

—Esos no, mensa.

—ª.

—Juanita, vámonos mami, tu padre ya me anda chingando de que no estás en la casa, ya ves como es tu padre, nomás llega de trabajar y se pone a...-

—Hay más niños, cuida tu bocota. —Amenacé.

—Vamonos mami. —Le dijo Mariana y la niña se bajó de mi regazo para ir con su padre.

—Hasta mañana Juanita. —Le dije sonriente.

—¡Ya vine por mi bendición! —Exclamó Missa. —Perdón, se me pasó el tiempo en la mina.

—No te preocupes, adiós Chayanne. —Me despedí.

«Hasta mañana, Rox».

—Bye, bye. —Sonreí.

—Esa mi Roxy. —Saludó Roier llegando junto a Jaiden. —Ya llegamos por el Bobby Pulido.

—Te trajimos unas tostadas. —Me dijo Jaiden pasándome una bolsita con las tostadas.

Oh, muchas gracias. —Le dije guardandolas en mi mochila.

Y así, los niños se fueron cada quien a sus casas, pero Tilín se había quedado sola.

—No te preocupes, ahorita llega tu padre. —Le dije.

«Él no va a llegar, no le importo».

Hice una mueca, pero me levanté y cargué a Tilín para después comenzar a caminar.

—No puedes quedarte conmigo, pero yo sí puedo quedarme contigo, ¿Que tal si te cuento un cuento frente a una fogata? No creo que a Roier le importe prestarnos su fogata.

Tilín se bajó y puso un cartel.

«Dad se va a enojar».

—Si se enoja, que se enoje conmigo, pero yo me enojaré con él por dejarte sola a estas horas. —Le dije tranquila.

Ambas caminamos hacia la casa de Roier, quienes estaban afuera.

—Holaaa. —Saludé. —Quackity no ha llegado por Tilín, y quería ver si nos dejaban usar su fogata, para contarle unos cuentos a Tilín.

—Oh, si claro, de hecho planeabamos hacer eso mismo. —Me dijo Roier. —Pinche Quackity, es bien pero si bien menso. Ahorita va a tener a Tilín, pero cuando no lo tenga va a estar de mamón.

—Es niña.

—¿Ah? Órale, entonces es Tilina.

—Solo Tilín, pero háblale como niña. —Le dije mirando como Bobby y Tilín jugaban. —Oye, si mañana no aparece Quackity, ¿Puedo encargarte a Tilín? Es que ya ves que me perdí, y no he hecho nada como todos ustedes, necesito una casa y materiales.

—Ay no te preocupes, puedes quedarte aquí si quieres. —Me dijo sonriente Roier. —Además, tú me ayudaste a construir la casita, no como otros pendejos que se creen dueños nomas por poner el suelo.

—Muchas gracias Roier, quizás haga una casita cerca de aquí, me gustaría seguir siendo tu vecina. —Sonreí.

—¡Roxanne! —Exclamó alguien. —¡Devuelveme a mi hijo, ladrona!

Me giré hacia donde provenía esa voz, y al instante sentí como me empujaban al suelo.

—¡Roxy! —Exclamó Jaiden ayudándome a levantar.

—¡Aléjate de mi hijo, no quiero verte cerca de nuevo! ¡Dijiste que los cuidarías cerca del centro de adopción y no estaban ahí cuando fui! —Exclamaba Quackity molesto. —Te lo querías robar, ¿Cierto? ¡Consiguete tu propio huevo, mamona! ¡Vámonos Tilín, y rápido que ahorita llegando a la casa vamos a hablar pero bien!

—¡Espérate cabron, no tienes por qué tratar así a Roxy! —Exclamó Roier yendo a empujar a Quackity. —¡Ella solo estaba cuidando a tu hija porque tú no estabas!

—¡Yo sí estaba, pero ella ya no!

—¿Te estás escuchando? Estás pero bien borracho Quackity.

—A ti te vale madres, vámonos Tilín. —Habló fuerte Quackity y se puso a caminar en dirección a su casa.

La pobre niña solo se despidió de rápido y siguió a Quackity como podía.

—Ese hijo del ganso, ahorita me va a escuchar. —Gruñí tratando de ir hacia ellos, pero Jaiden junto a Roier me detuvieron. —Esta bien idiota, todavía de que le cuido a la cría y me trata así.

—Tranquila, está borracho, mañana va a ir de rodillas a pedirte que le cuides a Tilín.

—Ni madres, no pienso hablar con ese baboso cara de nopal.

Roier se rió, y Bobby puso un cartel.

«Ahorita una llamadita al DIF y te dan a Tilín a ti».

—Ojalá, pobre niña no merece los tratos de ese inútil. —Bufé molesta.

—Vente, ya íbamos a comer. —Me dijo Roier.

Los acompañé y me dieron unas tostadas, Jaiden tuvo que irse, y tras Roier acostar a Bobby, nos quedamos los dos sentados en su balcón, mirando a la nada.

—¿Has pensado en proclamarte madre de Tilín y quitársela? —Preguntó tomando café.

—No, pero él es abogado aún así, él podría hacer sus sucias movidas para que yo no me quede con ella.

—Deberías intentarlo, le darías mejor vida a Tilín.

Hice una mueca, mirando a la luna.

—Quizás después lo haga, necesito recaudar pruebas y eso.

—Yo te ayudo, necesito venganza contra ese Quackity y con Spreen.

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