Capítulo 16.

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16.- As The World Caves In - Matt Maltese (Cover  de Sarah Cothran)

Conocí a tu mamá un 28 de abril hace tres años atrás, pensé que era la mujer más hermosa que mis ojos habían visto jamás. Su cabello sedoso se movía junto al viento y su sonrisa brillante era más valiosa que un collar de dieciocho quilates. Me enamoré de ella a primera vista, dicen que eso es imposible, pero lo viví. Sabes quien se convierte en el amor de tu vida con la primera colisión de miradas.

Tuve que invitarla a salir, siempre fui un tipo torpe, pero ese día parecía que alguien había tomado mi lugar, me sentí valiente, ¿sabes por qué? Porque sabía que no podía dejarla ir, era mi estrella, la estrella, una estrella que jamás se apagaría.

Lo comprobé todos los días que estuve a su lado. Mi pasado es sobre ella, tu madre.

Los cuentos de hadas existen, lo viví con ella durante tantos años, fue mejor cuando llegaste a nuestras vidas. Pero la dura realidad llega, princesa Aurora.

Los cuentos de hadas existen, pero los finales también y es difícil poder iniciar un nuevo cuento, las hadas vuelan, los monstruos acechan, ¿siempre hay un héroe en las historias? No. A veces los héroes no son suficientes para derrotar todos los monstruos, por esa razón las hadas dudan en volver.

Aclaré mi garganta cuando el nudo se posó firmemente en ella. Esa mañana fui valiente y leí las primeras páginas del diario de papá. Como dijo todo se trató sobre él y mamá, en como se amaron tan fuertemente, como estuvo ella para él y él para ella en los momentos altos y bajos, como se unieron en un cielo lleno de millones de estrellas.

Lo odié, porque el pasado de ellos lo describía tan parecido como la historia de una colisión, pero siempre trataba de recordar las palabras de Lucky, la historia de una colisión no era el diario de papá.

Esa noche podría estar un poco más cerca de él, iríamos al partido de hockey, los Colorado Avalanche estarían en el hielo, de alguna manera u otra podría sentirme más cerca de él y no sería a través de sus palabras.

Arrojé el diario en mi mesa de noche y observé el color blanco del techo. Traté de imaginarme lo que habría sido si papá no hubiese tenido cáncer, ¿habría conocido a Lucky? No, definitivamente no. No tendría a Lucky, pero tendría a papá.

Las cosas pasaban por algo, mi destino era conocerlo a él y para eso papá no debía estar en la fotografía.

—¿Estás bien?—La voz de mamá me despertó de mis pensamientos, miré en dirección a mi puerta y ahí estaba ella viéndome con curiosidad recostada sobre el umbral de madera—. ¿Pasó algo?

No diría que las cosas estaban yendo viendo en popa con ella, sin embargo, habían mejorado. A veces pensaba que sentía un poco de lástima sobre mi situación con Lucky, otras veces sentía que odiaba verme mayormente triste, pensativa, temiendo lo que podría pasar el día de mañana, después de todo ella vivió algo similar.

COLLIDE: La historia de una colisiónWhere stories live. Discover now