Capítulo 3.

367 73 139
                                    

3

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

3.-Before you go-Lewis Capaldi.

La primera vez que Lucky Jacobi y yo comimos en la misma mesa de la cafetería del instituto fue en el segundo día de clases. Lucky insistía en seguir buscándome a penas sonaba el timbre, siempre estaba ahí cuando salía de mis salones, luego con su usual sonrisa ladina me guiaba entre las grandes masas de estudiantes. Cada vez eran más lo que susurraban al vernos caminar, pero por más que se lo manifestara Lucky solo se encogía de hombros y me explicaba que la gente era un poco chismosa, además, me aseguró que ya todos se habían enterado que tenía uno de los cinco grandes casilleros.

Al momento de llegar a la cafetería Lucky hizo fila conmigo, me ponía de puntitas tratando de ver más allá, hacia al mostrador con las diferentes comidas que estaban sirviendo. Al notar como Lucky me miraba entretenido planté de nuevo mis pies al suelo y me crucé de brazos.

—¿Qué es tan gracioso?

—Nada.

—Lucky—solté en advertencia.

—Solo que eres muy pequeña.

No era pequeña, medía uno sesenta y cinco, pero para alguien del tamaño de Lucky cualquiera podría parecer un elfo a su lado.

—No soy pequeña—me quejé marcando mi ceño fruncido, pero como nada perturbaba a Lucky, él solo mantuvo su sonrisa ladina—. No soy pequeña, Lucky.

—Eres minúscula.

—Ahora solo estás tratando de hacerme enojar.

—¡Aurie!

Un efusivo Raphael me abrazó desde atrás y pude haberme tensado por la sorpresa. A Lucky parecía tampoco haberle gustado el gesto de su amigo porque lo miró con advertencia, sin embargo, Raph lo ignoró. Cuando logré desenvolverme de los brazos de Ralph noté que Noah miraba a su amigo como si fuese un caso perdido. Junto a él había dos personas más, un chico desgarbado con unas gafas más gruesas que la base de una botella y una chica rubia que me miraba con bastante curiosidad.

—La incomodas, tarado—Noah golpeó la cabeza de la Raph y éste se quejó, además de que se la devolvió—. ¡Raph!

—Tu empezaste, No-ah.

—Por lo que más quieras, Jacobi, termina esa apuesta.

—¿Pagarás los cincuenta dólares por mí?

—Claro que no.

—Entonces la apuesta sigue en pie, No-ah—Fue turno de Lucky para burlarse—. Es tu turno, Aurora.

¿Mi turno para burlarme? Fue lo que pensé en un momento, pero después me di cuenta de que era mi turno para pedir mi comida. La señora detrás del mostrador me miró con fastidio, al igual que ayer cuando escogí comer mi emparedado, no quería repetir, pero nada se veía sabroso.

COLLIDE: La historia de una colisiónWhere stories live. Discover now