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4 semanas después.
Todo estaba perfectamente planeado, todos los puntos considerados... entonces sólo quedaba una cosa... ejecutar ese descabellado y degenerado plan, que sólo podía caber en la mente de la desequilibrada Min-Jee... sonreía victoriosa, completamente satisfecha con todo lo que había acomodado en su cabeza... tomó su cabello y se lo recogió, peinó su tierno y femenino flequillo y se observó al espejo.
"Hoy será el día..."
Se puso el uniforme de la Academia y se encaminó hacia esta.
Entonces se encontró con ella... a la distancia la observó... por dentro estaba regocijándose de alegría... porque sabía perfectamente que haría... observaba a Sun Hee con maldad y odio, la odiaba tanto... la despreciaba.
Llevaba todo listo en su mochila... pero ¿qué haría? ¿no es bastante obvio? No era necesario ni siquiera pensarlo mucho, todo era bastante predecible... desde ese día, en el que ella y Ha-neul se juntaron, ella se prometió a sí misma a cuidarla con su alma, y a no permitir que nadie interviniese entre la relación de ambas. Por eso... finalmente se daría el privilegio de asesinar con sus propias manos a esa persona que le estaba robando el corazón de su preciada persona amada... el corazón de su unnie.
Entró a la Academia siendo marginada e ignorada por todas como de costumbre, pero ¿a quién le importaba?, si finalmente había conseguido tener a esa persona que tanto amaba y adoraba... al final, tenía la atención de ella, nadie más era importante a sus ojos. Entró y se sacó los zapatos a la entrada... se puso los zapatos de interior, se dirigió a su salón y se sentó a pensar en soledad lo que debía hacer.
"Primero esperaré a que se vaya a casa... la seguiré hasta allí y cuando esté bañándose, la atacaré, ya he observado algunas de sus conductas y sé su asquerosa rutina que nunca más podrá emplear. Noquearé a sus padres para hacerlo todo más fácil, los mataría, pero sería un trabajo innecesario y aburrido, entonces me la llevaré... me la llevaré por aquel lugar por el que nadie nunca transita jamás, ese callejón oscuro y tenebroso de árboles gigantes que asustan a las personas... la arrastraré con sumo cuidado, además... nadie se acerca allí... la llevaré a mi casa, y aprovecharé la oportunidad de que mis padres no están...
Ellos jamás me prestan atención, nunca sabrán lo que hice, la transportaré a ese oscuro lugar en donde mi padre solía guardar las herramientas, por fortuna, hace mucho tiempo no las usa así que será el lugar ideal... volverán en unos días así que debo deshacerme rápido del cadáver, la torturaré, hasta hacerla llorar de dolor, tanto llorará que jamás podrá recuperarse... ¿recuperarse?, los muertos no pueden sanarse... sería una pérdida de tiempo y sería una estupidez si pudiesen. Entonces... tendrá que irse así de lastimada, a quién le importa... su cara se desintegrará bajo la tierra."
Sonreía ante todos sus pensamientos siniestros, pero fue interrumpida por alguien... Sun Hee, pero no era solamente Sun Hee, era Sun Hee y sus amigas. Pero... Sun Hee no estaba precisamente con ellas, se había quedado fuera sin saber a dónde habían ido sus amigas. Sun Hee había estado hablando basura de Min-Jee y sus amigas ahora sólo querían molestarla.
Sun Hee se supo justificar bien sobre sus cicatrices, mintió haberse caído en bicicleta, claro, ni siquiera tenía una, pero sus amigas simplemente le creyeron.
—¿Eeh? No está aquí ella —. Dijo una de las chicas—Oh, espera. ¿Es ella? —señaló—Sólo mira esos cabellos sobre su cara, parece una loca —Dijo riendo.
Min-Jee dirigió sus grandes y siniestros ojos hacia las chicas.
—¡Oye! —Le gritó desde el extremo de la sala una de ellas de forma prepotente.
Min-Jee la ignoró inconscientemente, estaba buscando con la mirada la presencia de Sun Hee. Sabía que ese círculo de amigas no actuaba solo.
—¡Ey!, ¡te estoy hablando!, ¿puedes siquiera mirarme? —Frustrada gruñó la misma chica cansada de intentar llamar la atención de la desconcentrada Min-Jee. —Esta perra... —murmuró—¿alguien sabe por qué es tan estúpida? —preguntó a las presentes compañeras de Min-Jee, quienes le sonreían disfrutando el acoso—¿eres engreída solamente porque tienes un rostro lindo? No eres más que una marginada al final, por eso siempre estás sola, ¿verdad? Ridícula —finalizó.
Sun Hee se asustó ante esas palabras que sus amigas estaban vociferando a toda voz para humillar a Min-Jee ante todas sus compañeras, entonces se asomó y miró desconcertada hacia dentro de la sala y divisó quién era esa persona a la que su amiga tanto humillaba... se encontró entonces con la horrible mirada de Min-Jee que con la vista la culpaba a ella. Sun Hee se aterrorizó tanto que comenzó a temblar y a retroceder, tomó a su amiga de la espalda e intentó sacarle del aula.
Sin embargo, esta se negó, pues quería seguir discutiendo con Min-Jee quería hacerla reaccionar, quería provocar algún efecto en ella, quería verla asustada, simplemente quería molestarla.
Min-Jee estaba aún pensando las cosas... así que simplemente se levantó y con lentitud se acercó a la amiga de Sun Hee quien la miraba con cierto temor, no se esperaba que Min-Jee fuese tan desafiante, entonces, cuando adquirió una cercanía suficiente la pateó en el estómago haciéndola caer hacia atrás y dar un enorme quejido, mientras sus compañeras por reflejo se alejaban velozmente esquivando el impacto.
Todas quedaron boquiabiertas al ver la reacción tan impulsiva de Min-Jee quien estaba roja de la ira, todo ese tierno rostro no eran nada... comparados a quien realmente era Min-Jee... la naturaleza pura de Min-Jee era demencial.
—No me subestimes, zorra bastarda... —Dijo inexpresiva, pero con una mirada asesina. Apretaba los puños y parecía endemoniada. Sun Hee casi se orinaba del temor.
La chica solamente daba quejidos adolorida sin verse por lo menos capaz de responder, tirada en el piso, rendida. Las amigas solamente miraban asustadas, otras nerviosas y otras simplemente impresionadas. Sin decir nada, sin el deseo de involucrarse y con el miedo a participar, no dijeron nada y miraron en silencio intentando evitar la tenebrosa mirada de Min-Jee.
—Aquí no pasó nada... ¿verdad... Sun Hee? —dijo Min-Jee mirándola fijamente, analizaba cada expresión de Sun Hee y podía oler el miedo que ella sentía, podía percibir esa adrenalina y casi la excitaba de felicidad y placer verla así. La odiaba.
Esta simplemente la ignoró, era la más asustada de todas. Después de esos golpes que en aquella vez recibió y de las amenazas, su rostro había quedado muy adolorido. Min-Jee se alejó con una sonrisa de victoria en su rostro.
—¿Qué le pasa a esa loca...? —Mencionó una chica con el valor ya recuperado. Mientras intentaba ayudar a levantarse a su amiga herida quien se había quedado como piedra en shock. Sólo tuvo el valor de levantarse cuando notó que la presencia de Min-Jee ya no estaba.
—Chicas... lo escucharon, ¿cierto? No pasó nada... —Dijo Sun Hee asustada, por reflejo se agarró de la mano de una de sus amigas, estaba temblando aún.
—¿Qué diablos te pasa, Sun Hee? —Preguntó la amiga que sostenía la mano de Sun Hee y la miraba con extrañeza —Tenemos que decirle esto a alguna profesora.
—¿Y qué le vas a decir...? ¿Qué la molestamos y ella se defendió? —Respondió Sun Hee con la voz temblorosa—Yo... la conozco, ustedes no han visto nada... por favor, nunca más se acerquen a ella... —Miró a cada una de sus amigas a los ojos buscando mostrarse sincera y preocupada.
—¿No me digas que ella te hizo eso en el rostro? —Mencionó una de las amigas con preocupación.
Sun Hee negó rápidamente con la cabeza.
—¡No! Ella no fue y por favor, créanme... no querrán involucrarse de nuevo con ella... —Dijo Sun Hee muy convencida de lo que hablaba.
—Sólo déjenla... —señaló con dificultad—tiene razón Sun Hee, ha de ser una delincuente enferma y peligrosa —Mencionó la herida, intentando pararse con la ayuda de sus amigas.
—¿Estás bien? —Preguntó Sun Hee auxiliándola.
—Creo que sí... —Sonrió ya más repuesta mientras se sostenía el vientre y lo sobaba.
Las compañeras de clase de Min-Jee comenzaban a susurrar.
"Esa chica da miedo..."
Definitivamente... no hay final feliz con ella...
¿Podría realmente no haberlo?