Josephine
La casa estaba llena de globos de colores y decoraciones de halloween infantiles.
Y se preguntaran ¿Por qué? Pues porque los mellizos habían cumplido un añito hace días y con Hero habíamos decidido hacer su cumpleaños el treinta y uno de octubre, o sea Halloween.
Por esa razón hay varios niños disfrazados en mi jardín con sus padres. Yo estoy disfrazada de una sirena, tenía que aprovechar que aún no se notaba mi embarazo de cinco meses.
Gracias cuerpo.
Hero esta disfrazado de un mago y los mellizos de conejitos, en realidad no era un disfraz, pero lucía como uno y era abrigador para estás épocas del año dónde había frío de noche.
— Señora Josephine, el señor me manda a la bebé, cree que tiene hambre. —Celia, la cual también estaba disfrazada, me trae a mi conejita, que al verme estira los brazos.
— ¿Que paso, conejita? —le pregunté una vez que ya estuvo en mis brazos y Celia se había ido.
Mi bebé se distrajo unos momentos con el collar que tenía, luego me mostró su pequeña dentadura.
— Ami, lete. —revise el reloj que tenía en la muñeca, tenía unos veinte minutos antes de que cantaramos el cumpleaños. Matia estaba con Hero en los juegos inflables y los demás niños disfrutaban del show.
Hice el camino hacia las escaleras con Danielle en brazos, mi bebé no pesaba mucho, en un momento me había preocupa y le pregunté cuando la llevamos al pediatra, pero nos dijo que estaba en su peso correcto.
Cuando llegue a la habitación que compartía con mi esposo, me quite el sujetador de conchas y piedras que llevaba, mi hija comenzó a comer inmediatamente, y con un saca leche en mi pecho izquierdo preparaba un biberón para mi hijo.
— Come tranquila hija, tenemos tiempo. —estos niños me dejarían sin pechos, y eso que aún falta el tercero y último, espero. — ¿Te gustaría ser hermana mayor? —quite unos cabellitos castaños que le caían por la frente, ella me mostró su dentadura, con leche desbordándose de sus comisuras. La limpie con mis dedos.
A Hero le daría algo su veía a su niña con su disfraz manchado. Habíamos planeado la fiesta tan minuciosamente, desde los invitados, los juegos, nuestros disfraces. Todo.
Mi esposo estaba muy emocionado, tanto por el cumpleaños como por el nuevo bebé que venía, el cual, había sido una sorpresa, pero bien recibida y esperada, ambos sabíamos que en algún momento pasaría. Queríamos tener una familia grande, teníamos las posibilidades y todos mis niños iban a ser deseados.
Porque la maternidad debe ser deseada.
— ¿Ya terminaste, amor? —mi pequeña se había despegado de mi pecho, esperé unos minutitos y la apoye en mi hombro para sacarle los gases.
Cuando ya estuvo libre su cuerpito, me coloque de nuevo sujetador, el cual me quedaba un poco mejor ahora que había liberado mis pechos.
Al bajar Hero nos esperaba al final de las escaleras con Matia en brazos.
— Ya falta poco para cantar el cumpleaños. ¿Dónde estabas? —cuando le mostré el biberón que traía en manos entendió. Mi niño estiró sus cortos brazos hacia mi, así que Hero y yo hicimos un intercambio de bebés.
Cuando Matia estuvo en mis brazos intenté que tomara del biberón que había preparado para él. Pero se negaba, me cerraba la boca o novia la cabeza para otro lado.
— No va a aceptarlo, cariño. —habiamos estado intentando darles biberón a los bebés, pero se niegan a tomarla, esperemos que sea pasajero porque si no tendría que amamantar a tres bebés al mismo tiempo.
"¿Quien me manda a embarazarme tan rápido?"
— Chicos, ya está listo el pastel, los están esperando. —mi suegro, en su disfraz de "hombre de negro" nos vino a avisar.
— Ahorita vamos, papá. —mi suegro asintió y fue al jardín.
Hero coloco bien a Danielle en un brazo y estiró el otro para que le pase a Matia.
— Súper papá puede hacerlo. —rei negando mientras caminaba lejos de él.
Podía cargar a los bebés al mismo tiempo cuando eran más pequeños, pero ahora están grandes y hermosos. Que se caiga el, no mis hijos.
En el patio, habían varios niños alrededor de la mesa donde estaba el pastel con decoracion de granja. Con dos lindos conejitos en la cima, y dos soles a los costados.
Los invitados comenzaron a cantar, mis niños estaban un poco asustados por tanta gente y casi lloran, pero logramos calmarlos antes de que lo hagan.
— Sopla bebé. —acerqué mi cara con la de mi niño a la vela con el número uno y Hero hizo lo mismo con nuestra niña. Ambos habían ruidos tiernos con su boca, en su intento de soplar. — Vamos, bebé, tu puedes. —mi esposo y yo les ayudamos, y soplamos la vela con ellos.
Todos aplaudieron y después Celia se encargó de cortar el pastel y repartirlo.
— Como lo practicamos rayito, camina hacia mamá. —escuche decir a mi esposo. Me di la vuelta rápidamente, en el momento exacto en el que mi niña dió sus primeros pasos frente a mi.
Me agache, y la espere con el brazo abierto, y abrace a mis dos hijos con mucha fuerza.
Tenía todo lo que alguna vez soñé.
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Se lo esperaban? No verdad?
Cómo sabran el cumple de los melliz fue el once, y como estuve un poco ocupada, no pude subir el especial, pero aquí esta. Espero que les guste.
Yo me iré a preparar café o algo, antes de que me duerma xd.