La Princesa mayor de Obelia, llegó un día a la conclusión de que simplemente las lecciones con Lucas iban a matarla. Tatiana ya tenía una vida ocupada antes de la llegada de Lucas, entre administrar los caprichos de sus hermanas, cuidar de ellas, apartar tiempo para su padre y aún así cumplir con todas sus lecciones, ya había estado ocupadísima, pero ahora los constantes ejercicios de Lucas iban a terminar con ella.
—Concéntrate más en tu núcleo interior—él le exigió, rodeándola de forma amenazante en su ¿decima? o ¿decimotercera lección? Ya había perdido la cuenta, Tatiana sólo sabía era que, cada tarde, veía a Lucas y eso era un infierno
—¡Eso intento!—sollozó Taña, ¿acaso él no entendía que estar allí, de pie, intentando sentir algo en su interior que era algo más abstracto que otra cosa, era complicado? ¡Ni siquiera entendía a que se refería!
—Intenta más fuerte—él gruñó, enfadado de tener una estudiante tan lenta.
¡Seguro no trataría así a Athy!
Apartando a su hermana de sus pensamientos, Tatiana lo intentó de nuevo, rebuscando en su interior algo que se pareciera a ese núcleo interior del que Lucas tanto hablaba. De repente, algo brilló dentro de ella, una especie de luz cálida y poderosa, que se extendía por todo su cuerpo como una manta.
—¡Creo que la tengo!
—Bien—Lucas rodó los ojos, hizo revolotear su túnica, mostrando los pantalones oscuros debajo de ella—, ahora, cura a esa planta.
"Cura a esa planta, cura a esa planta". ¡Es lo que Tatiana había escuchado por dos semanas enteras!
Pero al fin, al fin curaría a la maldita planta.
Frente a ella y sobre la alfombra, una planta marchita que Jennette había cuidado estaba reposando, ahora que Tatiana sentía toda aquella energía en su cuerpo, también podía sentir los restos de magia oscura que habían dañado la planta.
Intentó, con mucha delicadeza, reparar el daño al tocar una hoja, la pobre estaba sufriendo y se había mermado de vida por completo, así que intentó inyectarle algo de su magia.
Al principió, la planta se enderezó, dándole a Taña esperanzas pero, luego simplemente volvió a caerse.
Un leve deja vú la embargó junto con una desazón tremenda. ¿En qué otro lugar había visto una escena similar?
Creyó no poder sentirse más desanimada, pero al mirar a la cara al enfadado Lucas, se dio cuenta de que sí podía.
—¿Receso?—preguntó.
Lucas estrechó los ojos.
—No.
¿Por qué había tomado ese autobús? Se lamentó.
Si no hubiese tomado el autobús equivocado, estaría en casa, con su familia disfrutando de una tarde agradable y no con un mago enfadado que estaba harta de ella.
Para el final de su lección, sólo logró que esa inútil planta se enderezara un poquito. Sólo un poquito. Empezaba a creer que simplemente las plantas no la querían.
O que era inútil en todo aquello después de todo.
—¿Hoy también le darás lecciones a Jennette?—preguntó llevando la planta consigo, tal vez y solo tal vez, si se esforzaba mas por su cuenta, lograría algo.
Lucas torció la boca.
—¿Tú qué crees?—él masculló, mirándola con burla en sus ojos. Fingiendo ser de siete años, era igual de alto que Tatiana, que ya tenía diez.
—¿Que no?—suspiró, por qué Lucas era tan arisco porque no podía ser como... no lo sabía... ¿Sir Arthur? Ah, su adorado Sir Arthur.
Compararlo con Lucas, al menos el actual, chaparro y gruñón, era un alivio pensar en el guapo Sir Arthur.
—Es que hoy vendrá su primo, Ijekiel y en verdad le tiene mucho cariño. Es la única visita que padre nos permite, y aún así él viene muy poco a jugar. Por favor, perdónale la lección de hoy.
Lucas estrechó los ojos y, sin mucho entusiasmo, aceptó.
—Cómo sea—dijo, a punto de voltearse para salir de la habitación.
—Espera, ¿no quieres acompañarnos? Pasas mucho tiempo en los laboratorios con los otros magos. Te vendría bien un descanso—Tatiana le sonrió, pero ni siquiera su sonrisa pareció ablandar a Lucas.
Era claro, Tatiana tampoco estaba muy entusiasmada en pasar más tiempo con alguien que sólo tenía respuestas acidas para ella, pero para aquel tiempo, se suponía que Athanasia y él debían pasar mucho tiempo juntos, en cambio su hermanita andaba por allí, tonteando con Ijekiel y Jennette.
Ella no sería la responsable de que esos dos no se enamoraran, no quería el odio de todo una comunidad de fans sobre su cabeza, muchas gracias.
Lucas, por su parte, se encogió de hombros.
—Supongo que está bien—asintió, y Tatiana, por primera vez, le regaló una cálida sonrisa.
—¡Gracias, Lucas! ¡Ven, te encantará el dúo de Ijekiel y Jennette! A ellos les encanta tocar el violín y el piano juntos.
En su efusividad, lo tomó de la mano y lo llevó por los pasillos hasta el salón de música, en donde, presumía, Kiel ya estaba afinando su violín. Mucho después, el hecho de que Lucas no protestara por tomarlo de la mano llamaría su atención.
—¡Hermana!—sonrió Athanasia, sentada en su sillón favorito del salón de Jennette, cuando ambos cruzaron la puerta—, ¿Ya el mago te liberó? ¡Oh, viene contigo! ¡Buenas tardes, Lucas!
Lucas apenas tuvo la decencia de levantar una mano y saludar.
—¿Entonces si tendremos lecciones hoy?—Jennette se desinfló, estaba frente al piano, lista para tocar e Ijekiel estaba junto a ella, con el violín bajo su barbilla.
—No—Tatiana sonrió—, hoy Lucas nos va a acompañar.
—¿Ah?—exclamaron Athanasia y Jennette.
Lucas ni siquiera se digno a aclarar algo, así que Tatiana tuvo que tomar la delantera y presentarlo.
—Lord Ijekiel, ¿me permite? Este es Lucas, el mago Imperial, ha estado aquí tratando la salud de mis hermanas y de mi padre. Lucas, este es el Lord Ijekiel, el unigénito del Duque Alfierce, para mí es un placer que se conozcan.
Kiel se quitó el violín de debajo de la barbilla y dejándolo a un lado, ofreció su mano.
—Un gusto en conocerlo, honorable mago—dijo, de forma tan educada, que hizo suspirar a Tatiana. ¡Qué lindo era Ijekiel! Con esas mejillas de bebé y su serio comportamiento de caballero.
Lucas bufó, pero de igual forma, extendió su mano y sacudió la de Kiel.
—Un gusto, Lord Ijekiel—sonrió, fingiendo amabilidad. Por alguna razón (Tatiana sospechó que era la falsedad en el gesto) la sonrisa de Lucas no llegó hasta el enamoradizo corazón de la princesa mayor.
—Bueno, ¿tocaran ya?—exigió la impaciente Athanasia.
—Estamos listos—sonrió Kiel, tomando de nuevo su violín—, tomen asiento por favor.
—Es verdad, Lucas, por favor, siéntate a un lado de Athy, yo me sentaré en el otro sillón.
Extrañamente, Lucas hizo caso, y se sentaron a escuchar las hermosas melodías que Jennette y Kiel le arrancaban a sus instrumentos. Al mirarlos juntos en aquel sillón en su forma de niños, Tatiana sintió que algo cálido se hundía en su pecho.
Los futuros esposos se veían hermosos juntos.
Sonriendo, Tatiana disfrutó de la música.
—¡Hurra!—aplaudió Athanasia, cuando terminaron la primera canción. Tatiana y Lucas aplaudieron, el segundo sin mucho entusiasmo—, ¡ahora Claro de Luna!—apremió Athanasia.
—Oh, calma, Athy. Déjalos descansar un poco, pediremos una merienda y seguirán, ¿les parece?
Jennette y Kiel asintieron, felices de poder descansar. Y Tatiana haló la campana del servicio para pedir algo de comer. Una vez pedida la merienda, volvió a sentarse junto a sus hermanas.
—Kiel a mejorado mucho con violín desde la última vez que lo escuche—Tatiana comentó—, yo no puedo sacarle ni un suspiro pero usted simplemente lo hace, no sé cómo lo logra.
Apenado, Kiel sólo sonrió.
—Es tan sólo práctica.
—Athy ha practicado día y noche pero no puede hacer nada con el violín tampoco—se quejó la hermanita menor, en un principio, a Tatiana le pareció un milagro que la siempre perfecta Athanasia no pudiera lograr algo a la primera, mucho menos con intenso entrenamiento. Mucho después, entendió que la novela sólo había obviado todo aquello en lo que Athanasia no tuviera un don.
Por ejemplo, era una absoluta caprichosa.
—La princesa debe entender, la música tiene su tiempo.
—Hum—Athanasia frunció el ceño, luciendo decepcionada—, Athy quería aprender a tocar rápido, como Nette.
—Athy quiere todo rápido—Tatiana suspiró—, pero algunas cosas se logran con dedicación extrema, ¿no es así Ijekiel?— amable, como siempre, él asintió.
—La princesa Athanasia, seguramente se volverá una maestra del piano si práctica los suficiente—él admitió, levemente sonrojado.
—Si Athy no tiene talento, entonces es imposible—replicó ella, y Jennette, que los miraba discutir, no pudo más que cerrar la boca y fruncirla en un estado de absoluto análisis. Para ella, a la que todo lo referente a la música era fácil, le resultaba incomprensible la charla.
—Eso no es verdad—una vocecita dijo, tanto Ijekiel como Athanasia voltearon al mago en el sillón—. Cualquiera puede hacer música.
Tatiana gimió, ¿cómo se atrevía? ¡Ella más que nadie sabía que hacer música era un arte tan delicado como la cocina! ¡Cualquiera podía hacer un guiso, pero no muchos un almuerzo de calidad!
—No creo que Sir Lucas este hablando con muchos fundamentos—Tatiana replicó, cruzándose de brazos. Para Ijekiel, fue la primera vez que la vio ligeramente irritada. ¿Si quiera aquella niña siempre risueña se enojaba?
—Claro que tengo fundamentos— él niño sonrió, mirándolos a todos como cucarachas desde el sillón.
Buh, a Tatiana le ponía tan enojada.
—Sí es así, entonces deléitanos. A Nette y a Kiel no les importará descansar otro poco—la princesa mayor ofreció, señalando al piano que Jennette utilizaba para sus tardes de música.
—Ah, ¿lo hará, mago?—Athy se acercó, interesada—, ¿puede entonar Claro de Luna?
Lucas, viéndose para nada intimidado u ofendido, se levantó— Tal como la magia, princesa, la música es una ciencia exacta. Por ello, no existe el mero talento, sólo la inteligencia para administrar las aptitudes y el simple aprendizaje instintivo.
Él se acercó al piano, campante, y se acomodó, con cuidado de dejar su túnica exterior fuera de la silla.
Tatiana estaba que hervía por dentro, ¿qué clase de personaje masculino era Lucas que era tan jocoso y egocéntrico?
Miró a Kiel, el dulce chico estaba sentando junto a Jennette y Athy, tan amable y caballeroso.
—Hum—Tatiana masculló, en la novela, Jennette obviamente estaba enamorada de Kiel, pero en el manhwa ni siquiera mostró algún interés, no al menos hasta donde logró alcanzar antes de que la camioneta yo-lo-arruino-todo llegó. ¿Jennette estaría interesada ahora en Kiel que pasaba menor tiempo con él y se relacionaba más con distintas personas de la corte? Dejando de pensar en ello, volteó hacía Lucas—, sorpréndenos—ella se jactó.
Lucas elevó el mentón, orgulloso, y empezó a tocar.
De hecho...
...era muy bueno.
Tatiana no pudo más que tragarse la amargura.
¿Por qué? ¿Por qué simplemente él parecía ser perfecto en todo lo que hacía? Dejaba a Tatiana como una amargada cuando hacía eso.
Athy, complacida por escuchar su canción favorita, sonrió.
Lucas siguió entonando hasta acabar y, con un último tono, todo acabo. Athy, Nette y Kiel se levantaron para felicitarlo con aplausos.
—¡Muy bien, mago!—vitoreó Athanasia.
—El sonido fue muy dulce—admitió Nette, sus ojos azul enjoyado iluminados por admiración.
—La composición fue perfecta, felicito sus dotes, mago Lucas—Ijekiel, siempre formal, se inclinó con respeto—, ¿en donde lo aprendió?
—Tuve un par de siglos...
Una repentina tos estruendosa cortó la explicación lánguida de Lucas, era Tatiana.
—¿Hermana? ¿Qué pasa? Eso sonó mal—se preocupó Nette. Tatiana disimuló un gestó de tos para fingir un poco más. Ella miró a Lucas "¿Qué haces admitiendo que eres un mago milenario? ¡Tú, tonto!" casi le gritaba con los ojos.
—Oh, no es nada. Es sólo que de un momento a otro me siento algo aletargada. Tal vez sea alguna alergia de la primavera.
Lucas esbozó una destemplada expresión de desinterés y bufó.
—Nunca escuche de un polen tan agresivo.
Grrr, ¿cómo podía ser tan irritante? ¡Ella estaba intentado guardar un secreto justo en ese momento!
—¿Taña no se siente bien?—Athy preguntó, aferrando su manita a la de Tatiana—, Athy la acompañará a sus cuartos.
—Oh, no. Yo sólo...
—Princesa—Ijekiel interrumpió, mirándola con una preocupada expresión en su tierna carita—, debe cuidar de su salud.
De repente, ¿por qué todos la miraban con si fuera a caer como un árbol viejo y enfermo? ¡Estaba perfectamente saludable!
—Sí, creo que Su Alteza debería ir a descansar, con su delicada salud—Lucas de repente fingió una preocupada expresión, haciendo que su tono de voz sonará realmente afectado—, una vez supe de una joven de su edad que murió de una repentina tos debido a que no guardo algo de reposo.
Los gemidos de alarma de Athanasia y Jennette se elevaron.
¡No, no le crean!
—Es en verdad lamentable, la salud de las jóvenes damas decae a esta edad tan delicada. ¿No es así, Princesa?—él prosiguió. ¿Era acaso eso una venganza por interrumpirlo? ¡Pero qué vil!
—Yo en realidad...
—Princesa—insistió Kiel, está vez verdaderamente afectado—, creo que debe tomar cuando menos una siesta.
Pero...
—¡Debe dormir pronto!—Athanasia exclamó.
—¡Llamaré a mi nana!—Jennette apresuró sus pasitos a la puerta que comunicaba con la sala de descanso.
¡Sólo había sido una tos! ¿Por qué todos actuaban de forma tan alarmante?
Sin darse cuenta, Tatiana estaba unos minutos después recostada en su cama, una compresa para una fiebre que no tenía sobre la cabeza y un calentador de pies bajo las sabanas.
A su alrededor, no una, sino tres nanas preocupadas.
—¿Se siente bien, Princesa?—preguntó Lily.
—¿Cómo está su pecho?—Le siguió Rimma.
—¿Le ha bajado la fiebre?—remato, Marya.
Para empezar, ella ni siquiera tenía fiebre, sólo había estado roja del enojo.
¡Tonto Lucas! ¿Y qué si a ella simplemente no le gustaba su actitud? ¡No tenía que ser tan infantil y vengarse haciendo que todo el mundo se preocupara por su salud!
No fue una sorpresa para Tatiana que, apenas con minutos de retraso, Claude se precipitara en la habitación fingiendo calma absoluta.
—¡Papi!—Tatiana chilló, cuando lo vio entrar—, ¡Papi, me alegra que estés aquí! ¡Yo no...!
Espera, ¿ese que venía tras la alta figura de su padre no era Lucas?
Grrr.
—Por favor, Princesa—el pequeño mago pidió, luciendo realmente preocupado—, no se esfuerce, ya le he explicado a su padre su delicada situación.
¿Cómo que delicada?
—¿Te sientes muy mal?—Claude la miró, algo de preocupación en sus fríos ojos. ¿Enserio Lucas había hecho preocuparse tanto a su padre? ¿Había llegado tan lejos solo porque Tatiana fue algo arisca con él? ¡Qué formas eran esas de igualarse con una niña cuando el mismo tenía miles de años de vejez!
—Yo me-
—Por favor, Su Majestad. No hagamos que cometa esfuerzos, la princesa debe descansar. No queremos que su pulmonía avance más.
—Es cierto—Lady Rimma le interrumpió— ¿su madre no murió por una enfermedad parecida que se gestó con su embarazo? debemos tener precaución de que no se haya traspasado a ella de forma inadvertida.
¿Qué?
La cara de Tatiana en ese momento debió ser un poema.
¿Pulmonía?
¡¿Le había dicho a todos que tenía pulmonía?!
¡Tu bastar...!
¿Uh?
De repente, Tatiana se sintió algo aletargada, ¿es que acaso no era ese Lucas halando de su mana? ¡Eso era aún más sucio!
—Papi—Tatiana se quejó, sintiéndose cada vez peor. Claude extendió un brazo y le tomó de la mano.
—Si es así, descansa. Supongo que no podrás ir al paseo en el lago de mañana.
¡¿Qué?! ¡No! Tatiana amaba pasear en el lago, hace mucho tiempo los lirios parasitarios habían sido removidos para proteger a Athy y Nette, pero la vista aún era perfecta en primavera. Sin fuerzas para quejarse, Tatiana miró a Lucas que, fuera de la vista de sus nanas, Félix y Claude, se reía por lo bajo.
Lucas: 1- Tatiana: 0.
"Me las vas a pagar" Tatiana pensó, antes de caer dormida.
Fue así como empezó una reñida apuesta por arruinar la vida del otro.