El Misterioso Visitante. (Che...

By midhiel

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─Dame una buena razón para que me quede, Charles. ─Estoy encinta. Siglo XVIII, Escocia. La vida de Lord Xavie... More

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By midhiel


Dedicado a @KiKaLioncourty un gran agradecimiento por su ayuda.

Una mención para @LuzAlvz y su sitio.

XXVII

Richard MacTaggert admiraba el trabajo de espionaje de Shaw pero el médico no lo encandilaba como futuro yerno. Durante años había esperado que Charles se le declarara a su hija. Cuando Brian Xavier todavía vivía, se ilusionó con que el difunto duque forzara a su hijo a hacerlo pero, según la opinión del general, Brian había sido un hombre demasiado indulgente con su vástago. Después falleció y Charles tomó su título. Allí la situación se tornó más difícil porque aunque el Duque visitaba a los MacTaggert en Edimburgo y su madre los invitaba a Westchester con regularidad, Charles seguía tratando a Moira como a una amiga entrañable. Durante los meses anteriores al último Baile de Disfraces, el general había abrigado esperanzas porque el Duque comenzó a visitarlos con más frecuencia y pasaba horas platicando con Moira, siempre en compañía de una chaperona, vale aclarar. El militar y su hija esperaron que ese baile le diera a Charles el motivo para declarársele, pero resultó un fiasco. Moira había quedado desilusionada y buscó mediante cartas ponerse en contacto con él. Sin embargo, la indiferencia del Duque fue notoria y el general, ofendido con los Xavier, buscó otro partido aceptable para su hija. Aunque su sueño había sido enlazarla con alguien de la nobleza, Shaw era una persona inteligente, reconocida por su trabajo científico, y su labor de espionaje para la causa antimutante se calificaba como brillante. MacTaggert lo conocía por sus vínculos con el fallecido Trask y pensaba que ahora que se había comprometido con Moira, él y Sebastian podrían trabajar juntos y progresar en la tarea de detener a los mutantes. Para apresarlos, el general tenía primero que identificarlos y exponerlos, y la mayoría de ellos se camuflaba en la sociedad como personas comunes si sus poderes no eran demasiado evidentes. Shaw era un espía experto y le había asegurado que lo ayudaría a localizarlos.

Esa mañana Sebastian había llegado a la casa de su suegro para almorzar con él y con su prometida. Moira estaba deslumbrada con él. En el fondo, todavía le dolía el desengaño de Charles ya que lo conocía desde que eran niños y era un noble posicionado en la cumbre de la escala social, pero Shaw, altanero y soberbio, la hacía sentirse segura. Ya se había desquitado a su manera con los Xavier, haciendo coincidir la fecha de su boda con su baile anual, y estaba convencida de que la crema de Edimburgo preferiría su fiesta en la ciudad a tener que viajar hasta Westchester.

Los tres tuvieron un almuerzo agradable. Platicaron de diversos temas aunque el tópico principal fueron anécdotas que Shaw narró para jactarse de su inteligencia. MacTaggert lo escuchaba sin muchas ganas pero Moira era todo oídos, fascinada con él. Después llegó el postre. Apenas retirados los platos, la joven se levantó para leer la correspondencia que le había llegado más temprano, y su prometido y su padre continuaron sentados para disfrutar de una sobremesa. El general le ofreció a su yerno uno de los célebres habanos de Logan, pero este declinó aduciendo que prefería fumar en pipa. MacTaggert encendió el suyo. Shaw preparó la pipa con parsimonia, explicando las propiedades de la clase de tabaco que había traído consigo y ufanándose de su calidad exquisita.

El general lo escuchaba, hastiado de su arrogancia.

Sebastian soltó el humo de la primera pitada y comentó sonando casual.

─Tengo entendido que el Duque de Westchester es amigo de su familia.

─Así es. Tenemos lazos estrechos con la familia de Lord Charles. Me unía una amistad profunda con su difunto padre y actualmente él y su madre mantienen contacto con nosotros. Él y Moira han sido amigos desde la infancia ─ MacTaggert respondió con recelo, sin entender a qué venía el comentario. Sospechó que Shaw podía haber averiguado que Moira y Charles habían estado cerca de comprometerse, pero el médico no le parecía una persona celosa con el pasado de su prometida.

Sebastian preguntó.

─ ¿Sabía usted que el Duque tiene una propiedad en Irlanda?

─La mayoría de los nobles y herederos tienen varias propiedades distribuidas en distintas partes de las islas y del continente. Lord Charles tiene una mansión en Irlanda que posee muchos acres de tierra. Tengo entendido que la heredó de un familiar de su madre.

─ ¿Dónde está ubicada exactamente?

─ ¿A qué vienen estas preguntas? ─ reclamó el general, molesto con el misterioso interrogatorio.

Sebastian dibujó una sonrisa de arrogancia triunfal.

─ ¿Qué me respondería usted, general, si le comentara que en un par de semanas un grupo de mutantes extranjeros viajará de incógnito para asentarse en la propiedad irlandesa del Duque de Westchester con su completo conocimiento y permiso?

MacTaggert se enfureció porque le tenía estima a Charles por la amistad que había tenido con su padre.

─Es una acusación peligrosa contra el Duque. Cuide su lengua, doctor.

Shaw dio otra pitada sin amedrentarse.

─Me informaron que el Duque realizó refacciones en esa casa en los últimos meses. Estuvo abandonada desde que falleció su pariente materno y él acaba de ponerla en condiciones para que sea habitable.

─ ¿Qué prueba tiene de que la refaccionó para que se mudaran mutantes? ─ increpó el militar.

─Nunca confío mis fuentes a nadie, pero le aseguro que son fiables ─ respondió de forma enigmática y vaga.

MacTaggert se negaba a creer y estaba ofendido con ese yerno pretencioso que osaba ensuciar el nombre de una familia de prestigio que además era amiga suya.

─No puede ser cierto.

─Piénselo, general ─ insistió Sebastian con calma y petulancia ─. Olvide mis fuentes y recuerde los hechos: el temible Magneto estuvo en esta ciudad hace medio año, cometió el crimen atroz contra el doctor Trask y se esfumó sin dejar rastro. ¿Cómo llegó ese siniestro mutante hasta Edimburgo? ¿Dónde se refugió hasta la noche en que cometió el asesinato? ¿Cómo huyó en medio de la noche? Alguien con conexiones en la ciudad tuvo que haberlo ayudado a entrar, refugiarse y escapar.

─Sabemos que tiene contactos.

─Pero no conocemos quiénes son aunque por la rapidez e impunidad con que se maneja deducimos que tiene que tratarse de gente poderosa.

─Charles no puede estar trabajando para Magneto ─ negó MacTaggert, confundido, más para sí que para su interlocutor ─. Conozco a Lady Sharon y es una dama de punta a punta que jamás permitiría que se diera asilo a un asesino como Magneto en su casa. Además ella se encargó de la educación de su hijo y sé los valores que le inculcó.

─ ¿Qué tal si el mismo duque fuera un mutante? O tal vez alguien cercano y muy querido que lo sea y él lo esté ayudándolo.

─ ¿Tiene pruebas, Shaw? ─ regañó el general alterado.

Sebastian calló porque era un espía astuto y no le convenía revelar semejante secreto sobre la identidad de uno de los nobles más respetados del país. Además, si conservaba la información, más adelante podría sobornar a los Xavier, eso ya lo había pensado y le agradaba la idea. Por eso prefirió ser prudente.

─La única prueba que tengo es la información confiable de que un grupo de mutantes se dirige a la propiedad irlandesa del Duque de Westchester. Llegarán en un par de semanas. También averigüé el nombre de la casa: los ancestros de la madre del Duque la bautizaron Genosha hace ya más de tres centurias.

─ ¿Está seguro de esto?

─Estoy convencido, general.

─En el caso de que tenga razón, no se puede invadir la propiedad del Duque ─ observó MacTaggert con prudencia ─. Por su posición social, se necesitaría una orden firmada y avalada por el Rey, y Su Majestad tiene lazos importantes con la Casa Xavier. Se negaría a aprobar algo que manche el nombre de esa familia. Por si esto fuera poco, aun con una orden real, el Duque tiene derecho a defenderse en la Corte y ante la Cámara de los Lores. No digo que sea difícil sino que es imposible pensar siquiera en buscar mutantes en una de sus propiedades.

─No estoy proponiendo invadir el territorio del Duque, sé la impunidad con la que cuenta ─ respondió Shaw con cansancio y enfatizó la palabra impunidad porque la posición de Charles le provocaba envidia.

─ ¿Qué está proponiendo, entonces?

─Propongo que nos reunamos usted y yo con el coronel Stryker, y con él y su mejor escuadrón, viaje yo hasta Irlanda para emboscar a los mutantes antes de que lleguen a Genosha.

El general era un militar de alto rango al que no le caía en gracia recibir órdenes de su futuro yerno, pero Shaw le estaba proponiendo un plan que de cierta manera sonaba sensato. Sin embargo, MacTaggert se sentía renuente todavía en cuanto a la fidelidad de la fuente. Era arriesgado suponer que Charles Xavier, al que conocía desde niño y había compartido amistad con su padre, podía prestarse a ayudar a los peligrosos mutantes, más aun, Shaw había insinuado que el Duque podía haber estado detrás de la huida de Magneto.

Sebastian entendió su duda y añadió:

─Soy uno de los espías más eficientes de la patrulla anti mutante, general ─ soltó el humo de la pipa con una actitud relajada ─. No le estaría brindando esta información si no fuera veraz. ¿Qué me dice si yo me desplazo hacia Irlanda con el coronel y algunos hombres en una misión secreta? Solo podríamos saberla, usted, Stryker y yo. Aguardaríamos y atacaríamos a los mutantes camino a la propiedad del Duque, tiene mi palabra de que no vamos a invadirla. Si me estoy equivocando, algo que dudo, no quedará registro de la misión y olvidaremos el asunto, pero si estoy en lo cierto, usted habrá capturado un grupo de mutantes y tendría pruebas para comenzar a investigar a una persona renombrada como Xavier.

MacTaggert dejó el cigarro apoyado en el borde del cenicero.

─No quedarían registros, sería una misión sin papeles.

─Así sería, general.

─Estoy pensando que yo también cuento con una casa pequeña en Irlanda, pertenece a un primo de mi difunta esposa, pero está deshabitada. Si usted tiene razón, doctor, y capturan a un número importante de mutantes, podrían llevarlos allí hasta que envíe refuerzos para que se los transporte hasta Edimburgo.

─Me parece acertado ─ congenió Shaw ─. Estaba pensando que deberíamos avisar a la patrulla irlandesa.

─No, si buscamos que sea una misión en secreto ─ contestó el general y alzó el habano ─. Está bien, Shaw. Nos reuniremos con Stryker y viajarán los dos a Irlanda con un escuadrón preparado. Una parte de mí espera que se equivoque ─ Sebastian alzó una ceja con suspicacia ─. Es que conozco al Duque y a su familia y no desearía que estuvieran involucrados, mas si usted tiene razón, esto sería un golpe importante para los mutantes y desbarataríamos un plan que se nota que hace tiempo lo vienen trabajando.

Shaw sonrió.

─Como le dije, general, yo no me equivoco.

......................

Mientras su padre y su prometido dialogaban, Moira se encerró para leer la correspondencia. Esa mañana, con la visita de Shaw, había dejado de lado las cartas y tenía varias que responder, en especial las que estaban dirigidas con motivo de su boda. Le llamó gustosamente la atención encontrarse con el nombre de Lady Sharon en un sobre y casi le saltó el corazón por la boca cuando leyó el de Charles en otro. Ansiosa, rompió el papel con el abrecartas, y abrió la misiva. El Duque, amable y cortés, la felicitaba por su casamiento y le aseguraba que haría lo posible por asistir al menos a la ceremonia ya que la fiesta (remarcó con aire sorprendido) coincidía con el baile de disfraces que daba cada año en Westchester. A continuación se disculpaba por no haberla visitado en los últimos meses, le deseaba lo mejor para su futuro y le pedía que la amistad entre ellos perdurara.

Moira sonrió. Charles le estaba proponiendo que aunque se fuera a casar con Shaw podría continuar su amistad con él. Sintió remordimiento por haber buscado que las fechas de su boda y del baile coincidieran pero no había marcha atrás, de todas formas los Xavier no parecían guardarle rencor por ello.

Tomó rápido la pluma para responderle pero fue interrumpida por Shaw, que llegó con su padre para despedirse.

...........................

Hubo contratiempos para que el grupo de mutantes llegara a Irlanda. A medida que Emma reclutaba a los que necesitaban mayor asistencia para viajar cuanto antes, iba encontrando más y más mutantes desamparados y en peligro. Llegó a reclutar a un nñumero que doblaba al que habían estipulado y esto cambió la logística. Se vio obligada a prolongar la fecha del viaje y escribió a Magneto. Le avisó que tardaría un mes más en reunir y enviar a todos y le propuso enviar mientras tanto a su hijo y a Kurt para que visitaran Genosha y se cercioraran de que la casa estuviera lista. Sean permanecería allí y su compañero cerúleo regresaría pronto con ella para ayudarla en la travesía hacia Irlanda.

Erik se mostró de acuerdo y Sean y Kurt viajaron hacia Genosha en el tiempo estipulado.

Una tarde que Hank se había llegado para examinar a Charles y quedarse para el té, Peter se encontraba con Laura en la biblioteca. Estaban estudiando porque el señor Summers les tomaría exámenes la semana siguiente. El muchacho estaba tratando de concentrarse en un texto de retórica, mientras que su amiguita estaba haciendo cálculos con el ábaco y una hoja.

Charles ya había entrado en el octavo mes. En pocas semanas daría a luz y todo parecía pronosticar que sería un alumbramiento tranquilo y el bebé se sentía sano. A Peter le costaba concentrarse en el libro porque pensaba en su hermanito, que se convertiría en el rey de la casa seguramente, y si no ocurría esto, él lo convertiría porque pensaba consentirlo a rabiar. Deseaba llenarlo de mimos en parte porque pensaba en su propio hijo y en parte porque lo entusiasmaba que su padre hubiese iniciado una nueva familia. Él también estaba formando una con Logan y con Laura. Era increíble y el joven se daba cuenta de que después de vivir una década solo con Erik y extrañando a su hermana y a su madre, ahora contaba con dos familias.

De pronto se oyó el estruendo de un cuerpo que chocaba contra uno de los anaqueles. Los dos dejaron de estudiar para dirigir la vista hacia el sonido y se encontraron con Kurt, que con una mueca de dolor, se recargaba contra la pared y se sostenía la pierna izquierda con ambas manos. Peter notó que la tela del pantalón de esa pierna tenía sangre a la altura del muslo, y formaba una mancha ovalada y oscura. Por el frío que hacía, la tela era gruesa y no se había desgarrado. El muchacho se precipitó con su velocidad para sostener a su amigo, llevarlo y sentarlo en un sofá. Laura corrió a buscar un taburete. Con mucho cuidado, Peter le acomodó allí el pie izquierdo para que extendiera la pierna.

─Ve rápido a buscar a Hank ─ordenó Peter a la niña.

Apenas Laura salió, Kurt sujetó el brazo de su amigo y gimió. Peter le apoyó las manos sobre los hombros para calmarlo.

─Nos emboscaron cerca de Genosha ─ explicó el joven cerúleo con la voz gimiente ─. Fue la patrulla anti mutante y nos estaban esperando. Tienen a Sean.

Peter le hizo presión con cuidado en los hombros. Su amigo estaba herido pero necesitaba más información.

─ ¿Cuándo pasó eso? ¿Dónde ocurrió? ¿Dónde queda Genosha?

─Es la casa irlandesa del señor Duque ─ respondió Kurt cansino ─. Hace menos de una hora que nos atacaron. Yo me transporté para pedir ayuda pero estoy herido y no sé ─lloró de impotencia ─, no creo que pueda volver a viajar tan pronto.

Peter lo liberó. Estaba pensando que solo él tenía el poder para llegar a tiempo. Oyó la voz preocupada de Laura en el pasillo regresando, y los pasos de los adultos que la seguían. Ninguno podría viajar con su velocidad y el traslado hasta Irlanda podría demandarles una semana si no era más. Tenía que actuar enseguida. Juntó aire y salió disparado hacia el sudoeste donde sabía que quedaba el país. No conocía la ubicación exacta de la casa pero de alguna forma llegaría.

Kurt iba a decirle que aguardara. Sin embargo, resultó una orden imposible porque el impaciente Peter ya se había ido. Intentó incorporarse y quitar cuidadosamente la pierna herida del taburete. Pero el solo movimiento de alzarse lo obligó a gemir y se dejó caer de cuenta nueva en el sofá.

Laura abrió la puerta con un golpe seco y dejó pasar a los demás. Hank entró con su maletín y detrás de él lo hicieron Erik, Logan, Sharon y por último Charles, que caminaba más lento a causa de su vientre. La niña iba a ingresar también pero su padre le ordenó que permaneciera afuera y cerró la puerta. Laura estaba ansiosa, mas entendía que en esa situación tenía que ser obediente y salió al jardín para tranquilizarse.

Mientras que McCoy se inclinaba para estudiar la herida y abría su maletín, Charles apoyó una mano sobre el hombro derecho de Kurt para tranquilizarlo. Le envió sosiego y el muchacho soltó un suspiro de alivio. Después el telépata se llevó el índice a la sien para leerlo porque así sería más rápido recabar la información y el joven no tendría que revivir el trauma por el que había pasado.

Vio que a quince millas de Genosha, los jóvenes sufrieron una emboscada. Los atacantes eran quince soldados con Stryker a la cabeza y otro hombre desconocido que a partir de fragmentos de diálogos que Kurt le transmitía, dedujo que se trataba de Shaw. Sean se defendió con su poder y les provocó dolor en los tímpanos con su mutación, pero finalmente algunos hombres pudieron llegar hasta él. El muchacho los enfrentó con una espada aunque finalmente fue reducido. Lo encadenaron y le cubrieron la boca con un bozal.

Kurt no tenía armas, mas podía transportarse de un lado al otro y golpear a los soldados con piedras y demás elementos. Finalmente, antes de que lo enmudecieran, Sean le gritó que siguiera los pasos del plan. Kurt entendió a qué se refería y abandonó el lugar para teletransportarse y pedir ayuda. Emma les había ordenado que de surgir problemas, se comunicaran con Worthington, que estaba en Londres a menor distancia que Edimburgo. El joven azulino viajó hasta la propiedad del noble y lo puso al tanto de la situación. Como seguía excitado, le prometió a Worthington que se adelantaría y llegó a Westchester para pedir más ayuda. La herida que tenía se la había provocado al chocar en su ansiedad contra un muro mientras se teletransportaba hacia la mansión.

Hank alzó la botamanga de la pierna lastimada para examinarle la herida y se dio cuenta de que no revestía gravedad, pero el muchacho se notaba exhausto. Había realizado viajes kilométricos en cuestión de segundos y su energía se había agotado. Necesitaba acostarse y descansar, además de calmantes y algo de líquido.

Charles les hizo una seña a Erik y a Logan para que se acercaran con él hacia un rincón, y ponerlos al tanto de lo que había leído en el joven.

Hank terminó de vendarle la herida y se puso a buscar calmantes en su maletín. Sacó algunos frascos con hierbas y polvos. Sharon se inclinó hacia Kurt y con su pañuelo le secó la frente mientras le acariciaba la mano para confortarlo.

El joven cerró los ojos porque estaba extenuado. Comenzó a sentirse somnoliento y a respirar profundo para sumergirse en el sueño. De pronto recordó a Peter. Abrió los ojos y exclamó con las pocas fuerzas que tenía:

─Peter viajó hasta allí... se desesperó... yo lo desesperé... Sean y Peter... los dos están... ellos los tienen...

Todos sintieron la vibración de los artefactos de metal que había en la biblioteca. Charles observó en Erik una mirada encendida y él se frotó el vientre, angustiado. Logan empalideció y después se puso lívido.

Hank dejó por un momento de preparar el brebaje para mirar al joven, sorprendido, y, luego, siguió trabajando. Sharon se llevó una mano a la boca mientras que Erik y Logan llegaron rápido hasta Kurt y se arrodillaron a su lado para recabar más información. Charles optó por leerlo antes de que se desvaneciera.

─Peter corrió a salvar a Sean mientras Laura nos avisaba ─explicó el telépata.

Erik no habló, simplemente se dirigió a la puerta para subir a su recámara a prepararse. Logan iba a seguirlo y estaba tan furioso que había apretado sin pensar los puños provocando que sus garras brotaran, pero Hank los detuvo al cuestionar:

─Llegar a la casa de Charles llevaría al menos una semana y hay que cruzar el canal del Norte.

─Aguarden ─ intervino el Duque que por su educación era junto con su madre quienes conservaban mejor la calma ─. Hay que diseñar un plan, esta emboscada estuvo preparada con anticipación por la patrulla.

─Peter está en peligro ─contestó Erik seriamente.

─Y queremos rescatarlos a él y a Sean, por eso hay que tranquilizarse ─ contestó Charles.

Logan le asintió a su amigo, reconociendo que razonaba con prudencia y en un momento desesperante como este no se podían perder los estribos. Extendió las manos para guardar las garras y se frotó los nudillos para calmar la ansiedad.

El metal seguía vibrando. Erik suspiró y se acercó a Kurt, que ahora bebía un brebaje que Hank le había preparado en un frasco. Eran hierbas machacadas con líquido. Charles se aproximó a su amante y le apoyó la mano sobre el hombro para sosegarlo y demostrarle que estaba con él. Magneto se tranquilizó un poco bajo su toque y le apretó la mano. La vibración metálica disminuyó suavemente.

Laura entró corriendo. Tenía los ojos desorbitados:

─ ¡Un ángel está bajando al jardín! Trae a un hombre con él. ¡Tienen que verlo!

Charles, Erik y Logan parpadearon incrédulos pero rápido entendieron de quién podía tratarse. Sharon y Hank miraron a la niña con incredulidad.

─Es Warren Worthington con su hijo ─ les avisó el Duque.

Su madre y McCoy le asintieron. Sharon guardó su pañuelo y se acercó a su hijo para salir con él. Charles la tomó del brazo con delicadeza. Hank decidió quedarse para terminar de atender a Kurt y pidió que camino al jardín llamaran a algún paje para que lo ayudara a subir al joven a una recámara. Después cambió de opinión y dijo que no convenía que alguien viera al muchacho en ese estado y decidió subirlo él solo. Su mutación le otorgaba la fuerza para hacerlo y Kurt no era pesado.

Erik y Logan abandonaron veloces la biblioteca, los dos pensando en las cuentas que tendrían que saldar con ese tal "ángel" por la tragedia de Peter. Laura los guiaba a los trotes, extrañada y fascinada con la aparición.

Charles y su madre quedaron un tanto rezagados ya que el Duque marchaba despacio por su peso. Mientras caminaban, ella le apretó el brazo con el que él la sostenía para llamar su atención:

─Hijo ─ murmuró para que los demás, que estaban más adelante, no la oyeran ─. Erik tendrá que partir a buscar a Peter.

─Así es ─ suspiró Charles, no le agradaba la idea pero sabía que era la única solución posible. Había que ayudar a Peter y a Sean, y Magneto era el más indicado para tal empresa.

Sharon le acarició el brazo para transmitirle ánimo. No se cansaba de prometerle que podía contar con ella y ahora sentía que tenía que estar más que nunca a disposición de su hijo.

..........................

Hola. Disculpen la tardanza pero aquí está un nuevo capítulo. Espero que les guste y muchas gracias por el apoyo con los comentarios y votos.

Besos

Midhiel

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