Xia Yao había estado con su mente en otra cosa durante toda la cena.
Su madre se había dado cuenta de que estaba de mal humor. Cogió un trozo de pescado y lo puso en su plato, y le preguntó:
-¿En qué piensas, hijo?
- Mamá, la última vez me dijiste... no me acuerdo si dijiste la familia Zhao Shu o Meng Shu. ¿Tenía una hija de más o menos mi edad?
- ¿Oh, te refieres a Meng Xin? -La madre de Xia dejó los palillos y le sonrió a Xia Yao. Anteriormente no quisiste hablar sobre ella. ¿Qué pasa?
- ... No es como si estuviera intentando tener un hijo y hacerte un nieto.
Su madre le miró de reojo, -¿Qué tanta prisa tienes? Yo no tengo prisa.
Tú no tienes prisa... pero yo tengo prisa... Xia Yao comió dos cucharadas antes de preguntarle a su madre: -¿Cómo es ella?
-¿Te refieres a Meng Xin?
Xia Yao asintió.
La madre de XIa se detuvo a pensar por un momento y dijo: -Ella es bonita, no es alta, ¡pero es guapa! La clave es que la chica es talentosa, toca el piano muy bien, y también le gusta escribir poesía. Ha publicado dos libros de poesía. Su familia está llena de gente educada. Sus padres son honestos. Así que la hija no debería estar mal.
Xia Yao estaba bastante satisfecho. -Me gustan las chicas tradicionales.
La madre de Xia Yao estaba sorprendida porque ella siempre oía a las madres de otros jóvenes quejarse porque sus hijos eran demasiado modernos, y que encontrar una chica que cumpliera todos sus requisitos eran muy difíciles, así que habían aceptado que eran incompetentes. Ella no esperaba que su hijo, que había sido rebelde durante la adolescencia, fuera tan sensible que ahora incluso aceptara el concepto de novia tradicional.
- Entonces, en un rato me pondré en contacto con su madre. Mañana es fin de semana, puedes quedar con ella.
A la mañana siguiente, cuando el cielo aún estaba oscuro, Yuan Zong fue despertado por Yuan Ru.
- Hermano, tienes que salvarme, me estoy volviendo loca.
Yuan fue tranquilamente al cuarto de baño a limpiarse los dientes.
Yuan Ru lo persiguió hasta el baño. -Hermano, ¡Ayúdame a encontrar un hombre! Mi corazón está completamente vacío. Xia Yao no para de aparecerse en mi cabeza, tengo que olvidarle lo más pronto posible.
(N/A: Seguro que no le importa para nada ayudarte LOL)
-Te lo puedo preparar, hay alguien. -Contestó Yuan Zong.
Los grandes ojos de Yuan Ru brillaron instantáneamente. -¿Cómo es? No me importa si tiene dinero o no, o si tiene calificaciones académicas, ¡pero debe ser guapo! Lo más importante es que su apariencia física tiene que ser mejor. Tiene que ser lo suficiente musculoso y poderoso. Como tú y tus amigos.
Poco después, había lavado rápidamente su ropa, y se había dirigido a su escritorio en su habitación, había cogido una tarjeta de negocios y se la dio a Yuan Ru.
Yuan Ru se puso tímida, -Soy una chica que vive en la casa de su familia y voy a dar la cara. ¿No voy a parecer poco reservada?
-Te puedo ayudar con eso. (N/A: Yuan Zhong, se te notan demasiado las ganas de presentarle a alguien más)
-Te dejo elegir el momento y el lugar.
Yuan Ru entró de nuevo a la casa, mientras que Yuan Zong siguió su camino.
Al día siguiente, Xia Yao y Meng Xi habían quedado en una casa de té. Como él no solía a acudir a sitios con una atmósfera tan literaria, es por lo que lo había elegido. No tenía demasiadas exigencias, Mientras que la chica no apareciera llevando una minifalda, él podía aceptarla. Y con respecto a llevarse bien más adelante, eso podía discutirse más adelante. Lo más importante era librarse de Yuan Zong.
Xia Yao estaba satisfecho de que Meng Xin no solo no llevaba minifalda, sino que llevaba unos pantalones largos, además iba decentemente cubierta en general.
En cuanto a la primera impresión de Meng Xin de Xia Yao, estaba extremadamente excitada y avergonzada. Toda señorita tiene el corazón de una mujer mayor. Su cara estaba tranquila y su corazón latía deprisa.
¿Quién podía mantener a tal hombre?
-Quizás soy más del tipo tradicional, no soy demasiado habladora, mientras tú no te aburras. -Dijo Meng Xin.
Xia Yao respondió: -Está bien, me gustan las chicas tradicionales.
-Señor, su té está listo.
-Si, graci... -No pudo terminar de pronunciar la palabra, los ojos de Xia Yao se fijaron en la puerta entreabierta, mostrando una figura que desentonaba.
Yuan Zong era como una montaña, quieto en la puerta... en una atmósfera como aquella llena de estilo y etiqueta. Él no encajaba con el ambiente. Pero los dos ojos afilados siguen hiriendo a Xia Yao.
jJ*der! ¿Qué había de especial?... ¡Este hombre es un fantasma!
-Lo siento, tengo que ir al baño. -Dijo Xia Yao.
Se dirigió directo hasta colocarse en frente de Yuan Zong y le proporcionó una fría mirada.
-¿Esto... es un poco demasiado no crees? ¿No es así? ¿No es así? Tengo que golpearte en la oreja, ¿Sabes lo que significa la vergüenza?- Xia Yao siguió lanzando una serie de duras palabras.
Yuan Zong dio un paso al frente y miró fijamente a Xia Yao con seguridad. Entonces lo agarró de la cintura.
-¿Qué estás haciendo? -Gritó Xia Yao.
Yuan Zong contestó: -No estoy haciendo nada, solo quería decirte... que mires tus pantalones, están un poco bajos.
El corazón de Xia Yao estaba furioso, y su estómago se contrajo haciendo una bola, ¿Quién era este hombre, eh? ¡Estaban en la recepción de la casa de té! Docenas de personas les estaban mirando, y en medio había un hombre plantado y otro hombre acababa de pedirle que se subiera los pantalones.
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Gracias y hasta pronto.