De verdad que soy estúpido

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Yuan Zong iba conduciendo el coche mientras Yuan Ru estaba sentada en el asiento del pasajero llorando como si fuera un bebe.

-¿De qué va todo esto? No he hecho nada pero aún así me culpan a mi de ello. Hermano, déjame que te diga, la vergüenza y el sufrimiento de todos esos huevos y verduras podridos han sido por tu culpa. ¡Tienes que compensarme por mi sufrimiento.

-Ah, por cierto, ese enfermo cacho de carne que estaba conmigo antes, es mejor que te deshagas de él lo antes posible. ¡No vale ni un pedo! Huuuu...

El coche se paró de repente en mitad del camino.

Las lágrimas de Yuan Ru pararon de golpe en el mismo instante en el que el freno fue apretado, y miró con sorpresa a su hermano, -¿Cuál es el problema?

-Conduce tú misma de vuelta a casa.

-Hey...

Aunque Yuan Ru aún tenía cosas que decir, Yuan Zong ya había dejado el coche atrás a grandes zancadas.

Cuando Yuan Zong volvió a la calle dónde se había separado de Xia Yao, este ya no estaba allí. Xia Yao había estado vagando unos diez minutos, y su familiar olor entró por las fosas nasales de Yuan Zong. Uno nunca podía estar seguro si la tozudez le iba a dejar o no coger un taxi para llegar a casa.

(N/T: Esto tiene más que ver con su estado mental que con su tozudez, en el fondo me da pena, pero la verdad es que necesita despertar de una vez.)

Yuan Zong siguió el camino durante unos cuatro o cinco minutos, hasta que una solitaria figura confirmó sus pensamientos.

Xia Yao estaba caminando solo por la carretera sin ningún destino por más de 10 minutos, recorriendo apenas 2 km. (N/T:¿Apenas? Ya os digo yo que yo no me hago 2km en 10 minutos ni en mis sueños.) De vez en cuando dirigía algún vistazo a las señales de stop, y se pararía en una esquina para fumarse un cigarrillo. Pasó sin apenas parpadear por al lado de un taxi vacío. Sin la menor intención de levantar la mano para llamarle. Simplemente se dedicaba a fumar mientras vagaba en dirección desconocida.

Yuan Zong no se mostró a sí mismo. Solo siguió a Xia Yao en silencio durante todo el recorrido, acompañándolo a través de incontables caminos y giros incorrectos...

En ese momento, Yuan Zong parecía ser capaz de ver en un vistazo los amplios y congelados pastos de nieve. En ellos Xia Yao iba cargando una gran mochila, sus pesados pies peleaban por moverse hacia delante entre todo aquel hielo mientras intentaba hacerse paso hasta el pueblo de Yuan Zong.

En aquel momento, sus piernas aún no habían sido rotas por culpa del propio Yuan Zong, y la postura de Xia Yao no había sido obligada a girarse y deformarse después de tan poco tiempo caminando, necesitando grandes descansos para poder continuar. En ese ciclo de parar y seguir la persistencia de Xia Yao parecía ir drenándose poco a poco según el tiempo iba pasando.

Entonces justo cuando Yuan Zong ya no soportaba más toda aquella situación, Xia Yao sacó su teléfono.

Ambos hombres deteniendo sus pasos al mismo tiempo.

El corazón de Yuan Zong empezó a latir al mismo ritmo en el que Xia Yao levantaba su teléfono móvil. Esperando que el teléfono que estaba guardado en su bolsillo empezara a vibrar. E incluso aunque Xia Yao no hubiera dicho ni una sola palabra, Yuan Zong habría corrido hacia él, cogiéndole en brazos por lo que quedaba de viaje.

Pero desde el principio hasta el final, no hubo ni una sola vibración en su bolsillo, mientras que el teléfono de Xia Yao estaba llamando repetidamente una y otra vez, pero nadie parecía estar contestando a las llamadas. La primera vez, le salió que la otra línea estaba ocupada, pero las siguientes veces le salía que él otro teléfono estaba apagado o fuera de cobertura...

Advance Bravely En EspañolWhere stories live. Discover now