Al día siguiente desperté y miré alrededor para confirmar que lo que pasó ayer fue real.
Y efectivamente sí fue real.
Pasé mis manos por mi cara y suspiré.
Estoy en la casa de un chico que apenas conozco y mis padres ni una llamada para saber cómo estoy.
Rodee los ojos y me puse de pie dispuesto a irme de aquí, pero al momento siento una punzada en mi estómago. Ya hasta se me había olvidado la paliza de ayer.
Me vuelvo a sentar en la cama esperando a que el dolor pase.
No sé ni qué hora será pero ya es demasiado tarde para ir al colegio, no es que quiera ir pero esta sería mi primera falta.
Pero de que me preocupo nadie se dará cuenta de mi ausencia y tampoco creo que a mis padres les importe.
Me levanto otra vez, un poco despacio.
Ahora que recuerdo esta ropa que tengo puesta no es mía.
Me sonrojé.
Luke me había cambiado de ropa y yo ni en cuenta.
Mierda, debí haber estado muy dormido para darme cuenta de eso.
Me estremecí imaginándome a Luke cambiándome.
Eso sería... yo en ropa interior.
Volví a sonrojarme y reí nervioso.
No es nada malo, él es hombre y yo también, hubiera estado mal si yo fuera mujer.
Dejando de pensar más en ese asunto.
Caminé hacía la puerta dispuesto a salir de la habitación pero esta se abrió antes dejando ver a un Luke despeinado y sin playera, solo con un pantalón deportivo.
¡MADRE MÍA, TAMBIÉN ESTABA SUDANDO!
Controlé todos mis pensamientos sucios.
No puedo pensar sucio de nadie...
Y MENOS DE UN CHICO.
No soy homosexual o bisexual... pero estoy dudando...
O solo serán las hormonas...
Eso debe ser.
-¿...y que dices?- su voz me despertó de mis pensamientos.
-está bien- sonreí, sea lo que dijo no escuché, con esa respuesta y una la sonrisa basta.
-¿seguro?- me miró raro.
-¿de qué?- fruncí el ceño.
-no me estabas escuchando- rodó los ojos.
-ups- me tapé la boca con ambas manos.
Él rió.
-decía que voy al trabajo, saldré un poco más tarde y no podré llevarte a casa, qué si me esperas- pasó una mano por su cabello.
-no, yo me voy solo, podré irme en taxi o en bus- sonreí.
-¿en serio?- levantó una ceja.
-no- negué.
Escasas veces me había subido en algunos de esos transportes.
Me daba miedo por así decirlo, no entiendo el por qué, no me gustan.
-entonces... ¿sí me esperarás?- una sonrisa se curvó en sus labios.
-Luke, no quiero ser molestia- suspiré.
-claro que no lo eres Cal- negó- ¿Cómo sigues?- preguntó.
-un poco adolorido, pero no como ayer- suspiré.
-eso es bueno- se acercó un poco acortando cierta distancia.
-Luke, ¿Por qué vienes así?- mordí discretamente mi labio inferior.
Él observó su atuendo y me miró después.
-salí hacer ejercicio- se encogió de hombros.
Vale, luces muy caliente.
Esa frase se repetía miles de veces en mi cabeza.
-supongo que ya desayunaste- me encogí ante lo que estaba pensando.
-no, de hecho te venía a despertar para desayunar juntos- sonrió.
-me despertó el hambre- reímos.
-pues vamos a la cocina, antes iré a ducharme- arrugó su nariz.
-te espero abajo- él asintió.
Bajé hacia la cocina y me senté en el comedor.
Miré debajo de la mesa encontrándome con algo peludo que se movía.
Sonreí como idiota al ver a un gatito mirándome.
Me agaché y lo tomé en mis manos, al momento que lo acaricié empezó a ronronear.
-hola, gatito bonito- lo mime y cerró los ojos disfrutando mi tacto.
Era muy peludo, su cabeza tenía una mancha gris y su demás cuerpo era blanco.
Era una ternura.
-oh, ya conociste a Oggy- escuché la voz de Luke.
Reaccioné soltando al felino, que por suerte cayó parado.
Todos los gatos caen parados, dah.
-¿a quién?- pregunté mirándolo confundido.
-a oggy, mi gato- miró a su mascota y lo tomó en sus brazos acariciándolo como yo hace unos segundos.
-¿se llama oggy? Qué raro- fruncí el ceño, él rió.
-sí, no es raro- se quedó pensando-. En realidad, no tenía ningún nombre que ponerle y se me ocurrió buscar en internet, encontré ese y me pareció lindo- se encogió de hombros divertido.
Me acerqué a él.
-es muy lindo- espeté mirando al gato.
-gracias, me acabo de duchar- sonrió mirándome.
-yo me refería al del gato- me sonrojé y él rió.
-lo sé...- soltó a oggy y éste enseguida comenzó a correr por la casa- desayunemos- sonrió.
****
Después de desayunar él se fue a su trabajo.
Varias veces le dije que no había problema en que yo me fuera por mi cuenta pero él seguía en que cuando regresara me llevaría a casa.
No tuve otra opción que resignarme a esperarlo.
Y ahora aquí me encontraba, acostado en un sillón.
Tenía un televisor en frente de mí pero no sabía cómo prenderla y el control remoto tenía muchos botones parecía que era de un alienígena.
En realidad no sé si los extraterrestres tienen uno así pero supongo.
No me atrevía a salir, que tal si los vecinos de Luke piensan que soy algún extraño que anda por su casa muy campante.
Mejor me quedé aquí, acostado.
Después de ver algunas cosas en mi celular (descubrí que Luke tenía wi-fi, pero no me atreví a buscar el modem y conectarme aunque era mucha tentación no lo hice, otra persona tal vez sí, pero yo no me atrevía. Sentía como si me estuviera aprovechando de él)
Sonó el timbre de la casa.
Me levanté olvidando que esta no era mi casa y abrí la puerta. Una persona se abalanzó contra mí abrazándome.
-oh, Luke, tenías razón- sollozó contra mi cuello esa persona.
Era un chico porque su voz era de uno.
Me abrazó más fuerte aún con su cara contra mi cuello.
Me quedé tieso, no sabía qué hacer.
Poco después el chico se dio cuenta que no decía nada y no le correspondía el abrazo.
Separándose me mí me miró sorprendido y se sonrojó.
-lo siento, debí equivocarme de casa- limpió sus lágrimas con la manga de su suéter.
El chico salió de la casa dejándome solo.
Segundos después él regresó.
-está es la casa de Luke, ¿quién eres tú?- se dirigió a mí un poco molesto.
Me quedé atónito por su comportamiento.
Se acercó a mí intimidándome y vaya que lo hizo.
Me quedé mirando el piso nervioso.
Me maldije a mí mismo.
Nunca debí abrir la puerta.
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Un poco aburrido D; ik
¿QUIÉN SERÁ EL CHICO? *---*
Hasta yo quiero saber, wei. ggggg