COFFEES AND BOOKS 桜狩り; kookmin

Da ohsweetbrokendoll

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Hay sólo dos cosas que a Jungkook le encantan. Los libros y los hombres. Jungkook está enamorado de los libr... Altro

u n u m
d e u x
d r i e
k v a r
b i y a r
a n i m
s e d m
v i s i m
novem
decem
o n z e
d u o d e c i m
t r e d e c i m
q u a t t u o r
q u i n d e c i m
s e d e c i m
d i c i a s s e t t e
a c h t z e h n
d i c i a n n o v e
v i n g t
vingt et un
vingt-deux
vingt-trois
vingt-quatre
vingt-cinq
vingt-six
vingt sept (FINAL 1/2)
cap extra + agradecimientos 💗
Después de los cafés y libros ☕📚
(MINI EXTRA) coffees and waves ☁🌊

vingt-huit (FINAL 2/2)

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Da ohsweetbrokendoll

En silencio reinó entre los tres chicos a lo que Jimin se alejaba de ellos en silencio. Era difícil distinguir lo que sentían en ese momento, pues sus rostros expresaban un montón de cosas al mismo tiempo.

— Yoongi. — le llamó Jungkook, mirando cómo Jimin desaparecía por las puertas que conducían hacia la cafetería justo como más temprano.

Yoongi también estaba siguiendo al rubio con la mirada, mordiendo su labio inferior. Jungkook ni siquiera esperó su respuesta para hablar.

— Dijiste que quién no quería ser visto contigo en público era peor que los que te juzgarían por ser gay. Pero la cosa es que no hay nada peor que los que te juzgan por algo que no tiene sentido que sea juzgado, porque si esas personas no existieran, tampoco existiera el miedo a ser un chico que quiere besar a su novio en público. Lo único que hace sufrir a la gente es eso, ser una sociedad tan malvada y mal educada como para hacer que personas como Jimin o como yo vivan en un constante miedo. — sentenció fríamente, evitando la mirada del más bajo —. No podemos obligar a nadie a mostrarse al mundo como totalmente es, porque cada quién tiene una experiencia diferente en eso y deberíamos estar para apoyar y no destruir, que es lo único que se lograría por medio de la presión. Es una experiencia muy personal y cada quién encontrará su libertad algún día, lo importante es no dejar que las personas que nos hacen sentir ese miedo nos destruyan o a personas que se sienten como nosotros. — metiendo las manos dentro de su bolsillo, se volteó en dirección a donde se había ido Jimin —. Y permiso, voy a encontrar a mon amour.

Cuando Jungkook empezó a alejarse, Taehyung intentó seguirlo, pero Yoongi lo tomó fuertemente del brazo para así retenerlo y evitar que lo dejase solo.

— ¿Estás bien? Oye, sobre Jungkook y yo... La verdad es que... — intentó hablar, pero fue interrumpido.

Taehyung se soltó bruscamente de su agarre y soltó una risa seca, forzando una sonrisa.

— Me gustas de verdad aunque hayamos empezado a salir por diversión, pero, ¡Sorpresa! No te necesito y enamorarme no está entre mis planes importantes de vida. Así que tú tranquilo, que yo estaré bien. — se giró a verlo por unos segundos, sonriente —. No es como si necesitara a alguien que no fuese yo mismo para vivir.

Luego de aquellas palabras, se apresuró para alcanzar a Jungkook y así ayudarlo a buscar a Jimin. Dejando atrás a un muy confundido Yoongi, preguntándose dónde estaba el Jungkook asustado a morir y el Taehyung que dependía emocionalmente de todas sus parejas.

(...)

Jimin se había dejado caer junto al otro rubio hacía varios minutos, cabizbajo y silencioso. Lo había encontrado tirado en el suelo, con la espalda contra un casillero, justo donde hacía nada se habían encontrado con esos tres idiotas que buscaban venganza por el chico que Seokjin había mandado al hospital al defender a Jimin. Y ahora que estaban ahí, hombro con hombro, rodillas tocándose y respiraciones sincronizadas, Jimin no podía evitar preguntarse por qué Seokjin lo había defendido así.

— ¿Por qué? — dejó la pregunta al aire, de la nada.

Seokjin suspiró al escucharlo.

— ¿Qué cosa?

— ¿Por qué me estás defendiendo de todos?

— Lo haría por cualquiera, porque no está bien lo que esa gente hace. Porque peleo por los derechos que ellos no respetan con su rechazo. — le contestó a la vez que giraba la cabeza en su dirección para verle a los ojos, de una manera honesta.

Jimin le sostuvo la mirada, sonriendo levemente.

— No eres una persona horrible, Seokjin. Lo decía para molestarte.

Seokjin también sonrió.

— No es la única razón por la que te defendí, hay otra.

Jimin lo observó con sorpresa.

— ¿Cuál es la otra? — indagó en un susurro.

— No me creerías. — se rió Seokjin sin ganas.

— Intentalo. — riéndose un poco, le golpeó el pecho suavemente con su mano, causando que el pecho de Seokjin doliera.

— Nunca me había enamorado. — le susurró de cerca, mirándolo de una manera intensa.

— Lo sé. — susurró Jimin también, intentando procesar lo que creía que Seokjin iba a decir.

— Pero aquí estás tú y ahora estoy enamorado. Enamorado de ti. — le confesó, dolido —. Siempre había tenido miedo a pasar mucho tiempo con la misma persona, porque pensaba que enamorarse era cuestión de tiempo. Y ahora veo que no se necesita años para enamorarse. Todo lo que he venido sintiendo por ti... No fue gracias al tiempo, sino a la manera intensa en la que me gustas. Y no quería que esas personas te dañaran a ti o a tu felicidad.

Jimin asintió, con sus ojos cristalizados y rojizos. Seokjin sonrió, como sabiendo que no era correspondido. Y su sonrisa tenía algo devastador en ella.

— Lo siento. — le respondió Jimin.

— No pasa nada, ya lo sabía. Estás enamorado de Jungkook. — le apartó los cabellos del rostro, delicadamente —. Sólo necesitaba que lo supieras.

— Te quiero, rubio. — Jimin encerró la mano del chico en la suya antes de que la apartara.

Seokjin sonrió aún más.

— Yo también te quiero, rubio. — le susurró.

Se quedaron observándose en silencio, hasta que de algún lado salieron dos castaños y cada uno se dejó caer a cada lado de ambos rubios.

— Hoy tres chicos me dijeron cosas feas e intentaron hacerme algo. — dijo Jimin finalmente en voz alta.

Ni siquiera tuvo que explicar el porqué para que Taehyung y Jungkook supieran a qué se refería.

— Seokjin estaba. Me ayudó.

Jimin suspiró de manera rota, dejando caer su cabeza sobre el hombro de Seokjin y apretándole la mano con fuerza. Jungkook cerró sus ojos intentando mantener la calma, apoyando su cabeza en el hombro de Jimin como este lo había hecho con Seokjin, para luego buscar a ciegas la mano de Jimin y tomarla con fuerza en la suya.

Finalmente, Taehyung escondió su rostro en el cuello de Seokjin y aceptó su mano cuando el chico la extendió hacia él.

Seokjin apoyó su mentón en los cabellos de Taehyung, y entonces, todos cerraron los ojos e intentaron calmar sus respiraciones.

— Los retos que tenemos que enfrentar para eliminar la discriminación son interminables, Jimin. — habló Jungkook en calma —. Lo importante es curarnos entre nosotros las heridas que esas personas nos puedan causar, y juntos, nunca rendirnos hasta que ya no queden de ellos y sean muchos a los que la real verdad, les hizo libres.

Tras las palabras de Jungkook, la campana sonó, pero aún así ninguno abandonó sus lugares. Ni siquiera cuando el pasillo se empezó a llenar de gente.

Porque ahora sabían que si eran poderosos, juntos pasaban a ser invencibles.

Y que al final, algún día, la verdad tocaría a la puerta de todos. Y verían que lo único que era espantoso, era ser tan cruel como para obligar a alguien a sufrir la condena de fingir toda su vida por algo que ni siquiera está mal.

Pero lejos de terminar ahí, la historia sigue.

Puedo saberlo muy bien porque formo parte de ella. Y aunque no soy el protagonista, y sólo soy Kim Seokjin, el que se enamoró solo... Soy testigo de todo lo que cambió después de ese momento.

Jungkook y Jimin aprendieron a comunicarse mejor.

Jimin fue quién pidió la siguiente cita, le hizo una sorpresa muy especial con ayuda de Taehyung y mía, ¡Y le pidió que fuese su novio!

Jungkook y Taehyung viajaron con la escuela a un torneo de deletreo.

Jimin, que se convirtió en el tercer estudiante con mejores notas del instituto, fue asignado por Tanya para que me diera tutorías.

Fue una situación graciosa, Jimin no tenía paciencia para enseñarme y nos peleábamos por todo.

Tanya y la mamá de Jimin se mudaron juntas.

Jungkook y Taehyung volvieron del torneo, Jimin y yo fuimos a verlos en la estación de autobuses.

Jimin y Jungkook se dieron su primer beso en la estación de autobuses. Trazaron con sus manos desesperadas cada parte del otro, se sostuvieron con fuerza, agitados y apasionados. Movieron sus bocas juntas de manera frenética y brusca, perdiéndose y fundiéndose juntos.

Ese día yo le había comprado su café favorito a Jimin mientras esperábamos a los chicos. Sé que Jungkook nunca fue fanático del café, pero de verdad parecía querer tomar todo de Jimin y su boca sabor a café a través de ese beso.

Porque él lo amaba.

Él se enamoró de su extravagante felicidad, de la luz que irradiaba, y Jimin se convirtió en su otra mitad, porque cuando Jimin estaba cerca Jungkook solo podía ser feliz. Jimin era esa parte de su vida, que le hacía feliz.

Yo me enamoré de esas tardes en las que discutíamos por cosas sin sentido, pero terminábamos riendo.

Él se enamoró del sabor a café que tenían sus labios.

Yo me enamoré de su risa, de su sonrisa.

Él se enamoró de la manera en la que su divertida personalidad opacaba lo aburrido de la suya. Se enamoró de los colores que pintó en su vida.

Se enamoró de las largas pláticas sobre todo tipo de libros, se enamoró de la forma en la que sus ojos le miraban, se enamoró de su compañía.

Se enamoró de tenerlo cerca, de abrazarlo, quererlo, reír junto a él, llorar junto a él, se enamoró de como se aceleraba su corazón cuando lo tenía cerca.

Y yo incluso me enamoré de extrañarlo.

Él se enamoró de Park Jimin.

Y yo también, pero ya sabemos que sólo uno tiene la dicha de tenerlo de esa manera en su vida.

Aunque lo más importante de esta historia, es que todos logramos salir adelante y ser exitosos sin importar qué.

Jungkook y Jimin al final sí se mudaron a España, lejos de todos.

Taehyung estudió medicina y yo encontré mi felicidad en escribir. Escribir cortos relatos, libros muy largos o pequeños textos.

Todos encontramos una pasión, valentía y varios motivos para sonreír.

Pero eso nunca hubiese sido posible si un día no nos hubiésemos curado las heridas entre nosotros.

Por eso es que creo, que esta historia, es mucho más que sólo acerca de cafés y libros.

Y mientras me acerco a la mesa donde  me voy a reunir con mis amigos después de años de que tomáramos caminos diferentes, y veo a Jimin y Jungkook reír abrazados posando para una foto junto a Tanya y la señora Park, mientras Taehyung les apunta con la cámara con su pequeña hija a su lado y los padres de Jungkook observándolo todo con una gran sonrisa...

Me doy cuenta de que escribí esto

Porque siempre estuvimos destinados

A formar parte de la misma historia.

F I N

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