The Teacher's Son [Gay + Adul...

By jav_lar

594K 39.1K 14K

"Lo que ves es lo que soy, Pero no soy lo que crees que ves, Ni lo que ves es todo lo que soy" Diego es chico... More

Parte 1 - Capitulo 1 *
2. "Ten cuidado con lo que deseas"
3. "Murphy"
4. Antes que nada es un bully
5. Espía atrapado
6. "La Noche" *
7. Normalidad anormal
8. Verano
9. Nuevos inicios *
10. ¿Un jabalí no es lo mismo que un cerdo?
11. Pool Party
12. La Primera Cita
13. "Estoy casi seguro que es un hombre lobo"
14. "Citas no citables"
15. "Sexo, Tacos y Rock&Roll" *
16. On line
17. La pelea
18 "Tutorías"
19. "Don't tell me it's over..."
20. Xbox, Pizzas y Cervezas
21. "La Mascota del Equipo"
22. "Tú-Aquí-Ahora"
23. "Bad Dragon"
24. "Max el Terrible"
25. "Shadow"
26. "Franco"
27. "Parte del grupo"
28. "Amigos de verdad"
29. "La cena"
30. "Te amo"
31. "Estaré contigo siempre que me necesites"
III - 32. "Entre broma y broma..."
33. "La Mazmorra"
34. "Amigos, más que amigos"
35. "Fortuito y divertido"
36. "Duelo"
37. "Así no es como me hubiera imaginado terminarían las cosas."
38. "Joven 18"
39. "Yo no soy gay"
40. "Halloween"
41. "Encuentros y desencuentros"
42. "Memorias de un pasado olvidado"
43. "Domingo"
44. "Gemelos"
45. "Visita inesperada" *
46. "Absolutamente nadie debe enterarse"
47. Helado frito
48. "Misión de rescate"
49. "Intervención"
50. "Alex"
51. "Blue Moonstone"
52. "¡A por él!"
53. "Hola"
54. "Te presento a mi..."
55. "Charlas"
56. ¿Dónde quedo yo?
57. "¡Dime que no es verdad!"
58. "¿En dónde he venido a parar?"
59. "Día siguiente"
60. "No, no somos amigos"
61. "La Broma"
62. "No eras tan listo como creías"
63. "Luau"
64. "El Jabalí Salvaje, acorralado"
65. "Navidad"
66. "El chico del bus"
67. "Cuenta atrás"
68. "Tiempo fuera"
69. "Tenemos que hablar."
IV. 70. "CmO 4.2"
71. "Promesas rotas"
72. ¿Qué haces aquí? ¡Vete!
73. "Días oscuros"
74. "Secuelas y consecuencias"
75. "Segundas oportunidades"
76. "Mudando a una nueva vida, parte 1"
77. "Mudando a una nueva vida, parte 2"
78. "Si de verdad lo amas... Déjalo ir"
79. "Playlist de los corazones rotos"
80. "Todos los caminos me conducen a..."
81. "Estira y afloja"
82. "Cuatro noches, tres días, dos errores, un anillo"
83. "Te juro que no es obsesión"
84. "Padre"
86. "Despedidas"
Epílogo. "La noche del cometa"

85. "Padre parte 2"

3.8K 242 173
By jav_lar


85.

"Padre parte 2"

POV Diego

En cuanto pongo un pie en la agencia soy acribillado por un sin fin de pendientes y contratiempos. Uno de los agentes ha tenido que salir inesperadamente de la ciudad por un problema familiar, dejando sus campañas, aunque avanzadas, en mitad del proceso. Lo cual no sería tan grave, si no fuera porque casualmente coincide con las vacaciones de nuestro jefe.

Para colmo, los demás compañeros alegan tener demasiada carga de trabajo como para asumir el de alguien más. ¿Y quién es el que tiene "menos proyectos" en la agencia? Todos parecen creer que yo.

Paso los primeros minutos del día en una junta exprés. Si bien no soy oficialmente su jefe superior, el que el señor Xoxpa halla delegado en mí algunas responsabilidades, pesa a la hora de tratar de poner orden en la agencia. Nadie queda del todo conforme, pero todos nos repartimos la carga de trabajo extra, de todos modos, solo serán un par de días.

Lo curioso es que ni siquiera ese contratiempo logra mermar mi buen humor, ni borrar la sonrisa de mi rostro. Detalle que no pasa desapercibido para mi secretaria.

-De la semana pasada a hoy, es usted un hombre completamente diferente, debe contarme su secreto para que lo ponga en práctica.

-Ningún secreto señorita Vélez.

Respiro profundamente antes de continuar con el trabajo. Mientras pienso. "Salvo estar completamente enamorado como un colegial."

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

POV Omar

En cuanto entro a la oficina soy el blanco de miradas asombradas por parte de mis compañeros, pues vengo con la mejor de las actitudes, cargando unas cajas de pastelillos para todos.

- ¿De qué va todo esto si se puede saber? -Pregunta Ricardo al tomar un cupcake de zarzamora.

Encogiéndome de hombros le contesto. -Se me antojaron unos pastelitos, eso es todo.

-Mientras no se sienta mareado y con nauseas... -Comenta divertida nuestra auxiliar.

- ¿Estás embarazado? – atragantándose, grita de pronto Ricardo.

-No, nada de eso.

-Menos mal, porque te necesitamos de tiempo completo para la obra.

-Hablando de la obra, ¿cómo van esos presupuestos? -Reoriento la charla hacia el trabajo.

A pesar de mis esfuerzos por concentrarme únicamente en planos, proyecciones, costos, etc. Mi mente no puede evitar recordar lo que mi novio y yo hicimos durante toda la noche, en la madrugada, en la regadera y sobre el desayunador.

Una semana esperando y planeando el momento perfecto para pedirle formalizar nuestra relación, y al final, resulta que él se me adelantó. Lo cual en cierto modo fue todavía mucho mejor, porque si aceptó no fue por compromiso, sino que nació de él.

Solo la certeza de saber que me ama es suficiente para convencerme de darle mi casi, virginal tesoro. Sólo una vez había sido explorado, precisamente por Diego, aquel fatídico día que me fue arrebatado. Por ello, anoche cuando entro en mí, tuve la sensación de que al fin habíamos cerrado ese "paréntesis" en nuestra relación.

Ahora somos formalmente novios. Soy consciente de la reaparición en escena de su padre, el culpable de nuestra separación, solo que en esta ocasión no permitiré que se interponga.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

POV Diego

Una vez repartidas las labores, paso casi todo el día de un lado a otro entre producción, edición y mi oficina. Por lo que las llamadas telefónicas con mi novio se reducen a solo esporádicos mensajes, con varios minutos e incluso horas de diferencia entre ellos, aunque eso no demerita lo jocoso de los mismos.

Recibo un pequeño y significativo texto mientras estoy en una revisión en el departamento de edición. [- ¡Sonríe! Te quiero]

Sobra decir que logra su cometido. Minutos más tarde, al salir de la junta, le respondo apresuradamente. [- ¿Me quieres? ¡Ja, mentiroso! Tú me amas.]

A medio día tengo junta con un agente que lleva la cuenta de una cafetalera, las ideas parecen hacer huelga, en gran medida, al sopor que nos invade debido al sol colándose por los ventanales. Decido hacer una pausa de cinco minutos para despejar la mente, tomar un vaso de agua, ir al baño o chismorrear un rato para que, al regresar, con suerte la lluvia de ideas sea más fluida. Con esto en mente, me dirijo al cubo de escaleras, el lugar más fresco en el edificio a esta hora del día.

"Con este calor, lo que menos quiero es un café". Pienso malhumorado y aburrido, consecuentemente, una idea llega a mi mente, y no precisamente para la campaña. Con un par de minutos antes de regresar a la junta, mando a Omar un mensaje.

[-Eslogan de café orgánico: "Nada como nuestro café para un buen despertar" Y yo solo pensando en: "Nada como un buen orgasmo contigo al despertar]

Un par de horas más tarde, estoy en producción planeando una sesión con la fotógrafa y Eustaquio cuando por fin me responde.

[-Mi socio quiere usar un concreto para darle dureza y firmeza a los muros. Cuando, lo que yo quiero, es darte duro y tupido contra el muro]

Ante semejante declaración, no puedo menos que sonrojarme, y sí, también excitarme.

- ¿Se encuentra bien licenciado? -Pregunta la fotógrafa, preocupada por mi estado.

-Sí, estoy bien, gracias. -Contesto, al tiempo que respiro profundamente un par de veces para tranquilizarme.

- ¿Seguro? Esta vez es Eustaquio quien pregunta, con una ceja levantada y una insipiente sonrisa en la comisura de los labios.

-Sí, me acaban de avisar que mis padres vendrán este fin de semana, y mis compañeros de piso tienen la casa hecha un desastre. -Invento rápidamente.

-Ya, con razón, pero por lo menos le avisaron con días de antelación. -comenta Eus. -Por lo regular mi madre, no suele avisarme de sus visitas hasta que está tomando el taxi a mi casa, así que no meda tiempo de esconder nada.

Los tres nos reímos y enseguida continuamos con lo nuestro.

De nuevo en la oficina me dedico a sacar asuntos administrativos y otros pendientes para poder tener el sábado más holgado. Al levantar la vista me percato que son cerca de las 5 de la tarde.

Cualquiera podría llegar a tomar mal el hecho de que pasan varias horas sin tener noticias del otro, sin embargo, ambos sabemos lo que es estar absortos por el trabajo al tener una fecha límite de entrega, así que no me preocupo por ello.

Cierro los ojos unos instantes para despejarme y poder pensar en un mensaje para mi novio cuando una llamada entra directo al celular.

Con un poco de desilusión, veo que no proviene de él, sino de mi amigo Luis.

- ¡Hermano, milagro que te encuentro! –Me reprocha en forma de saludo en cuanto acepto la llamada.

-Milagro tú que te acuerdas de mí, ¿o es porque no te han dejado salir del psiquiátrico?

-Ja ja, chistosito. Aunque sí he estado algo atareado últimamente, pero para compensar, te esperamos hoy en la noche a cenar en mi casa. Tienes prohibido faltar, Moni lo tomaría muy a mal, y no sabes el genio que se carga estos días.

-Hoy no puedo, mis padres van a llegar mañana en la noche y tengo que.

-Nada, sin escusas ni pretextos, también van a venir los chicos, incluso Rubén ya confirmó que vendría.

-Está bien, aunque solo un rato. -Concedo. –Y de una vez te aviso, llegaré tarde porque tengo mucho trabajo.

-Con que llegues antes de las 9pm está bien, por lo que tienes buen tiempo. Ok, te dejo para que te apures. Ah y, no nos falles vale.

¿Qué será lo que planea ese loquillo? Veamos, hoy es jueves... ya sé, es por el partido de futbol, juega su equipo favorito. Sacudo la cabeza, conociéndolos, puede ser por cualquier cosa. Así que mejor envío un texto.

[- ¡Ey tú! Sí, tú. ¡Te amo!]

Esta vez no tarda nada en responder. [-Yo te amo hasta el infinito. ¿Cómo va tú día?]

[-Uff, con ganas de verte y hasta el cuello de pendientes. ¿Y el tuyo?]

[Exactamente igual, con unas ganas locas por besarte. ¿Qué dices si paso por ti como a eso de las 7 para ir con Luis?]

[-Voy a tardar todavía más, mejor los alcanzo allá.]

[-Ok, entonces nos vemos en la noche. Besos.]

[-Hasta pronto corazón.]

Se me escapa una sonrisa bobalicona al pensar en mi novio.

-Ejem, ejem. -Carraspea Eustaquio desde la puerta. - ¿Se puede?

-Adelante, pasa. -Recompongo mi postura profesional para seguir trabajando.

##

Afuera ya ha oscurecido para cuando terminamos de ultimar unos detalles para una campaña. El reloj marca pasadas las 8:15 de la noche. Suelto un suspiro cansado. A estas horas, Said ya cerró la pastelería. ¿Cómo se me pudo olvidar encargarle que me esperara o enviara uno de sus pasteles?

- ¿Todo bien jefe? -Pregunta Eustaquio mientras va recogiendo las carpetas y anotaciones.

-Sí, es solo que tengo una reunión y se me ha olvidado comprar el pastel.

- ¿Cita con el arqui, o con el motero de anoche?

- Ninguno, Un amigo me ha invitado a una fiesta en su casa.

- ¿Otro? Nombre jefe, que pegue.

-Ja ja ja. Qué cosas dices Eus.

-Yo solo digo lo que veo. Ya tu sabrás por quien te decides.

-No tengo porque elegir a uno o a otro.

- ¿No?

- No.

La charla me ha tomado desprevenido, mas no me ha alterado como llegue a pensar, por el contrario resulta ser divertido.

- ¿Por?

-Lo siento, tengo que volar, hasta mañana. -No es mi intención dejarlo con la duda, simplemente se me hace ya tarde.

Un corto trayecto en bus me lleva al centro comercial más cercano para comprar una, mejor dos botellas de vino. Sé que estamos en confianza y aun así, no me gusta llegar con las manos vacías a una invitación.

Para cuando salgo, ya son cuarto para las nueve, por lo que decido tomar un taxi de sitio. Una vez a bordo, le doy la dirección al conductor.

A través del espejo retrovisor, el chofer no deja de observarme reiteradamente. Cuando se percata que lo he pillado no le queda más que disculparse.

-Ejem. Perdone, pero usted me suena familiar, ¿nos conocemos de antes?

-Lo dudo, hace años que no vengo a la ciudad.

Mi evasiva no disuade las miradas furtivas, por el contrario, su concentración es más intensa.

-Perdón que insista, mi nombre es Carlos, por cierto.

-Carlos, Carlos, ¿Estudiaste en la preparatoria Simón Bolívar? Yo soy Diego.

- ¡Diego! Ya decía yo que te conocía. Cuéntame ¿Dónde te habías metido?

-Me mudé con mi madre. -Respondo simplemente, evitando dar más detalles.

-Oh ya. ¿Pero ya estás de vuelta, o solo de visita?

-De regreso, por lo menos de momento, a menos que me manden a otra ciudad. ¿Qué hay de ti? Me llegó la noticia que te casaste.

-Eso tiene siglos, ya hasta me divorcié.

-Lo siento.

-Fue lo mejor, para ambos y para mi hija, yo me quedé con la custodia.

-Ya es tarde, ¿quién la cuida a esta hora?

-Mi madre se queda con ella cuando me toca trabajar de noche, pero por lo regular, procuro el turno de la mañana para poder cuidarla yo. Tiene 13 años, una edad complicada para los adolescentes sin supervisión.

-Vaya que sí.

-A pesar de ello, nos llevamos realmente bien. Somos el dúo dinamita.

Con la charla, el tiempo de viaje se va rápido. Al llegar a la casa de Luis, me tomo el atrevimiento de invitarlo a departir con nosotros. Solo acepta pasar a saludar a los presentes, mas no puede quedarse, ya que debe de cumplir con su horario y cuota.

La formalidad sobra con los amigos, así que dejo el saco y la corbata junto al montón de abrigos que hay sobre un sillón y arremango la camisa, me siento teniendo a Tony de un lado y por el otro a Omar.

Aprovechando el reducido espacio y la disposición del sillón, Omar se acomoda de modo que su brazo izquierdo pasa por detrás de mi cuello y nuestras piernas se entrecruzan.

Rubén me pasa una fría botella de cerveza recién abierta.

-Diego no toma. -Le aclara mi novio, aceptando la botella en mi lugar con la mano libre. En esta posición, parece como si me estuviera dando unos de sus "abrazos de pulpo".

-Dame chance, solo una y ya. -Le quito la botella y le doy un sorbo.

-Al rato no salgas con que se te subió. -Vuelve a quitármela

- ¿De qué te quejas? Así tendrás una excusa para quedarte en mi casa a cuidarme la borrachera. -La recupero, y antes de que otra cosa suceda, le doy un corto pero refrescante sorbo a la amarga bebida.

-Ya, es suficiente. -Colocando su mano en mi brazo, me obliga a bajar la botella.

-Ustedes sí que no cambian. -Se burla Lucas de nosotros.

-Ya extrañaba sus peleas. -Secunda Cindy.

- ¿Entonces ya vuelven a ser amigos? -Pregunta Moni entrecerrando los ojos.

-Sí, bueno, no. -Responde Omar.

-No, bueno, sí -Respondo yo al mismo tiempo.

-Ja, justo como en la escuela. Ahora es Tony quien se burla, logrando que todos, incluidos nosotros, nos unamos a la risa.

Aprovecha la distracción, Omar me quita de nuevo la cerveza y ahora él, le da un trago a la botella.

- ¡Oye? – forcejeo con él para recuperar mi cerveza.

- ¡Alto, alto! ¡Paren las máquinas! ¿Qué es lo que ven mis ojos? ¿No? ¡No! -Interrumpe Luis parándose en medio de todos, haciendo aspavientos y señalándonos.

Ambas chicas dan unos chillidos de emoción al percatarse de lo que sucede.

Al estar nuestras manos casi una encima de la otra, el verdadero sentido del diseño de nuestros anillos, es revelado sin dar lugar a dudas.

-Pues sí, estamos juntos, de nuevo. -Una emoción me embarga al aceptarlo en voz alta.

-Y esta vez es definitiva. -Agrega Omar, dándome un beso mordelón en los labios.

#

La noche continúa y pasamos a la mesa a cenar propiamente, dónde las bromas y charlas continúan por un rato más, sin aminorar el entusiasmo de los presentes.

-Ejem, ejem. -Interrumpe Luis de pronto. - Bueno amigos, esta noche ha sido de sorpresas, primero con que Rubén, por fin pudo hacerse un tiempo para venir con nosotros.

-Mi culpa, pero prometo darme escapadas más seguido. -Responde el aludido.

-Luego, con el partido que en principio fue solo la excusa y terminó siendo uno muy bueno. -comenta Lucas.

-Sí, eso, también. Sin olvidar a los tortolitos que, vuelven a ser pareja. -Agrega Tony.

-Y aunque es una buena noticia. -Retoma la palabra Luis. -No es el motivo por el cual les pedimos que nos acompañaran a Moni y a mi esta noche.

Tomando amorosamente la mano de su esposa, la conmina a ponerse de pie junto a él, abrazándola cariñosamente por la cintura, dándole ánimos para que sea ella quien termine de hablar.

-Lo que el chorero de mi marido quiere decir es que: ¡Estamos embarazados!

Todos a la vez nos levantamos para felicitarlos y desearles lo mejor.

- ¿Cuántas semanas llevas? -Le pregunta emocionada Cindy.

-Estoy en la 7ma semana, de hecho, hoy temprano fuimos a nuestra primera consulta.

-Apenas es una morita mi Alex, pero nos dicen que va a crecer muy rápido. ¿Quieren ver la ecografía? -Orgulloso, continúa Luis con la explicación, al tiempo que extrae de su cartera una foto.

- ¿Ya tienen nombre para el bebé? ¿y si es niña? -Pregunta Lucas.

-Bueno, lo habíamos hablado desde que éramos novios, llevará el nombre de mi primer mejor amigo. Alejandro, o Alejandra, si es niña.

Una lágrima escapa de sus ojos al recordar ese pasaje en su vida.

Sin saber que decir, lo abrazo fuerte. Omar le revuelve el cabello, mientras que los demás le dan una palmada en el hombro y espalda. Después de respirar un par de veces, se separa de mí, aun con ojos rojos, pero con una sonrisa en el rostro.

-Brindemos. -Propone Rubén levantando su copa de vino. -Por Mónica, Luis y Alex!

- ¡Por Alex! -Respondemos todos haciendo lo propio.

#

Terminada la cena, Tony, Rubén y Omar se enfrascan en una conversación aburrida sobre política y economía. Aunque para mí, resulta divertido verlos debatir sobre esos temas, utilizando términos y teorías enseñadas en las clases de papá. Talvez no haya sido un profesor apreciado, pero era bueno en su trabajo.

-Diego, podemos hablar un momento. -Moni me aparta de ellos para reunirnos con Luis, Lucas y Cindy en la cocina.

Tras un gesto alegre, la voz seria de Luis me desconcierta. -Escucha, vas a decir que "¿Qué nos importa?", pero, estamos preocupados por Omar.

- ¿Porqué? ¿Le sucede algo? -Ahora soy yo el alarmado.

-Por el contrario. Lo vemos demasiado bien. -Agrega Cindy.

-No entiendo.

-Verás, cuando, tu sabes, te fuiste. -explica titubeante Lucas. - Él la pasó muy mal. Seguía saliendo con nosotros, asistiendo a la escuela, al taller, pero solo por ser parte de una rutina. Paulatinamente, pero rápidamente, dejó de asistir a los torneos, según él, de pronto se había aburrido de ellos.

-Quizá su interés pasó a otras cosas, o lo más seguro es que la escuela no le dejara tanto tiempo libre para practicar. En mi caso, apenas si me podía dar un chance para salir.

-Eso lo podemos entender. -Ataja Luis- Lo que queremos decirte es que Omar pasó por un cuadro de Depresión silenciosa. Dejó de interesarle y animarle la caballería, vendió la tienda, el taller, su moto. A pesar de que continuaba con su vida con aparente normalidad, la chispa que lo caracterizaba fue apagándose.

-Pero se ve bien. -Me cuesta trabajo imaginármelo en ese estado.

-Sí, ahora está mucho mejor. Pero cuando se fue a Inglaterra... pensamos que no volvería.

- ¿Inglaterra? Pensé que era España, Stein dijo que vivieron allá.

-Eventualmente se mudó a España, como tres años después. Durante ese periodo casi no supimos nada de él. -Aclara Lucas.

-Entiendo. Esta pequeña intervención es para asegurarse que.

-No le estés dando falsas esperanzas. Si lo que sientes por él es solo añoranza, mejor sería sincerarse. -Moni defendiendo a Omar de mí, es algo que nunca creí poder ver, y eso solo hace que me dé cuenta de cuán preocupados están todos por el bienestar de ambos.

-Ya, no tienen de que preocuparse. He sido muy claro con él desde el principio. Yo mismo pasé por algo parecido, aunque para nada silencioso, así pues, entiendo mejor que nadie la situación.

Todos asienten ante mis palabras. No es necesario decir más.

-Entonces. ¿Ya les dieron las buenas nuevas a sus padres? -Cambio el tema de conversación abruptamente.

-Sí, ayer hablamos con los míos. -Confirma Moni contenta. -El abuelo está realmente emocionado.

-Con mis padres, hablamos hoy por la mañana, y a mamá la iremos a ver este fin de semana. Creemos que hacerlo por teléfono es poco personal y además queremos ver su reacción. -Agrega Luis igualmente emocionado.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

POV Omar

Rubén y Tony con nula discreción de su parte, me llevan a la sala a charlar sobre economía y geopolítica mundial. ¿En serio? Opto por tomármelo con calma un rato. En la actualidad ese par tienen tan pocas cosas en común que decido seguirles el juego, por lo menos, hasta que sienta que la plática que tienen los demás con Diego se vuelva algo tensa.

No se necesita ser un genio para saber o imaginar el tema que están tratando, nosotros. Tampoco los culpo por estar preocupados por ambos, dada nuestra historia en común y particular de cada uno.

Lo bueno/malo es que la tensión no llega a ser tan densa como para interrumpirlos, por el contrario, al cabo de unos minutos su expresión corporal es más relajada.

No pasa mucho tiempo, para que todos nos despidamos de los futuros padres, no sin antes volverlos a felicitar.

Esta vez no tengo que rogarle o inventarme un pretexto para que Diego acepte que lo lleve a casa, por el contrario, es él quien toma mi mano para guiarme hacia la camioneta.

-Bien. ¿Dónde quieres seguirla? ¿Tú casa o la mía? -Obvio quiero que se decante por la mía.

-Suena tentador, pero tengo que llegar a casa esta noche. -Trato de ocultar la decepción en mi rostro, más no puedo. -Mañana van a llegar tus suegros y no he preparado ni escombrado la casa.

-Ok, entonces hoy toca en la tuya.

Tomando mi mano para acariciarla y darle un beso en el dorso, me ofrece una dulce sonrisa y un -Gracias, corazón -Logra apaciguar, de momento, al monstruo interior.

Las luces encendidas en la plata baja nos reciben fríamente, un adelanto de lo que vendrá en cuanto crucemos la puerta principal. Como es de esperarse, Iván es el primero en recibirnos, si bien no nos regaña por no haber avisado que anoche su hermano no llegaría a dormir, si me dirige una elocuente mirada diciendo. "Mis cocodrilos tienen hambre".

Said es harina de otro costal, aunque preferiría que se mostrara molesto y no interesado por conocer todos los detalles de cuanto hicimos estando solos. Por suerte, mi novio le tiene tomada la medida y con un solo. - ¡Said! – en voz alta, es suficiente para que le baje unas cuantas rayitas al asunto.

En cuanto a lo de escombrar la casa para las visitas, ellos dos ya se han ocupado de ello, básicamente lo único que les falta es saber cómo se van a acomodar.

-Mañana es el último día del curso, pero pedí permiso para presentarme de vuelta al trabajo hasta el lunes, si no te molesta, me gustaría acompañarte el sábado. -Comenta Iván.

-Gracias hermano, eso me gustaría bastante. -Contesta Diego. -Podría bajar el colchón inflable y quedarnos en la sala viendo tele.

- ¡Yo me apunto a la pijamada! -Responde Said entusiasmado.

-También podría alguien quedarse en mi casa, las habitaciones están disponibles. - Ofrezco, con la esperanza de que sea mi novio quien decida quedarse conmigo.

-O bien. –Interrumpe Said. -Sandy va a salir a una competencia este fin de semana, así que yo puedo quedarme en la habitación de mi hermana, Diego en la mía y sus padres en la suya. -Su opción termina por convencer a todos, justo cuando empezaba a agradarme ese tipo.

-El pequeño Rodri bien puede quedarse conmigo en la sala. -Aprueba Iván la logística.

-Suena bien, así sirve que estamos todos juntos. -Acepta mi novio encantado.

Un gruñido bajo se escapa de mi garganta, solo perceptible para Diego que está a mi lado, quien me abraza cariñosamente, logrando convertir el gruñido en un ronroneo.

- Bueno, ya está, ahora, todos a descansar. -Con una palmada, Iván deja en claro su deseo porque me retire.

-Sí, haaastaa mañaana. -Bosteza Said mientras sube las escaleras.

-Entonces, nos vemos al rato corazón. -Me despido con un beso en los labios de mi novio. -Hasta pronto cuñado. -Le ofrezco la mano.

Me retiro no por temor a las amenazas de Iván, más bien, porque no me gustaría que los hermanos se disgusten, no a tan pocas horas del terrible encuentro.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

POV Diego.

Unos pendientes en la oficina me impiden ir al aeropuerto a recibir a mis padres. Por fortuna, Said había ido a dejar a su hermana un poco antes, así que fue muy amable en ofrecerse para recibirlos y atenderlos mientras termino mis cosas.

Con el afán de dejar la menor cantidad de pendientes para poder tomarme el sábado, salgo un poco más tarde de lo esperado, con Eustaquio caminando a mi lado hablando de unas grabaciones que hará mañana temprano. De esta forma nos acercamos a la camioneta aparcada, al darse cuenta de a quien le pertenece el vehículo, mi compañero saluda a un Omar distraído con su móvil.

- ¡Eus, como has estado! -Saluda mi novio bajando del auto.

-Bien, bien, aquí mira todavía trabajando.

- ¿A esta hora y en viernes? No hay derecho.

-Pues ya vez, aquí "el jefe" nos tiene trabajando de sol a sol.

- Tampoco es para tanto, mira que va a creer que soy un ogro con ustedes. -Me defiendo de la broma.

-Tienes razón. -concede Eus- es un buen jefe después de todo. Entonces ¿van a salir de antro, o a algún club de pelea?

-Ja ja, a ninguno, directo a casa. -Desestimo las hipótesis de mi compañero.

- ¿A casa?, ¿ustedes viven juntos? -Inquiere Eustaquio mirándonos a uno y a otro.

-Oh no, nada de eso, es solo que están de visita los papás de Diego, y como hace mucho tiempo que nos los veo, me parece buena idea pasar a saludarlos un rato.

-Claro, claro, ganando puntos con los papás –Guiña un ojo cómplice. -Bueno, entonces no se diga más, los dejó ir a su, reunión. Diego, entonces así quedamos.

-Perfecto, me mandas los previos.

-Vale. Omar un gusto saludarte, y ponte las pilas mijo, mira que aposté por ti, yo soy del team Omar.

- ¿Del qué? – Se despide de mano mi novio, aun sin entender de que habla.

-Ya estás desvariando, será mejor que te vayas a dormir. Adiós Eus. –Me despido de él meneando la cabeza con resignación.

Una vez a bordo del auto, y en camino hacia mi casa me pregunta.

- ¿Hay algo que deba saber?

-No es nada. -Por el espejo me frunce el ceño. -Ayer me vio salir con cierto motero muy rudo y sexy, se ha inventado una historia sobre que salgo con dos personas, y al parecer, eres el favorito.

- ¡Ja ja ja! ¿Y qué le dijiste?

-Nada, los he tirado de a loco todo el santo día.

Y es que Eus no ha sido el único, el motociclista vestido de cuero, había sido el tema principal del cotilleo del día -Ambos nos reímos tras contarle las indirectas y otras no tanto que me han tirado algunos compañeros de trabajo.

A unos minutos de por fin llegar a la casa me animo a preguntarle. - ¿Te molesta si guardamos lo nuestro en privado?

- No, bueno... un poco. Es decir, entiendo si prefieres mantener tu vida personal fuera de lo profesional, "La imagen corporativa" y todas esas cosas. Por mí no hay problema, mientras estemos juntos.

-Gracias. ¿Sabes que te amo, cierto?

-No, no lo sé. -Responde fingiendo seriedad.

-Pues date por enterado. Te amo y mucho.

Una sonrisa ladeada se dibuja en su rostro.

-No sé si creerte, deberás convencerme de ello. -Me reta en juego.

- Pues lo hago, eso tenlo por seguro.

Aprovechamos el siguiente semáforo en rojo para besarnos, solo nos separamos por culpa de un insistente claxon del auto de atrás, avisándonos que la luz ha cambiado a verde.

Nada más cruzar el umbral somos recibidos por un alegre barullo proveniente de la cocina.

- ¡Hijo mío! Ven aquí. Se apresura mi madre a aplastar mi rostro entre sus cálidas manos.

-Mamá. Yo también te quiero, pero deja de apachurrarme.

- ¡Oh cariño! -Se queja al soltarme.

-Buenas noches. -Saluda Omar detrás de mí a todos los presentes.

Sergio es el primero en reaccionar, acercándose para estrecharle la mano. -Omar, muchacho, esto es una sorpresa.

Mamá, pasa de mis cachetes a los suyos. - Mírate nada más, ¡qué guapo te has puesto!

-Gracias, usted luce fantástica también.

Una vez que sus manos liberan su rostro, se dirigen a las suyas, es entonces que se da cuenta de un detalle que ha escapado a los ojos de mi receloso hermano. Observa a ambos con los ojos entrecerrados sin hacer comentario alguno, por lo menos verbalmente.

- ¡Diego! – Interrumpe un borrón al estrellarse contra mí.

-Pequeño Rodri, estás ya muy grande, será mejor que dejes de crecer o pronto me vas a alcanzar.

Saludo a mi pequeño hermanito al tiempo que le hago cosquillas en sus costados.

-Ven, quiero que conozcas a Omar, él es mi novio.

La sorpresa con la que Rodrigo recibe la noticia es escasa, comparada con la que se percibe en los rostros de los demás adultos.

-Hola, pequeño, mucho gusto en conocerte. -Omar, entre apenado y orgulloso baja a la altura del menor para saludarle.

-Hola. -Saluda tímidamente. Tras lo cual, el enano pierde el interés en la conversación y regresa a la televisión a continuar viendo uno de sus programas.

- ¿Por qué no me sorprende? - Con una sonora carcajada y fuerte palmeada en el hombro de Omar, Sergio corta el repentino silencio, que la noticia ha provocado.

Una vez superado el momento de tensión, nos volvemos relajar el resto de la noche. Eso hasta que Sergio redirige la conversación al tema por el cual nos hemos reunido.

La mano de Omar sobre la mía, ayuda en gran medida a que permanezca sereno el resto de la velada. Hasta que llega la hora de ir a descansar y él de despedirse.

Dormir resulta ser complicado, en comparación con el resto de la semana, esta noche la siento demasiado bochornosa, solo que al retirar una de las cobijas, el frío es abrumador. Luego está el hecho de que no es mi cama, sino la de Said, por lo que la siento extremadamente blanda. "Si tan solo Omar se hubiera quedado conmigo." Pienso en un suspiro.

Amanezco con la sensación de no haber descansado en absoluto. Rindiéndome ante el hecho de no poder permanecer acostado por más tiempo, me levanto para preparar el desayuno.

-Buenos días cariño. -Me saluda mamá nada más me ve bajando por las escaleras.

-Hola má. -La abrazo con cariño, realmente la necesito dándome su apoyo.

-Tranquilo corazón, Sergio y Omar no van a permitir que te pase nada.

El imaginarme a ambos, uno defendiéndome con la ley en su mano y el otro a puño limpio, hace que me sonría un poco.

- ¿Qué piensas de Omar? –Le pregunto

-Pienso que ambos merecen darse la oportunidad de ser felices.

Una suave caricia en el rostro y sus palabras, son suficientes para infundirme un poco de ánimos.

Omar se presenta antes de que sirvamos el desayuno, perfectamente peinado y perfumado, usando un traje a medida de tres piezas en color gris medio. -Luces increíble. -Trago saliva impresionado, al verlo parado en quicio de la puerta con su sonrisa ladeada que me encanta.

-Me gusta más tu look. -Responde, al darme un beso en los labios, y otro en la quijada, justo por debajo de la oreja.

Un par de segundos más tarde, reacciono. ¡Yo aún estoy en pijama!

Después del desayuno, del que casi no pruebo bocado, subo a bañarme y cambiarme rápidamente. Tengo tan pocas ganas de ir que, solo tenía pensado ponerme unos jeans, camisa y una chaqueta. Pero, al ver que mis dos acompañantes van tan pulcramente vestidos, termino por seguir la misma línea.

La camioneta de Omar es lo suficientemente amplia para ir todos medianamente cómodos. Enfrente, Sergio y mi novio al volante vienen intercambiando puntos de vista sobre qué es lo que podemos esperar. En el asiento de atrás, venimos Iván, mamá y yo. El pequeño Rodri, tiene toda la cajuela para estirar las piernas.

Estacionamos en la esquina del edificio del bufete. Mientras que Sergio, Omar y yo nos reunimos con el abogado, Iván llevará a mamá y a nuestro hermanito a dar una vuelta por la ciudad. Reuniéndonos una vez que el asunto haya quedado zanjado.

La mano de Omar, sujetando firmemente la mía, evita el que me ponga más nervioso. No me suelta ni cuando llegamos con la recepcionista para anunciar nuestra llegada a la cita.

-Escucha, no tenemos por qué quedarnos mucho tiempo, en cuanto te sientas mal o siquiera un poco incómodo, nos largamos de aquí. -Me dice en voz baja.

-Estoy de acuerdo. -Agrega Sergio. – Legalmente, no estamos obligados a quedarnos, ni escucharlos.

En cuanto la señorita cuelga el teléfono, nos conduce por un corredor hacia el salón de juntas.

Mientras avanzamos, no puedo evitar el observar aquel sitio. Luce elegante, y costoso, con el piso alfombrado en color camel y paredes tapizadas en duela. Pronto, dejamos atrás los cubículos y puertas de cristal para llegar frente a un par de pesadas puertas de roble, donde ya nos espera el abogado Macías con una enorme y ensayada sonrisa.

-Buenos días, es un placer verlos de nuevo, señor Sayas, Gallardo. Y usted debe ser el licenciado Esquível, un gusto conocerlo al fin, colega.

-El gusto es mío. Responde con cortesía y frialdad mi padrastro.

-Por favor, adelante. -Haciéndose a un lado y con el brazo extendido nos invita a entrar. - ¿Gustan un café, té, agua?

-Gracias, estamos bien. -Me sorprende lo calmada que se escucha mi voz.

La intimidación es una táctica común durante las negociaciones, esta puede hacerse patente en diferentes formas, el decorado es una de ellas. En la agencia, por ejemplo, nos gusta alardear del trabajo en equipo, lo creativos y formales que somos, utilizando tecnología de punta, colores, transparencias y líneas irregulares cuidadosamente equilibradas para no distraer de más los sentidos.

Aquí, por el contrario, los colores y líneas son rectas y sobrias. Como la sala de juntas en la que estamos. Ocupando gran parte del área central se encuentra una enorme mesa de nogal oscuro, junto con las sillas a su alrededor (de la misma madera en tapicería en piel marrón); miran sin excepción hacia la cabecera principal, coronada por un enorme sillón giratorio en cuero rojizo, vuelto hacia la enorme pantalla de 80" empotrada en la pared. Todo, con el propósito de decirte, "Aquí, yo soy el único que manda."

¡Cuánta soberbia!

Macías mueve la silla de la cabecera opuesta, ofreciéndome aquel sitio. Por un segundo pienso en rechazarlo y sentarme lo más cerca posible a quien quiera que sea nuestro anfitrión. Sin embargo, resultaría descortés de mi parte.

Sergio se acomoda en mi lado derecho, dejando a Omar permanecer a mi izquierda. A su vez, Macías se acerca a la cabecera para avisar que esta todo en orden, luego, toma asiento a su derecha.

Pausa dramática.

Definitivamente no se trata de Maximiliano, él no tendría la sangre fría para aguardar en silencio por tanto tiempo.

Solo el crujir del cuero nos advierte del movimiento proveniente del sillón principal.

-A tomado su tiempo, pero aquí estas, por fin, Diego Sayas... Alvarado. -Habla una voz masculina y grave desde el lado opuesto de la mesa.

Girando lentamente su asiento deja ver su rostro, aunque todavía no, la identidad de quien ha solicitado la audiencia.

A pesar de estar sentado, es evidente que es un hombre de alta estatura, complexión recia y mirada profunda. Su cabellera luce un peinado digno de una película de los años 50's, meticulosamente arreglado e imposiblemente negro (debe de usar tinte, ya que solo unas cuantas y perfectamente equilibradas canas se dejan ver en sus sienes). Un traje negro a rayas ejecutivas de tres piezas remata el conjunto.

Intimidante. Es la palabra que podría describir mejor a aquel tipo. Pero no es mi padre.

-Ciertamente usted sabe mi nombre, pero el suyo aún es misterio, sería tan amable de presentarse.

De dónde salieron las palabras, lo desconozco, pero han logrado que mi interlocutor rompa su compostura al (casi imperceptiblemente), levantar una ceja.

-Tienes razón, me he comportado como todo un, ¿cómo dijo que era? Gamberro, si mal no recuerdo. -Pregunta al abogado, respondiéndose así mismo, sin esperar que el otro reaccione. -Volviendo al punto. Mi nombre es Leonel Sayas, y soy tú tío.

Una revelación así vendría acompañada de un close up y música dramática; alguien, seguramente yo, se desmayaría por la impresión o mejor aún, me pondría en pie hecho una furia negando la veracidad de sus palabras. Claro, si se tratará de una de las novelas que ve Said, pero no lo es. En cambio, no hago nada, me mantengo impasible en espera de una ampliación a su declaración.

La persona que tengo frente a mí, se mantiene firme, solo entrecierra los ojos de forma paulatina. Quizá, él esperaba otro tipo de reacción por mi parte.

-Veo que no te sorprende. -Dice por fin.

-No mucho. -acepto. - Lo que me intriga es, ¿cuál es su motivación para presentarse ahora? No hemos sido lo que ese dice, una familia cercana, después de todo.

-No, es verdad, no lo somos. Pero las circunstancias requieren que lo seamos.

- ¿Cuáles son esas circunstancias? Nosotros hemos venido de buena fé, sin embargo, no tenemos en claro sus intenciones. -Interviene por primera vez Sergio en la charla.

-Como el señor Macías ya les habrá adelantado, se trata de mi hermano Maximiliano, está pasando por una etapa muy difícil y requiere de nuestro apoyo.

-Puff. -Resopla indignado Omar.

- ¿Qué es lo que requiere? Dinero, es evidente que usted podría ayudarle con ello mejor que yo. ¿Apoyo emocional o cariño? Mejor ni hablemos. -Tanto rodeo comienza a molestarme.

-El apoyo moral es importante, y ciertamente le beneficiaría contar con su cariño.

Ante sus palabras, apenas si puedo contener una risa incrédula.

-Podría por favor ser claro, no hemos venido para resolver un misterio de Agatha Christi. -Retoma el punto Sergio.

-Tu padre está muy enfermo. –Sentencia por fin.

- ¿Entonces de eso se trata? Quiere que Diego vaya y le perdone. -Omar no es capaz de ocultar su molestia, aun así, logra controlarse lo suficiente para solo dejarlo en palabras mordaces.

-Lo sé. –Les interrumpo. – Cáncer, aunque, si no mal entiendo ya está en remisión.

-Sí, aunque lamentablemente, hubo consecuencias. Ahora mismo se encuentra ingresado en el hospital, esperando por un trasplante.

Macías me había adelantado algo ello, omitiendo el punto del trasplante, así pues, este nuevo dato nos toma por sorpresa.

-Entiendo, aunque sigo sin comprender qué carajo pinto yo.

Un silencio incómodo, junto con un cruce de miradas entre cliente y abogado, resultan ser bastante elocuentes.

-Ejem! -Carraspea el abogado discretamente.

-Como ya dije. -Continúa el hombre mayor. -Espera de un donante, la familia, nosotros nos hemos hecho estudios y no somos del todo compatibles. Esperaba que tú.

- ¿¡QUÉ!? -Exclaman Sergio y Omar a la vez.

-Se lo debes, como hijo debes mostrarle respeto y compasión.

Incluso su abogado se da cuenta de la desafortunada elección de palabras.

-Respeto, compasión, cariño, deber. -Todos parecen enmudecer en cuanto hablo y me pongo de pie. - ¿Te refieres al respeto que mostró al verdadero cariño que le yo le tenía, y no correspondió cuándo más lo necesitaba, al enterarse de que soy gay? O quizá te refieras a la compasión que tuvo para conmigo al recluirme en un internado, donde de día era sobajado, torturado, drogado; mientras que por las noches debía de cuidarme de los demás internos, por el temor de que en su estado pudieran hacerme daño. Dime tú. ¿Qué es lo que yo le debo a ese hombre?

Aceptar venir fue una estupidez, me dirijo hacia la puerta seguido de cerca por Omar.

-Me parece que la reunión ha terminado. -Sentencia Sergio al recoger sus cosas.

-Le debes todo, tu vida y, por lo que entiendo, también el haber encontrado a tu pareja. -Sentencia el mayor con voz autoritaria, al levantarse de su sillón.

Esto último hace que me detenga en seco. Leonel aprovecha para rodear la mesa y acercarse a mí.

- Por favor, escúchame.

Volteo de nuevo hacia él, esta vez me es imposible mirarle a los ojos, los cuales me recuerdan a los de papá cuando de niño me cuidaba mientras estaba enfermo. Asiento con la cabeza.

-Podrían por favor dejarnos solos, necesitamos hablar. -Solicita, con educación y autoridad.

Su abogado obedece en el acto, con pasos apresurados abre y sostiene la puerta del salón, aguardando a que salgan también mis acompañantes. Ninguno de los dos da muestras de avanzar.

-Estaré bien, pá, no te preocupes. -Sergio asiente, y sale.

-Yo me quedo. -Sentencia Omar.

Intercambiamos miradas. En silencio, le hago entender que necesito hacerlo solo.

-Por esta vez, tú ganas. -Termina cediendo. A lo que le recompenso con un casto beso en los labios, provocando una sonrisa ladeada en su rostro, e incomodidad en el de mi interlocutor. –Estaré aquí afuera por si me necesitas, tú solo háblame y no me importa tirar la puerta de ser necesario, yo vengo por ti.

Su declaración consigue arrancarme una sonrisa. –Ok, te llamaré si necesito apoyo.

Tras un intercambio de miradas cómplices de parte nuestra, y una de cautela hacia el hermano de mi padre, Omar desaparece al cerrarse las puertas.

-No creo que haya la necesidad de semejante muestra de barbarie. Además, la habitación es insonorizada, dudo mucho que pueda escucharnos desde el exterior.

-Igualmente, mi novio sabrá si es requerido o no. –Sonrío para mí, pues sé que es verdad y de darse el caso, bueno, él se las arreglará para entrar.

Continue Reading

You'll Also Like

399K 28.3K 35
"Si las miradas matasen, Harry sería el mayor asesino en serie de la historia" Nicholas Blake es un chico normal y bastante alegre, con una personal...
62.4K 1.9K 49
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
86.4K 6.7K 27
Deseaba ser un valiente policía desde pequeño, poder trabajar con los mejores hombres del mundo pero el destino me hizo una jugada y tuve que pasar 3...