El Misterioso Visitante. (Che...

By midhiel

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─Dame una buena razón para que me quede, Charles. ─Estoy encinta. Siglo XVIII, Escocia. La vida de Lord Xavie... More

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IX

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By midhiel

Dedicado a KiKaLoBe y un gran agradecimiento por su ayuda.

Una mención para @LuzAlvz.

IX

Después de hacerse el amor, los dos entraron a bañarse en el arroyo. En medio del aseo, comenzaron a salpicarse uno al otro y entre juegos y risas, terminaron fundiéndose en un nuevo abrazo y en un beso tan intenso como los anteriores. Se sentían dos niños disfrutando de una mañana soleada y fue el sol el que los invitó a regresar a yacer en el pastizal sobre sus sacos todavía extendidos. Antes se abrocharon los pantalones pero dejaron sus torsos desnudos. Erik se acostó boca arriba sobre la tela y extendió las piernas largas. Sus pies descalzos recibieron las cosquillas de la hierba. Ubicó una mano debajo de la nuca y con la otra empujó a Charles para que se acomodara a su lado. El Duque apoyó la cabeza sobre uno de los pectorales de su amante y cerró los ojos. Erik dejó los suyos entreabiertos para recibir de a ratos la luz solar y se dedicó a acariciarle el cabello castaño y a jugar con sus ondulaciones. De a poco, acompañados por el calor del mediodía y la tibieza de los cuerpos, fueron cayendo en un letargo. Erik se durmió, Charles quedó adormecido y en medio del sopor, captó la presencia de Logan. Abrió los ojos y se levantó de un brinco. Magneto despertó con el movimiento brusco.

─Vamos, me parece que nos pasamos con la hora ─ advirtió Charles, mientras se ponía de pie.

Erik se sentó con el soporte de los codos y lo miró interrogante.

El Duque se dio cuenta de que estaba actuando como un chiquillo capturado en alguna travesura y le lanzó la camisa, riendo.

─Logan nos está buscando ─ explicó, bajando la voz. Su amante se incorporó y se calzó la camisa rápido.

Charles lo imitó y se llevó el índice a los labios para indicarle que no hablara. Erik se sentó en una piedra para ponerse las botas sin hacer ruido.

El Duque tuvo que caminar un trecho para encontrar las suyas porque las había arrojado en diferentes sitios mientras se dirigía al arroyo. Enseguida oyeron el galope del caballo de Logan. Con las botas en una mano, el saco doblado en el otro brazo y el cabello mojado y revuelto, Charles salió a buscar a su amigo. Se cruzaron antes de que el canadiense se acercara al lugar. Al verlo salir de entre el follaje, Howlett desmontó. Si el lobo olfateó lo que había ocurrido entre su amigo y el huésped no pudo saberse porque Charles optó por no leerlo y Logan no preguntó.

─ ¡Charles! ─ su saludo sonó a amonestación y alivio ─. Es más de la una de la tarde y tu madre me envió a buscarte preocupada.

El Duque sintió culpa por haber inquietado a su madre innecesariamente.

─Lo siento, se nos pasó el tiempo con el día con tanto sol ─ trató de excusarse con el clima ─. Atamos los caballos por aquí cerca para disfrutar del arroyo.

─Se nota que al menos tú te metiste en él ─ observó Logan su pelo mojado y el saco y las botas que llevaba. Sin otro comentario más, subió a su caballo ─. Apúrate, que tengo hambre.

Charles lo miró confundido y esto lo hizo enfadar.

─ ¡Vamos, Charles! ¿Qué esperabas? Tu pobre madre estaba demasiado nerviosa para probar bocado y la mesa quedó servida desde el mediodía. También Peter se preocupó por su padre ─ y esto lo dijo con fastidio porque como padre no podía entender que Magneto hubiera olvidado al joven.

Charles se mordió el labio y pensó lo mal que Erik se sentiría al saber que había inquietado a su hijo. Dejó un momento solo a Logan para regresar a la orilla a buscar su corcel. Ya Erik había desatado a los animales y, arriba del asiento, lo esperaba para entregarle las riendas del suyo.

El Duque montó descalzo y apenas se vistió el saco y acomodó los pliegues. Ubicó las botas en la parte trasera de la montura y miró a su amante.

─ ¿Nos pasamos con el tiempo? ─ preguntó Erik con complicidad y sonrió.

Charles le devolvió la sonrisa y alzaron las riendas para ponerse en movimiento.

Logan los aguardaba suspicaz y ya preparado. Miró a Magneto a los ojos y sin saludarlo siquiera, dio media vuelta para emprender el galope hacia la casa. Le molestaba que Peter se hubiera preocupado por él. Era un joven que se estaba recuperando y no merecía sufrir problemas. Si no hubiera sido porque Sharon le suplicó que saliera a buscarlos, Howlett se habría quedado en la casa a consolarlo. No entendía por qué le molestaba tanto que el muchacho sufriera. Podía ser empatía, aunque todavía no lo definía completamente.

Erik quedó desconcertado con la reacción de Logan y Charles le hizo un gesto para que lo siguieran.

Media hora más tarde, se adentraron en la avenida de la mansión. Los mozos de cuadra los estaban esperando para llevar los animales a la caballeriza.

.................

Sharon estaba ansiosa pero como la dama que era, ocultó sus nervios y aunque no pudo comer bocado alguno porque la boca del estómago se le había cerrado, ordenó un poco de té y se encerró en su salón privado para esperar a Logan. Desde el ventanal advirtió los movimientos de la servidumbre cuando vieron que los jinetes se acercaban y pronto divisó a los tres cabalgando. Suspiró. No quería sacar conclusiones precipitadas pero que su hijo, tan responsable, se hubiera olvidado del paso del tiempo cuando estaba con su huésped no la consolaba. En la casa de los Xavier existía la costumbre centenaria de sentarse a la mesa cuando el reloj marcaba las doce para almorzar. Ya diez minutos de atraso sin aviso previo eran una falta que había que excusar, quince eran un desagravio y para ese tiempo Charles ni siquiera había aparecido. Consternada, Sharon le había pedido pasada media hora a Logan que saliera a buscarlos. Además les habían avisado que Peter estaba preguntando por su padre y Laura subió a acompañar al joven.

Lady Xavier se sentía angustiada por su hijo y por el muchacho porque le daba pena y valoraba el esfuerzo que estaba haciendo por superar su tragedia. Terminó de beber el té unos minutos antes de notar el movimiento y desde su salón vio que Charles y Erik regresaban sanos y salvos. Se alivió porque no les había pasado nada malo pero la alegría de su hijo, apenas disimulada con la sonrisa cuando desmontó para entregar su caballo, su vestimenta desarreglada y el hecho de que estuviera descalzo, la tensó. En Erik se notaban los pantalones mojadas y el pelo revuelto con los rizos llenos de hierbas. ¿Dónde habían estado? Dejó la taza sobre una mesita y salió a recibirlos. No iba a mostrarse severa pero quería que Charles notara su presencia.

Para cuando llegó a la puerta, los tres estaban entrando. Logan le asintió respetuoso, Erik la saludó correctamente y Charles se disculpó y le pidió si podían almorzar juntos. Una manera torpe de excusarse para un adulto.

Sharon hizo a un lado su enojo y aceptó. Logan se les unió con Laura, cuando bajó de estar con Peter, y esta fue una de las pocas veces que el almuerzo se sirvió en la casa dos horas después del mediodía.

.....................

Charles se dio cuenta de que su comportamiento no había sido el correcto y a partir de aquella mañana, tomó recaudos para que su relación con Erik no lo hiciera olvidar sus funciones y las reglas de la casa. Aunque Sharon no emitió sermón alguno, su hijo pudo notar en su mirada la amonestación y le dolía que el abismo siguiera existiendo entre ellos. Se dio cuenta de que su madre tenía razón y desde ese día eligió la tarde para que jugaran él y Erik al ajedrez, y la noche para amarse. El resto de la jornada la empleaba en encargarse de sus labores. Los dos amantes congeniaban de una manera increíble y más allá de la atracción sexual se daban cuenta de que tenían puntos en común. A pesar de su condición humilde, Magneto era un hombre instruido. Los dos mantenían largas pláticas filosóficas y discutían de temas de actualidad. Tenían puntos de vista enfrentados como el tema de la violencia que por nada del mundo Charles aceptaría, pero había muchos en los que estaban de acuerdo como la protección de los mutantes y la implicancia que tendrían en el futuro de la especie humana. Erik afirmaba que más adelante dominarían los estados, las colonias, el mundo entero; Charles pensaba que con sus poderes deberían prepararse para ayudar a los más débiles, veía a los mutantes como salvadores para la Humanidad mientras que Magneto los veía como los próximos dueños del planeta. Sostenían estas pláticas mientras se disputaban partidas, o bebían un poco de whisky en la antesala. Por las noches, otros asuntos los ocupaban, más trascendentes que el porvenir de su especie.

Para el Duque era reconfortante poder dialogar con alguien con total libertad y Erik sentía que a la tranquilidad de Westchester se le sumaba el poder compartir con otra persona sus opiniones. Discutían sin ponerse de acuerdo, pero tenían la libertad de poder exponer sus ideas y escuchar al otro aunque no pensaran del mismo modo. Entre los dos creció un clima de respeto y tolerancia que Magneto encontraba sorprendente y Charles agradable.

El encuentro en el pastizal fue el primero pero no el único y Erik visitaba a su amante a menudo en sus aposentos. Ya Peter se sentía mejor y había ganado independencia así que su padre esperaba a que se durmiera para colarse en la recámara del Duque. Se hacían el amor y Magneto regresaba antes del alba. A veces solían oír algún movimiento de algún servidor que se hubiera levantado antes pero eran cautelosos y nunca estuvieron en peligro de ser descubiertos. Charles intuía que Logan sospechaba lo que ocurría ente Erik y él, y le llamaba la atención que su madre no le hubiera pedido al canadiense que mantuviera una charla para disuadirlo. Sin embargo, comprendía que para Sharon tenía que ser motivo de vergüenza admitir lo que ocurría entre su hijo y el huésped, y ni aun con la confianza que le tenía a Howlett se animaría a exponer su miedo.

Sin que se dieran cuenta pasó un mes y ya los invitados llevaban dos viviendo en Westchester y eran parte de la casa. Peter comenzó a moverse libremente por la antesala y se sentía cada vez con más energía. Solía ponerse triste pero únicamente cuando estaba solo, cosa que no ocurría a menudo porque por las mañanas compartía las lecciones con Laura y por las tardes, después de cabalgar con su hija, Logan solía visitarlo con una baraja de naipes para entretenerlo. La primera vez que el muchacho bajó para conocer al señor Summers y comenzar sus lecciones, quedó fascinado con la estructura de la casa. Miraba en rededor, capturando cada detalle, y Logan lo acompañó tomándolo del brazo hasta la biblioteca. Peter se sentía seguro bajo su agarre y cuando bajaron los escalones uno por uno, cuidando dónde poner el pie, en un momento trastabilló más por la inseguridad que sentía que por un mal movimiento, y rápido Howlett lo sostuvo. Se miraron a los ojos y el joven le sonrió con sus hoyuelos y un suave: "gracias." Logan solo le asintió y siguió ayudándolo.

Al llegar a la biblioteca, ya Laura se encontraba sentada junto a la larga mesa con una hoja lista, el tintero y una pluma, y un ábaco para su clase de aritmética. Scott, un joven espigado, de cabellos castaños y anteojos oscuros, se acercó solemne y le pasó la mano a Peter.

─Bienvenido ─ lo recibió con toda formalidad. El jovencito le apretó la mano y le devolvió el gesto asintiendo.

Logan saludó al maestro y quiso acompañar a Peter hasta la mesa pero el muchacho quiso valerse por sus propios medios y caminó y se sentó solo. Miró de soslayo los libros apilados junto a él y suspiró porque se dio cuenta de que ahora vendrían lecciones más estrictas.

─Hasta más tarde, Peter ─ lo despidió Howlett, palmeándole el hombro. El joven sintió un escalofrío sin entender por qué ─. Buenas tardes, Summers.

─Buenas tardes, señor Howlett ─ respondió Scott y se sentó junto a sus alumnos para revisar sus tareas y explicarles los temas nuevos.

Logan cerró la puerta de la biblioteca a sus espaldas y enfiló hacia sus aposentos. Subió y al pisar el último escalón, soltó un suspiro. Sin entender la razón, recordó a su esposa. Lo hacía a menudo pero esta vez la imagen se le presentó de una forma demasiado vívida: la vio hermosa y joven como cuando la conoció como la pareja de Victor. Él se había enamorado al instante. Ella tardó un tiempo y a la desilusión por el maltrato de Creed, le siguió la fascinación que Logan, solidario y honrado, le provocó. Cuando intercambiaron votos frente al altar, ya el uno se desvivía por el otro.

Howlett pensaba que conocer a Kayla había sido lo mejor que le pasara en la vida. Ningún logro financiero o social lo colmaba como ella lo había hecho. Además le había dejado una hija. Su pérdida fue lo más doloroso que Logan había tenido que soportar y si no hubiera sido por Laura, tal vez habría atentado contra su vida. La había amado profundamente y ahora le llamaba la atención recordarla con tanta nitidez. Mientras caminaba hacia sus aposentos, retuvo la mirada hacia el final del pasillo donde se encontraban las habitaciones de Charles y de Erik y Peter. Pensó en el joven y el increíble progreso que había conseguido al bajar hasta la biblioteca. Era un muchacho valiente y Logan lo admiraba. También sonrió tontamente al recordar la sonrisa agradecida con sus hoyuelos que le entregó en los escalones. No supo por qué había asociado el recuerdo de Kayla con la sonrisa del muchacho. Confundido y sin ganas de darle vueltas al asunto, se retiró a su recámara.

Horas después bajó a buscar a su hija para comentar con Summers sobre sus estudios y acompañar a Peter a sus aposentos. Lo dejó en la antesala, donde Erik lo estaba esperando, saludó y se dispuso a marcharse.

─Aguarde, Howlett ─ lo detuvo Magneto.

Logan ya se estaba retirando pero giró para enfrentarlo.

─ ¿Sí?

─Quería agradecerle lo que está haciendo por Peter ─ confesó amistosamente.

─De nada ─ contestó el canadiense, escueto.

Erik entrecerró los ojos.

─Espero que un futuro pueda yo, sin ser su amigo, recibir un trato más cordial de su parte ─ observó con frialdad.

Logan dio un respingo y alzó el mentón.

─Escuche, Erik ─ hizo hincapié en el nombre ─. Sé quién es usted y no se preocupe porque no soy un soplón que vaya a delatarlo ─ Magneto le clavó la mirada y aunque sus ojos destilaban enojo, se encontraba sosegado ─. Hago lo que hago por su hijo solamente, porque lo estimo y me conmovió esa noche. Admiro la entereza y valentía que tiene para salir adelante; yo que sufrí, usted que también sufrió, entendemos lo que cuesta luchar día a día para vivir con el tormento de la pérdida de un ser amado ─ Erik asintió ─. Recién le dije "de nada" porque es lo que corresponde a su agradecimiento, pero en el futuro no espero ser amigo de usted y el trato distante que tenemos es el que considero adecuado.

Más allá de su enfado, Erik admiró su honestidad. Sin nada que agregar, le cerró la puerta.

Howlett se arregló la solapa del saco y enfiló hacia las escaleras. Antes de llegar, volteó hacia la puerta cerrada y pensó que Magneto era un buen padre a pesar de sus acciones con respecto a su causa; podría decirse que los dos compartían la pérdida de sus esposas amadas y la crianza de hijos huérfanos. Sin embargo, Logan no quería tener nada en común con él. A sus ojos, a pesar de los comentarios de Charles, seguía siendo un asesino y eso no cambiaría.

.....................................................

Por cortesía, Sharon le propuso a su hijo que invitara a los huéspedes a cenar con ellos. Charles eligió una velada en la que Hank iba a estar presente. El médico llegó por la tarde para examinar el progreso de Peter y como no era conveniente viajar de noche si no mediaba una urgencia, pernoctaría en Westchester y compartirían todos juntos la cena.

El examen del médico que le práctico el aborto, el hecho de que hubiesen pasado ya dos meses, y el recordar que de haber seguido encinta ya estaría entrando en el último mes, hizo que Peter se deprimiera. Después de la visita de Hank, este se retiró a platicar con Charles y con Erik abajo y el joven quedó solo en la antesala. No pudo resistirse y lloró. Era difícil mantenerse firme cuando con solo observarse el vientre plano o encontrar algo que lo asociara a su hijo, tenía lo suficiente para desatar su tristeza. Se restregó los ojos pero no podía dejar de llorar y lo peor era el vacío que le ahogaba el pecho. Logan le había explicado que el dolor no se le iría nunca sino que tendría que aprender a convivir con él. Peter se preguntaba si algún día conseguiría hacerlo. Se frotó tanto los párpados que la manga de la camisa se le mojó. Entre sollozos, se sentó junto a la chimenea apagada y miró las cenizas que habían quedado de la fogata de la noche anterior. Pensó que la vida de su bebé había sido como ese fuego: ardió por seis meses para apagarse. Peter trataba de no deprimirse pero de a ratos le resultaba difícil mantenerse de pie.

─ ¿Estás ahí adentro, Peter?

Era la voz de Logan del otro lado de la puerta. Había regresado de acompañar a su hija a cabalgar y quería pasar un tiempo jugando a los naipes con el joven.

El muchacho no le respondió pero su audición privilegiada le permitió percibir sus sollozos y la respiración ahogada por el llanto. Sin muchas vueltas, abrió de un portazo.

─ ¡Peter! ¡Mocoso! ─ se afligió y corrió a su lado.

El joven siguió llorando, ahora cubriéndose el rostro. Logan le apoyó las manos sobre los hombros sin saber si abrazarlo o no, pero Peter le apretó la cintura y sepultó la cara contra su pecho. Howlett le masajeó la espalda.

─ ¿Cuándo aprenderé a convivir con el dolor? ─ reclamó el muchacho desesperado.

Logan suspiró porque no tenía la respuesta. Peter continuó llorando.

─ ¡Lo único que quiero es recuperar a mi hijo! ─ gimió el joven. Tal era su desconsuelo que admitió murmurando ─. Tuvieron que haberme dejado morir con él.

El canadiense casi dio un respingo. El conocía ese deseo de muerte, producto de la angustia más oscura, recordaba que de no haber contado con Laura, se hubiese quitado la vida cuando perdió a Kayla. Era la sensación de desesperación más profunda, que pocos la habían padecido y él podía entenderla y sentirla a través del dolor del muchacho. Era la apología de la impotencia suprema, cuando ya la pérdida era tan grande que ni la vida merecía vivirse. Le acarició la cabeza y lloró con él.

A través de su llanto, Peter captó su empatía y la conexión que tenían los dos lo consoló. Era diferente al lazo con su padre, ni más intenso ni menos profundo, solo se trataba de un enlace distinto. El joven había tenido pocos amigos con la vida errante que había llevado junto a Magneto. Cuando quedó fascinado con el joven Warren, confundió el encantamiento con amor y se entregó a él. Warren nunca lo había amado, solo se había sentido atraído porque Peter era mutante como él, y ambos eran jóvenes y la pasión los llamaba.

Logan se fue calmando de a poco.

─Dime, Peter ─ habló con la voz pastosa ─. El otro padre de tu hijo, ¿sabía de su existencia?

─No ─ contestó después de un largo silencio ─. Nos separamos antes de que yo lo supiera y no quería que se enterara tampoco, era un estúpido ─ a esto último, lo soltó con bronca.

Logan lo apretó contra él y le masajeó la espalda. Ahora comprendía que el muchacho a su temprana edad había soportado dos desilusiones: primero la de su amante y después la de su hijo.

─El mundo está lleno de estúpidos ─ comentó ─. Tengo un hermano que se gana el premio.

─Warren era un idiota ─ recordó Peter, enojado, y con la cara contra el pecho del lobo. Sin darse cuenta, el recuerdo del bebé pasó a un segundo plano ─. Se creía un dios de esos que salen en las ilustraciones de estatuas desnudas en los libros.

─ ¿Un dios griego?

─Eso mismo ─ replicó el joven y ya no lloraba así que deshizo el abrazo. Se pasó el brazo por la nariz y miró a Logan. Tenía en los ojos vidriosos un brillo de cólera que hacía que se viera adorable ─. Era apuesto, sí, y tenía una mutación por la que le salían alas. ¿Sabes cómo se hacía llamar por eso?

─No ─ respondió Logan y le costó disimular la sonrisa. El muchacho ahora se le hacía tierno.

─Arcángel porque decía que era aún más importante que un ángel ─ protestó, indignado ─. ¿Puedes creerlo, Logan? Y yo, el tonto, aceptaba llamarlo así.

─Es comprensible si estabas enamorado.

Peter se encogió de hombros con un puchero, y se frotó los ojos para limpiarse las últimas lágrimas.

─ ¡Era un estúpido! ¡Mi hijo no se lo merecía! Me enamoré de un estúpido, eso me fastidia. Era guapo pero hueco. ¡Igual que esas estatuas griegas, Logan! lindo pero hueco. ¡Más que arcángel parecía tonel de vino insípido!

Logan rio y lo abrazó de cuenta nueva. Peter quedó confundido.

─ ¿Sabes que eres divertido, mocoso? ¿Cómo consigues hacer reír a la gente en un momento triste?

El joven suspiró.

─Aprendí a divertirme así porque pasé por cosas muy tristes.

Howlett sintió un vacío en el corazón. Cierto, con sus escasos diecinueve, Peter había tenido que atravesar momentos tortuosos.

─Por eso eres una persona especial, chiquillo ─ aseveró ─. Te admiro por eso.

─ ¿Tú me admiras? ─ preguntó Peter maravillado.

─Así es ─ Logan deshizo el abrazo ─. Te admiro como a pocas personas. ¿Ahora te gustaría bajar a algún salón de la casa mientras esperamos la cena?

─ ¿Te quedarías conmigo?

─ ¡Claro! ─ exclamó el canadiense y sacó la baraja de naipes del bolsillo ─. Podríamos jugar en alguna sala que no conozcas todavía para que sea más divertido, al menos, verías cosas nuevas.

Peter asintió.

Logan se puso de pie y quiso ayudarlo a hacer lo mismo pero el muchacho se negó. Con esfuerzo, se levantó por sus propios medios y solo aceptó que Logan le abriera la puerta. Salieron los dos juntos y bajaron juntos las escaleras también. En ningún momento Peter intentó buscar soporte en el lobo y fue un gran progreso llegar solo hasta uno de los salones, sentarse en un sillón y esperar a que Howlett se ubicara en otro enfrentado para empezar a entregar las cartas.

─A este paso podré salir a cabalgar pronto ─ observó el muchacho, orgulloso de lo que había conseguido.

─Y yo te acompañaré cuando lo hagas ─ prometió Logan, admirado una vez más por su resiliencia.

..................

Creed caminaba, balanceando su cuerpo torpemente por los pasillos estrechos de un vecindario populoso de Edimburgo. Podía oír las carcajadas de algunos por su aspecto encorvado, o las exclamaciones por la suciedad y dejadez de su ropa. Se quitó de la cara los mechones del cabello rubio descuidado para leer la dirección en el dintel y la que tenía escrita en el trozo de papel, que estrujaba entre los dedos. Era la misma así que tocó la campana. Se frotó la cara mientras esperaba y cuando vio que no le abrirían, cansado y con poca paciencia, lo hizo con una patada estruendosa. Entró, furioso, y se cruzó en el pasillo con un militar joven, que no dudó en sacar su pistola.

─No, coronel, por favor ─ se oyó la voz calmada y un hombre pequeño y vestido elegantemente salió de una de las habitaciones del largo corredor ─. Estaba esperando a este hombre.

El militar, que no era otro que William Stryker, bajó el arma pero no la guardó. Estudió a Creed con recelo.

El hombre pequeño se acercó al recién llegado y le extendió la mano. Victor dudó si aceptarle el saludo o no, hasta que finalmente se la estrechó con fuerza.

─Soy el doctor Trask ─ se presentó el desconocido ─. Usted debe ser Creed.

Victor asintió y la voz le salió como rugido.

─Usted dijo que me ayudaría.

─Sí, caballero ─ contestó el científico ─. Lo ayudaré financieramente si usted me proporciona lo que me prometió.

Creed observó a Stryker con suspicacia. El coronel mantuvo la mirada vigilante.

Trask carraspeó para romper el hielo.

─ ¡Pero si ya son pasadas las cinco! ─ quiso cambiar de tema ─. No quiero que se lleve a las colonias una mala impresión de la hospitalidad británica, señor Creed ─ le hizo un gesto para que lo acompañara ─. Le ofreceré té y scones. Este lugar es mi laboratorio pero tengo salones donde podremos distendernos y platicar de negocios, ¿le parece? Pero antes, puede darse un baño, tengo ropa limpia y elegante para usted. Cuando esté listo, cerraremos el trato.

Creed tenía hambre así que no estaba en condiciones de rechazar la oferta de una comida, tampoco se sentía a gusto con su ropa sucia y su aspecto deplorable. Caminaron los dos por el pasillo y cuando pasaron junto a Stryker, Trask le hizo una seña al militar para que lo acompañara pero se mantuviera atento.

.........................

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que les haya gustado el capítulo y gracias por apoyar esta historia.

Midhiel  

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