𝗧𝗡𝗲 π—Ώπ—²π—³π—Ήπ—²π—°π˜π—Άπ—Όπ—» οΏ½...

By jeaark

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𝗧𝗡𝗲 π—Ώπ—²π—³π—Ήπ—²π—°π˜π—Άπ—Όπ—» 𝗼𝗳 π—½π—²π˜π—²π—Ώ ━todo el que conozca a los Hale, con solo la darle una corta mira... More

━ACTO UNO
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━ACTO DOS
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ACTO TRES.
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O49.

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By jeaark


— Tracy. —la llame alargando la última letra. — ¿No crees que ya es hora de que Theo vuelva... —no termine al quedarme boquiabierta por el escenario frente a mi.

El cuerpo de Tracy reposaba interné en el suelo, sin algún signo que demostrara que siguiera con vida. Era exactamente lo mismo que con Josh, solo que esta vez había una diferencia. Hayden.

La pelinegra se encontraba apoyada en los últimos escalones, una mano cubría una parte de su abdomen ensangrentado. Soltaba algunos jadeos a causa del dolor.

Por si fuera poco, a menos de tres metros, un sujeto miraba a mi amiga con una sonrisa socarrona. El ver sus garras con rastros de sangre me daba a entender que el era el culpable.

Culpable de la pérdida de sangre de Hayden.

— ¡¿Que mierda te sucede?!. —vocifere al tipo, bajando rápidamente los escalones para seguido hincarme aún lado de la pelinegra. Esta me lanzo una mirada llena de miedo a la vez que negaba con la cabeza.

— Mackenzie. —escuche mi nombre salir por los labios de aquel sujeto desconocido.

— ¿Tu quien rayos eres?. —pregunte desconcertada pero sin bajar la guardia. El hombre no respondió, solo mantuvo aquella sonrisa, inhale lentamente llevándome conmigo el aroma de hombre lobo mezclado con el de cierto moreno. Mason.

— Sebastien. ¿O prefieres te llame Bestia?. —mi comentario causó que el tipo alargara más su sonrisa, un poco más y lo compararía con el guason.

Dirigí mi mirada de nuevo hacia el estómago de Hayden, sabía que de alguna forma yo no podía ayudarla, no si él la dañó pero podía disminuirle el dolor. Lleve mi mano a su herida sin presionar tanto.

— Debes ir a la veterinaria. —informe en un susurro.

— Tu. —Sebastien me señaló con los ojos cerrados, pareciera que olfateara algo. — Tienes una mezcla.  Mujer lobo y a lo que es el tal Parrish. —soltó una risa haciéndome fruncir el ceño.

En ningún momento retire mi mano del estómago de Hayden, ella debía tener fuerzas para llegar con Deaton, este iba a curarla, tenia que hacerlo.

— Experimentaron contigo. —concluyó después de observar el lugar. — ¿No estás avergonzada de que ya no seas un lobo?.

— ¿Quien dijo que no lo era?. —lo mire alzando una ceja. — Solo me dieron otras habilidades, mi parte lobo no me lo tocaron. Aun puedo transformé.

Un sonido distrajo a Sebastien, lo reconocía, era de las luces de Argent. En cuanto la bestia se giró dándonos la espalda hice una seña a Hayden para que se marchara, la pelinegra un poco dudativa acató mis órdenes sin emitir algún sonido.

— Eso. ¿Que es?. —cuestionó volteando hacia mi dirección, al no ver ningún rastro de Hayden hizo brillar sus ojos. Estos eran muy parecidos al azul eléctrico. — ¿Donde está la chica?.

— Déjala ir. —hable con tono agrio al mismo tiempo que me ponía de pie. — No llegará muy lejos, le hiciste mucho daño. Por lo menos deja que muera fuera de este lugar. —señale alrededor.

Claramente era mentira, Hayden tenia la posibilidad de salvarse.

Sebastien me miró unos segundos más para después quitar el color celeste de sus ojos, dio unas pasos alargando su mano, me tomó del cuello de la chaqueta.

— Tu me llevarás allí. —señaló la entrada del túnel. Solté un suspiro, no estaba en mis planes ir y encontrarme con Alexandra pero al parecer el mundo estaba en mi contra.

Pasaron unos cuantos minutos, caminábamos en silencio lo único que se escuchaba era el goteo del agua, nuestros pasos y las luces de Argent.

— ¿Algo de deba saber?. —inquirió sin soltar el agarre de mi chaqueta.

— Las luces son de Argent. —musité en un tono bajo. — Si está Argent, lo más seguro es que estará acompañado de unos lobos e imitaciones de banshee. —me encogí de hombros.

— ¿Que tipos de lobos?. —

— Unos muy estupidos. —rode los ojos. — Por como eres tendrás ventaja. Ellos no se han atrevido a matar, no tienen el instinto asesino.

— ¿Dicen ser lobos?.

| ••• |

— Maldicion. —murmure al observar el cómo Argent no se quitaba del medio del pasillo. Corrí hasta el empujándolo en un espacio que había en el túnel, quise irme pero el sonido de un arma en mi nuca me lo impidió.

— ¿Quien eres y por que estas aquí?. —preguntó una voz desconocida.

— ¿Yo por que tendría que responderte eso?. —ante mi respuesta quito el seguro del arma.

— Da media vuelta. —ordenó, solté un gruñido iluminando mis ojos. Lentamente me giré, estando frente a frente con un anciano. — Descendiente de Peter Hale, eh. —habló después de analizarme la rostro.

— El anciano moribundo de los Argent, eh. —comente de igual forma ganándome una mala mirada del canoso.

— Idéntica a tu padre. —murmuró. — Lastima que su linaje hasta aquí llegó. —antes que pudiera apretar el gatillo con facilidad le arrebate el arma.

Alce una ceja. ¿Seguro que antes era un cazador?.

— Aun que me mates habrá más Hale, tengo una hermana. —confesé con una sonrisa sarcástica. — Y todos ellos irán detrás de ti y de tu amada hijita.

— Basta. —pidió Argent estabilizando su respiración. — Debemos buscar a la bestia. —propuso después que se tornó un silencio, sin los sonidos de lucha.

— Lo haré por mi cuenta. —me aleje de ese lugar llevándome conmigo el arma del anciano.

| ••• |

Comenzaba a arrepentirme. No debí de haberme negado ante la propuesta de Argent, si no lo hubiera hecho, no estaría perdida como ahora. Incluso había perdido las veces en que pase por este mismo túnel.

Respire hondo, debía concentrarme en mis sentidos. Agudice mi oído a la vez que cerraba mis ojos pero el goteo de agua era lo único que se escuchaba.

¿Acaso ya habían terminado con la bestia y se marcharon?.

Abri de nuevo los ojos al detectar una respiración pesada a unos metros, camine al final del pasillo y doblando a la izquierda visualicé un cuerpo al final del pasillo. El ver que no se trataba de Theo me hizo soltar un suspiro alivió.

El cuerpo era de Deucalion, tenía una herida de bala en el torso y sangre desprendía de ella.

Me acerque a pasos cautelosos, el antes Alpha alzó su cabeza ante mis pasos. Plantó una sonrisa irónica en su rostro.

— ¿Habrás tenido la mala suerte de toparte con los Argent, no?. —indague con tono burlón, retire mi mirada de su herida para verlo a los ojos. — Puedes dejar de fingir sobre tu ceguera.

— Le dije a Scott que interferías en nuestros planes, eres demasiado astuta. —cambió el color de sus ojos a unos azules con tonos verdosos.

— Me siento halagada. —me lleve una mano al pecho. — ¿Te sirvió de algo esa "alianza"?. Digo, estas aquí en la soledad moribundo... —hice una mueca. — Y por como veo, nuestro querido Alpha verdadero no se preocupó en dejarte en estas condiciones.

Deucalion soltó una risa sarcástica.

— Si tengo una hija... —cambio de tema ignorando lo antes dicho. — ¿Crees que sea igualita a mi o tengo que pedirle consejos a Peter?. —rodé los ojos. — Ya ves, con eso de que el ya está más familiarizado con el tema.

— ¿Donde está Theo?. —cuestione de forma directa. Deucalion hizo un gesto de confusión.

— ¿Quien es Theo?.

— Haz funcionar la única neurona cuerda que tienes y respóndeme.

— ¿Tendría que decírtelo... —fue interrumpido por un grito. Un grito lleno de terror, que provino de la dirección contraria de donde me encontraba. El hombre frente a mi soltó un suspiro junto a una sonrisa. — Allí está tu respuesta, anda pequeña Hale ve a por tu amado. —canturreó.

Retrocedí varios pasos pero antes de darme vuelta, saqué el arma del bolsillo de mi chaqueta y le dispare en el hombro. Deucalion soltó un gemido de dolor llevándose una mano a su hombro para cubrir su nueva herida.

— Tu mismo dijiste soy igual a mi padre, y mi padre nunca deja a alguien atrás sin causarle algún mal. —dicho eso, di media vuelta con dirección aquel grito.

Grito que aun no cesaba y que había rápidamente había reconocido. Aumente el paso sin desviarme del sonido, doble en varios pasillos hasta que frente a mi quedó una escena que me dejó atónita.

Theo pedía ayuda con la mayoría de su cuerpo dentro de un hoyo en el suelo. Frente a el estaba toda la manada de Scott inclusive Corey, ninguno parecía tener intenciones de hacer algo.

— ...Scott!, ¡Ayúdame!. —al dar un paso, el castaño no aguanto más y cayó por completo en el hoyo que medio segundo después se fue reconstruyendo por si solo.

Sentí un nudo formarse en mi garganta junto a mis ojos picar, eso pasaba cuando quería llorar, justo como en este momento. Pestañeé varias veces intentando que las lágrimas no salieran.

— Mackenzie. —con el llamado de Liam, la manada por fin notó mi presencia, todas sus miradas estaban sobre mi.

— ...ustedes recuperaron a alguien mientras que yo acabo de perder a la única persona que no me abandono. —musité en un tono bajo. — Te mereces todos mis respetos Kira. —me dirigí a la asiática con frialdad, esta me miró algo arrepentida.

— Te equivocas. —la rubio fresa llamó mi atención, su voz se escuchaba entre cortada y rasposa. Y no solo era por aquella venda que cubría su cuello. — Alcanzó a herir a Lexi.

Scott se aparto a un lado dejando al descubierto a una pelinaranja gimiendo de dolor por la herida de unas garras. Esa herida se veía muy grande y profunda, no tenía que divagar tanto como para saber que se la había hecho Theo.

— ¿Debo preocuparme?.

— ¿Que?. —escandalizó la chica. — ¿No harás algo?.

— ¿Terminar lo que Theo no pudo?.

Por mi respuesta, Lydia me miró molesta y lo entendía...o trataba de hacerlo, ella pensaba que Alexandra era de su familia.

— ¿No sientes ni un poquito de lástima al verla así?. —solté una pequeña risa, sintiendo un lágrima bajar por mi mejilla la cual limpie rápidamente.

— Creo que no tienes derecho a ser tú quien me reclame algo así. O dime. —trague saliva aun sintiendo un nudo en mi garganta. — ¿No sentiste un poquito de lastima al ver a Theo caer en el hoyo a pesar de sus gritos de ayuda?. —recite casi las mismas palabras.

Lydia se quedó en silencio al mismo tiempo que esquivaba mi mirada.

— Les propongo algo. —anuncie dando un aplauso, de nuevo acapare la mirada de todos. — Dejare que le hagan unas preguntas y se despidan de nuestra querida "Lexi". Cuando terminen haré lo que mi novio no alcanzo a hacer.

Presencie como soltaron exclamaciones de asombro y horror. Liam junto a Mason se removieron incómodos en sus lugares. Mientras que Alexandra negaba rápidamente con la cabeza, miró a Scott con pánico, quería que la ayudara.

— ¿Y que te hace pensar que aceptaremos?. —cuestionó el Alpaha a la defensiva.

— Acepten o no, la imitación de Lydia morirá hoy. —contraataque. — Pero respondiendo a tu pregunta, después de que se enteren de la verdad no sentirán más que pena por ella. Créanme, yo tarde una semana en reflexionarlo y aceptarlo.

La pelinaranja me miró con angustia y asombro, no  esperaba que la descubriera.

— ¿De que hablas?. —inquirió Lydia frunciendo el ceño. — ¿De que habla, Lexi?. —se dirigió a su familiar.

— M-macke...zie...no. —rogó con dificultad.

— ¿No quieres que se enteren el por que tú no podías salvar a Masón?. —solté con burla, volviendo mi mirada a la manada. — ¿No los deja acercarse para ver la herida, cierto?. —Corey fue el único que me respondió asintiendo. — Es por que en lugar de sangre verán mercurio, ella es una quimera.

— Mientes. —murmuró la rubio fresa. — Nuestras abuelas eran banshee, Lexi no es ninguna quimera.

La pelinaranja tragó saliva al mismo tiempo que intentaba ponerse de pie para huir, pero su intento fue un fallo total al estar herida.

— ¿Puedes mostrarnos, Lexa?. Para comprobar que Mackenzie... —Scott me miró brevemente. Aquella simple mirada me decía que dudaba de Alexandra desde hace ya un tiempo. — ...está equivocada.

— Yo nunca estoy equivocada. —canturree cruzando mis brazos sobre mi pecho. — Y sabes que esta no es la excepción. —susurre en un tono inaudible.

— Primero-o...prométanme...que no dejarán que ella me mate. Ni nadie. —rogó entre jadeos.

— Pero me harás desperdiciar esto. —con una mueca en mi rostro, del interior de mi chaqueta saque una jeringa. Su contenido parecía la sustancia que los doctores le inyectaban a los de condición terminal.

Los integrantes de la manada intercambiaron miradas, incluyendo Corey. Para después todos posar sus miradas en Scott, el Alpha.

— Lo prometemos. —acordó. Mordí el interior de mi mejilla con molestia. — Muéstranos.

Alexandra lentamente fue retirando sus manos de la herida dejando a la vista un líquido plateado. Exclamaciones llenas de sorpresa me hicieron rodar los ojos.

La familiar de la pelinaraja, tenía una expresión llena de asombro, sus manos tapaban su boca, estaba más que claro que no se lo esperaba.

— P-pero...nuestras abuelas... —tartamudeó sin saber que decir.

— Tu abuela tenia una hermana, esa hermana un hijo pero... —hice una pausa dándole un toque dramático. — ...ese hijo nunca tuvo primogénitos por ser estéril. Alexandra a estado amenazando a tus tíos todo este tiempo.

— ¿Como es una quimera?. —cuestionó Liam. Lo mire obvia, sus mejillas tomaron un tono rojo.

— Alexandra es huérfana, los doctores experimentaron con ella cuando era niña, fue uno de los primeros experimentos, pero es un fallo. Cuando se enteró de lo que harían con ella... —jugué con la jeringa entre mis manos. — ...escapó. Se que ella estuvo en un orfanato, también se que para su gran suerte, los ancestros de la pareja que la adoptó eran banshee, tal como la habilidad que los doctores de le dieron. Dos años después, nos conocimos en un internado, confié tanto en ella que le conté mi secreto pero ella de alguna forma ya lo sabía, nuestro encuentro de hace años fue planeado. —la mire con una mueca. — No te sientas muy victoriosa, los doctores siempre estuvieron al tanto sobre dónde te encontrabas pero al ser su primera quimera, dejaron que vivieras por un cierto tiempo.

— ¿Solo es eso?. —por la pregunta de Masón solté una pequeña risa.

— Hace un año, cuando supo que volvería con mi familia a Beacon Hills, no tardo en seguirme. Al parecer planeada reunirse con Derek para que la mordiera, ya que sus habilidades de Banshee no funcionaban muy bien como la de una Banshee original. Lastimosamente se encontró con la notica de que Derek ya no era Alpha pero conoció a nuestro querido Alpha verdadero. —señale a Scott fingiendo una sonrisa. — Se ganó la confianza de todos, mas cuando se hizo pasar por un familiar de Lydia, ella hizo todo por que quería tu mordida. Y creo que tomo el camino fácil para seguir teniendo la confianza en ustedes; hablaba mal de mi, les decía que no me incluyeran en los planes por qué era hija de Peter y era un lobo inestable. ¿O me equivoco?.

Los presentes rápidamente esquivaron mi mirada haciéndome soltar una sonrisa. Por muy mal que me sintiera por lo de Theo no les dejare que me vean en un estado muy vulnerable.

Gracias a él, había adquirido el hábito ocultar mis emociones como detrás un muro, por muy raro que suene, es así, solo dejo el sarcasmo, risas burlonas u seriedad a la vista. La única vez que no funciono, fue el día que leímos el libro en casa de Scott y el día que las chicas me atacaron.

— Unos días antes de mi muerte, los doctores la enfrentaron, iban a eliminar al fallo pero esa imbecil les propuso un sujeto de prueba, un lobo de verdad a cambio de su vida. —la mire fijamente. —Los doctores aceptaron ya que exactamente buscaban a un ser sobrenatural. Y bueno, gracias a mi Hayden tiene la habilidad de hombre lobo. Por culpa de Lexa soy una quimera. —masculle entre dientes.

— ¿Por eso te pusiste nerviosa cuando nos reencontramos a Kenzie?. —soltó en duda Masón, tenia su vista en Alexandra. — Te asusto ver que regreso como quimera y no muerta.

Desde su lugar, la chica tragó saliva pesadamente para después dirigir su mirada a Lydia, su supuesta prima.

— Lyd, no es cierto. Puedes hablarlo con mis padres en cuanto los veas pero ayúdame a salir de aquí. Me estoy desangrando.

La verdadera Banshee se inmutó ante aquellas palabras, miró detenidamente a Alexandra con el entrecejo fruncido. Empezaba a dudar.

— McCall puede meterse en sus recuerdos. —sugerí mirando diferentes partes del techo.

— Hazlo. —pidió al Alpha después de unos cuantos segundos. — Se lo que digo, si miras sus recuerdos estaremos seguros sobre quien creer. —me miró de reojo.

McCall nos lanzó una mirada a todos, incluyéndome, para seguido acercarse a paso lento con Alexandra, quien trató de alejarse arrastrándose en el suelo. Sus acciones eran muy evidentes sobre la verdad.

El Alpha una vez hincado al lado de la pelinaranja, saco sus garras y las encajó en la parte trasera de su cuello, ignorando las súplicas de la chica.

Saque la carpeta que guardaba todo este tiempo entre mi espalda y pantalón, había sido incomodo llevarla por mucho tiempo. Di unos cuantos pasos tendiéndole la carpeta a la Banshee quien dejó de ver a Scott para mirarme frunciendo el ceño.

— Es el archivo de tu Lexi, lo encontré entre las cosas de los doctores. —dudosa la chica tomó la carpeta de mis manos para abrirla e inspeccionarla.

Retrocedí hasta mi lugar volviendo a cruzar por encima de donde Theo minutos atrás había desaparecido, tenia claro que no estaba muerto. La manada de Scott no era capaz de quitarle la vida a alguien. Tenia que ideármelas para sacarlo.

— ¿Por que no lo sacaste antes de eso?. —la asiática señaló a sus espaldas. Donde McCall y la imitación se encontraban.

— Porque alguien debía aclarar todas las dudas.

— ¿En serio la matarás?. —cuestionó Liam cambiando de tema. — Es tu mejor amiga.

— Era. —corregí. — Y no la matare. —mi respuesta los sorprendió, incluyendo a Lydia quien había levantado su mirada de las hojas que conformaban la carpeta. — Solo quería asustarla.

— ¿Y que es eso?. —Corey señaló la jeringa con temor en su voz.

Levante el objeto hasta la altura de mi nariz mirando el contenido detenidamente.

— La verdad no tengo ni idea. —me encogí de hombros. — Pero esto no la matará.

— ¿Le inyectaras eso sin saber lo que es?. Podría ser la sangre de lobo u algo así, podrías darle más habilidades.

— Theo fue quien me lo dio para que se lo inyectara. —respondí a la asiática con tono indiferente. — Dudo que me lo haya dado sabiendo que me hará daño. Aunque se sorprendan, el si se preocupaba por mi. —mordí levemente mi labio. — Todo lo que les conté de Alexandra, lo investigó el.

Se tornó un gran silencio, a excepción del sonido de las hojas moverse que tenia Lydia, ella seguía leyendo el archivo que su "prima".

Pasamos cerca de una hora sumidos en aquel silencio, hasta que escuchamos a Scott separarse de la pelinaraja en busca de aire. Kira se apresuró a acercarse y posar una mano en la espalda de su novio tratando de reconfortarlo.

— Es cierto. —susurró tragando saliva.

— ¿Que?.

— Todo es cierto, incluso llegó a reunirse con Kate. —mire estupefacta a McCall, esa parte no me la esperaba. — Mackenzie dice la verdad.

— Es cierto. —Lydia miro a su antes "prima" con decepción en su mirada. Paso la carpeta a los chicos para que la examinaran.

— Como dije antes. Yo nunca me equivocó. —sonreí da lado, acercándome a Alexandra empuñando firme la gran jeringa en mi mano. La chica lanzó una mirada llena de miedo. — Buenas noches, Lexa. —susurre antes de inyectar el contenido en su cuello.













[Fin del segundo acto]

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