ALEX
Ojalá jamás hubiera despertado aquel día, ojalá papá nunca hubiera salido de esa manera, ojalá Glenn nunca lo hubiera seguido. Ojalá nunca hubiera existido ese día.
Me desperté y salí con cuidado de no hacer ruido, sería muy incomodo si Carl se despertaba, me vestí, me voltee observándolo, se veía tranquilo, su pecho subía y bajaba lentamente, no como anoche. Salí de la casa con una sonrisa en mi rostro que duró poco, me dolía bastante el cuerpo y me sentía diferente.
—¿Pero que mierda?.—dijo viendo a papá saliendo en su motocicleta sin más y Glenn, Rosita y Michonne subieron a la camioneta siguiéndolo—¡¿A dónde van?!.—antes de salir llegó Rick y me tomó de los hombros, me miró, dándome a entender que no había nada que hacer.
Papá se sentía culpable por la muerte de Denisse por eso había salido así y los demás salieron intentando detenerlo, parecía que no lo conocían.
—Alex.—me dijo Rick extendiéndome una carta.
—¿Que es esto?.—le pregunté desdoblándola.
Conforme iba leyendo se iban acumulando lágrimas en mis ojos que no permití salir, no podía creerlo, se había ido, nos había abandonado sin justificación aparente, me abandono. Carol se fue.
Primero lo de mi padre y ahora ella. Volteé hacia Rick.
—No entiendo porque lo hizo...
—No me importa porque lo hizo.—lo corté, parecía sorprendido por mis palabras—Tomó su decisión—estaba dolida, me sentía traicionada.
—Morgan fue a buscarla.—me fui de ahí dándole la carta a Rick de nuevo, que se vayan a la mierda todos.
Estaba en la estantería, buscando que comer, desde ayer por la tarde que no comía nada.
—Alex.—llegó Maggie.
—Maggie.—le dije sin dejar de buscar mis alimentos.
—¿Tienes algo que hacer?.—me preguntó.
—Me toca hacer guardia, ¿necesitas algo?.
—Yo cortaba el cabello de papá, pero últimamente ya no, de hecho nadie quiere un corte, me ofrecí a cortárselo a Carl pero se negó rotundamente, luego le pregunté a Rick pero me dijo que no, bueno quizá era porque Jessie era estilista y eso, ¿no crees?. Que bueno que tu quieres un corte, sabes creo que no le he preguntado a Glenn, le dire...
—Alex.—me interrumpió.
—¿Si?
—¿Estas bien?—su pregunta me puso nerviosa. ¿Y si todos notaban lo que había pasado con Carl?
—Si te refieres a lo de Carol, ella tomó su decisión, nos abandonó.—hice énfasis en la última parte—Si te refieres a lo de mi padre, estoy acostumbrada.—ella me miraba triste—Sabes que odio que me tengan lás...
—Lo sé, pero si quieres hablarlo aquí estaré.
—Oh...si claro, gracias Maggie.—seguí cortando su cabello.
—Hay algo que quiero contarte.
—Si, dime.
—Estoy embarazada.—me dijo con una sonrisa en su bello rostro y yo detuve lo que estaba haciendo.
—¡Dios, Maggie!. Eso...es genial. Estoy feliz por ti.—realmente lo estaba, una buena noticia entre tanta mierda.
—Gracias, Alex.—me dijo feliz. Unos minutos después terminé con mi trabajo.
—Listo.—le dije y le pase un espejo. Ella se observó pero su expresión era seria—¿Lo corté mucho?. El cabello crece.—trate de enmendar mi error—Además seguro que Glenn te seguirá viendo atractiva...
—No es eso.—dijo ella—Aaah.—soltó un gritó e intentó levantarse pero cayó al suelo.
—¡Maggie!.—me agaché.
—Es el bebé.
—Iré por ayuda.—salí de la casa corriendo en busca de ayuda.
—¡RICK!.
—¿Que pasa, Alex?.
—Es Maggie, le pasa algo.—le dije preocupada.
—No irás.
—No está a discusión, Carl.—dije mientras tomaba mis armas.
—Viste lo que le hicieron a Carol y a Maggie. Lo que casi le hacen a Daryl, Eugene, Abraham, Rosita. No permitiré que te pase lo mismo.
—¡Exactamente por eso!. Se trata de mi padre, ¡está allá afuera y no se si ellos les hicieron algo!. Pero lo más importante ahora es Maggie.
—¡No irás!.
—Muévete.—pero no me hacía caso—¡Hazte a un lado!.—lo empuje pero era más fuerte que yo.
—¡Escúchame!.—me gritó—No podría...no quiero que te pase nada.—tomo mi rostro entre sus manos.
—¿Y que se supone que haga yo si te pasa algo a ti?.—le dije con la voz quebrada, viéndolo fijamente—¿Cómo vivo con eso?.—besó mi cabeza y salimos con nuestras cosas.
—Estamos listos.—anunció mini Grimes a su padre.
—Bien, adentro.
Íbamos Abraham, Sasha, Eugene, Aaron, Maggie, Rick, Carl y yo. Maggie se veía realmente mal, la llevaríamos con el doctor de Hilltop, pero sabíamos que los salvadores estarían esperándonos, por eso tantas precauciones.
Íbamos por la carretera cuando el camión se detuvo de pronto, Rick se acercó para ver qué pasaba, él y Abraham se dirigieron unas miradas y luego todos bajamos.
—Él es alguien que esta con muchos otros y no obedeció.—habló el tipo, que parecía ser el líder ahí.
Tenían a un hombre en el suelo, parecía que lo habían torturado.
—Podemos hacer un trato. Aquí y ahora.—gritó Rick con todos nosotros armados detrás de él.
—Si, podemos. Denos todas sus cosas, después probablemente tengamos que matar a uno de ustedes, así es esto. Pero después podemos comenzar a hacer negocios. Lo único que deben hacer es obedecer.
—Si...—conocía ese tono de Rick—Ese trato no nos interesa. Yo iba a pedirles todas sus cosas, pero no iba a matar a ninguno de ustedes. A ninguno más de ustedes.—recalcó la última parte, 10 puntos para Grimes mayor.
—Perdón, mi trato es el único. No negociamos.
—Mi gente y yo nos iremos.—habló nuestro líder y todos caminamos hacia la camioneta.
—De acuerdo, amigo. Hay muchos caminos.
—¿Quieres que hoy sea tu último día en la Tierra?.—le dijo Rick antes de subir.
—No, pero piénsalo. ¿Y si es el tuyo?. ¿O para alguien que amas?. Trata bien a los que vienen en esa camioneta. Como tú dijiste, como si fuera el último día en la Tierra.—pateo al hombre y luego le disparó.
—Ustedes también.
Estaba viendo a Carl, era tan guapo. Carajo.
—¿Por qué no te quedaste a defender Alexandria?.—le preguntó a Aarón.
—Porque estoy en deuda con ella.—se refería a Maggie—¿Por que viniste tú?.—le preguntó.
—Porque estoy en deuda con ellos.
Era cierto, de alguna u otra forma siempre estaría en deuda con mi grupo y con Aarón, quien había sabido ganarse su lugar.
—Carajo.—dijo Abraham deteniendo el camión de nuevo.
Mierda, ellos otra vez.
—Nos esperan, están listos. Son como 16.—dijo Rick analizando la situación—Los atacaremos cuando nos convenga. Retrocede despacio.—le dijo a el pelirrojo, empezaron a disparar y nosotros nos fuimos por otro camino.
Rick, Abraham y Sasha discutían que hacer, yo solo escuchaba atenta. Nos pusimos de pie al ver la cadena de caminantes que había enfrente de nosotros.
—Quédate en el volante, por si acaso.—le dijo Rick a Abraham.
Bajamos vigilando que no hubiera nadie.
—Se necesitan muchas personas para hacer esto.—dijo el pelirrojo, creí que se quedaría dentro.
Después de unos instantes Rick dijo que los matáramos.
—Rick.—dije yo titubeando—Eso es de mi padre y eso de Michonne.—había rastas y flechas en los caminantes. Los salvadores los tenían.
Rick empuñó su hacha contra el cadaver pero nos comenzaron a disparar.
—¡ADENTRO TODOS!.—gritó, pero empezamos a dispararles a los atacantes hasta que Rick pudo desarmar la cadena. Todos subimos y nos marchamos por tercera vez.
Rick estaba comenzando a entrar en crisis, como solía hacerlo cuando la situación se le iba de las manos.
—Nos disparaban a los pies. Está todo planeado, quieren detenernos.—habló astutamente nuestro líder.
Hablaban de los otros caminos que podían tomar, yo fui a ver a Maggie por lo mientras.
—Está ardiendo.—les dije preocupada y continuamos nuestro camino sin más remedio.
—Rick.—le dijo el pelirrojo.
Había como 20 hombros formados de una manera muy extraña bloqueando el paso.
—Regresa.
—¿A dónde?.—habló Abraham, se nos estaban acabando los caminos.
—Hey.—tomé la mano de Maggie quien estaba sudando.
—¿Ya casi llegamos?.—dijo débil.
—Si, nos estamos acercando.
—¿Hubo...disparos?.
—Si.—le dije—Fueron los salvadores, pero se fueron. Vas a estar bien, el bebé estará bien, todo saldrá bien—le dije convenciéndome más a mi que a ella.
—Lo sé.—me dijo. Carajo, estaba mintiéndole—Confió en ustedes.—apreté su mano y me sentí terrible.
Bajamos de nuevo, ahora había troncos.
—Esto no solo significa que tienen cientos de hombres, si no máquinas y un arsenal de cosas más.—dijo Eugene.
—Eso solo significa que estamos hasta las orejas en un mar de mierda.—siempre me habían parecido graciosas las metáforas de Abraham pero ahora no era el momento, un día se lo diría.
Un ruido nos sobresalto y del puente colgaba un hombre que intentaba safarse.
—Puedo dispararle a la cadena.—sugirió Aarón.
—No serviría.—dijo el pelirrojo.
—Inténtalo.—le pidió Eugene.
—No servirá.—dio la última palabra Rick.
—Necesitamos balas.—le dije a Aarón y él bajo el arma. Vimos cómo moría aquel sujeto con una equis marcada en su ropa.
De repente los troncos prendieron fuego.
—¿Estas tratando bien a tu gente?. ¿Cómo si fuera el último día en la Tierra?.—se escuchó del otro lado—Váyanse. Vayan a donde tengan que ir, porque esto no tardará en arder—lo dijo con gracia en su voz.
—Vámonos.—dijo Rick, pero nadie se movió—Vámonos.—volvió a decirlo, con un tono más autoritario y todos obedecimos.
—¿Cuál es el plan?.
—Ella necesita un doctor.—les dije.
—Sea a donde sea, ellos nos esperan.
—No necesariamente a nosotros.—habló Eugene con su típico robótico tono de voz—Esperan a este pedazo oxidado, puede que estén adelante o atrás de nosotros, pero no saben lo qué hay dentro. Pronto anochecerá.—y todos entendimos su plan.
—Gracias.—dijo Maggie mientras la bajaban del camión.
Eugene se quedaría y manejaría por otro lado y los haría creer que todos seguíamos ahí, mientras nosotros nos desviábamos por el bosque para llevar a Maggie a Hilltop.
—Yo iré a atrás.—les avisé. Ellos asintieron, así yo cuidaría sus espaldas, Carl iría adelante, y los demás cargando a Maggie—Hey.—llame a Eugene antes de irme—Lo lograrás.
Íbamos por el bosque matando a uno que otro caminante cuando unos silbidos que hacían que la piel se pusiera de gallina comenzaron a sonar.
—¡Vamos!. ¡Vamos!.—habló Rick y todos corrimos. No sé en qué momento los perdí pero de repente vi unas luces, iba hacia allá pero los caminantes me empezaron a rodear y lo único que pude hacer fue subir a un árbol y empezar a armar un plan para salvarlos.