¿Me das fuego? // ALBALIA

By mariaAlonso93

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- El amor, que es una mierda. - Soy la presidenta de ese club. - Y yo socia honorífica. ¿Qué pasa cuando dos... More

¿Me das fuego?
Me ha dado like a una foto
¿Salimos de aquí?
Que parece que está loca
¿Te gusta jugar a escondite?
¿Eso quiere decir que va a haber una próxima vez?
¿Quieres desayunar?
Esto era lo que quería decirte
Me gustas mucho Alba
Háblame de tu familia
¿Sabes de qué tengo ganas?
¿Medio loca sólo?
Yo también estoy acojonada Albi
Does it matter anyway?
El último bar
Alba, es Twitter, no puedo borrar nada
¿Qué quieres que diga?
¡NATALIA LACUNZA ESTÁ ENAMORADA!
Sube esa foto y te quedas sin follar 3 meses
19 horas útiles
¡SORPRESA!
¿Qué haces aquí Alicia?
Estás temblando
Ventanas de avión
No siempre será así
¿Me estás amenazando?
¿Confías en mi?
Me queda muy bien cantarte
PUES CLARO QUE TIENE MIEDO
Quería decirte el motivo
Que le den al desayuno
¿Dónde te llevo?
Estás en deuda conmigo
¿Y tú con quién has venido?
Te iba a llamar
¿Y si huimos juntas?
Aquí te espero
¿Te lo tengo que explicar?
Hola mamá
¿A la altura de qué, Alba Reche?
Pocos Albi, me parecen pocos
EPÍLOGO: Bonjour mon amour

Entonces, ¿me quieres?

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By mariaAlonso93

Los días en Maldivas les estaban viniendo fenomenal a las dos. Estaban disfrutando del mar, los paseos sin prisa, el anonimato... y sobre todo, de estar juntas. No tenían que preocuparse del trabajo ni de nadie que estuviera a su al rededor. Apenas cogían el móvil y cuando lo cogían solía ser para hacer alguna foto. Aunque Alba también tenía que contestar las preguntas constantes de Julia que le enviaba junto con cientos de emoticonos felices, corazones, estrellas y besos. Había que quererla como era.

- ¿Qué vamos a hacer después de comer? - preguntó Alba dando un sorbo a su vaso y mirando a Natalia que estaba guapísima con unas gafas de sol de color negro.

- Pues, ¿no hay un sitio al que te mueres de ganas de ir? - preguntó y Alba sonrió al instante.

- ¿Vamos hoy?

- Vamos hoy - asintió Natalia sonriendo por la expresión de emoción que puso Alba.

- ¡Ay qué ganas tengo Nat! - empezó a dar saltitos.

- Ya lo veo ya - dijo riéndose - a las seis menos cuarto nos llevan en barquito, vemos el atardecer, cenamos en la playa haciendo un picnic y luego podemos quedarnos el tiempo que queramos allí.

- No eres consciente de la ilusión que me hace esto, en serio.

- Un poquito si lo soy, solo hay que verte la cara - sonrió Natalia al mirarla de nuevo.

- No se cómo darte las gracias por traerme aquí.

- Disfrutando - le acarició la mano.

- No vas a pagar tú todo esto eh, que lo sepas.

- Alba, si ya está pagado.

- ¿Qué? Pues me dices cuánto ha sido. Yo pago la mitad.

- Que no, que esto ha sido idea mía, te he arrastrado hasta aquí porque me ha dado la gana, no vas a pagar nada.

- Natalia, que si, que no es justo - se quejó - Encima de que me traes aquí porque me he vuelto loca... - dijo agachando la mirada.

- Oye - acercó su silla a la de Alba y la abrazó por el hombro - no te he traído porque te hayas vuelto loca - imitó su tono de voz loca ya estabas de antes - Alba chistó riéndose - NOS he traído aquí porque me apetecía desaparecer contigo, y no vas a pagar nada porque no me da la gana a mi.

- Pues no voy a ver el mar de estrellas - se cruzó de brazos como una niña pequeña y Natalia la miró levantando las cejas - bueno vale si voy a ir pero déjame pagar por favor.

- Albi, que no, que esto es cosa mía. Tómatelo como un regalo de cumpleaños atrasado - Natalia volvió a su sitio y Alba la miraba con el ceño fruncido no muy convencida de los arguentos de la cantante.

Aún así, Alba se subía unas horas después en un barquito con Natalia que las llevaría a la isla de Vaahdoo. El guía les estaba explicando por qué brillaba de esa forma la playa. El motivo no era otro que la bioluminiscencia. En ese proceso, algunos seres vivos crean luz con su cuerpo, como las luciérnagas o las medusas. En este caso el responsable de esa iluminación es el fitoplacton, que genera esa luz azulada cuando su cuerpo entra en contacto con el oxígeno. ¿Alucinante no? Eso pensaba Alba mientras escuchaba la historia que les contaba el guía sobre esa playa. Les dijo que les iba a llevar a una zona menos conocida de la isla para que pudieran disfrutarlo más a gusto, sin tanta gente. Y así fue, llegaron a una playa y se bajaron de la barca aún dentro del agua. Había algunas parejas, pero no eran más de 10 personas sueltas por la zona. Aún no había anochecido así que colocaron una manta en la arena, sacaron algo de comida y disfrutaron del atardecer mientras cenaban esperando que la noche llegara cuanto antes para poder ver el espectáculo luminiscente.

Cuando por fin se hizo de noche, empezaron a ver como las aguas se iluminaban de un color azul en algunas zonas, se acercaron a la orilla y al meter los pies, parecía que se les hubieran cubierto de purpurina. Alba se agachó y cogió agua con las dos manos levantándose y alucinando por la luz que desprendían sus manos, incluso cuando cayó todo el agua, le seguían brillando.

- ¡Nat que pasada! - dijo abrazándose a ella.

- ¿Nos bañamos?

- Si por favor - se metieron corriendo en el agua y Alba no podía parar de reírse, ver como a su paso se iluminaba el mar le alucinaba.

Natalia miraba el agua si, pero miraba mucho más a Alba, juraría que nunca la había visto tan feliz. Ser testigo de aquella felicidad le hizo sentirse completamente llena. Salpicaban constantemente para que brillara aún más y nadaban para ver cómo se generaba esa luz que parecía tan mágica.

- Dios estoy alucinando - dijo Alba pasando su mano por la superficie - es que es increíble.

- Estoy de acuerdo, es una pasada - asintió Natalia y se abrazó a la espalda de Alba - ¿estás contenta no? - le preguntó sonriente y Alba se giró quedando frente a ella.

- Estoy mucho más que contenta, te lo aseguro. Es que... - miró a su al rededor unos segundos - no se ni qué decir Nat.

Pasaron un rato más entre juegos, salpicaduras y risas disfrutando de aquel espectáculo de luces. No les apetecía moverse de allí en toda la noche. Alba miró por un momento a Natalia, dando vueltas sobre si misma y con una mano sobre el agua, creando así un círculo de luz a su al rededor y no pudo evitar sonreír. ¿A quién quería engañar? Aquello hacía mucho que había pasado la linea del "me gustas", lo que sentía al estar con Natalia ya no tenía nada que ver con ese sentimiento algo infantil y sutil del principio.

- Nat - la llamó y la cantante paró en seco mareándose un poco - cuidadoooo - la cogió la mano.

- Ya está - se rió - ¿qué pasa?

- Cuando te pregunten... ya sabes, por mi - Natalia puso un gesto más serio y asintió, ya no estaban jugando a hacer luces sobre el agua.

- Si.

- ¿Por qué no dices la verdad?

- ¿Quieres que diga la verdad? - preguntó agrrándole más fuerte la mano.

- Si - hizo una pausa - bueno, si tú quieres claro, si no no pasa nada. 

- Una pregunta que me surge... ¿cuál es la verdad, Alba Reche?

- No lo se, dímelo tú, es tu verdad - Natalia asintió soltando una risa y se mordió el labio.

- No te irás a asustar si te digo la verdad ¿no? - Alba negó con la cabeza sonriendo - ¿segura? - asintió - ¿segurísima?

- ¡Nat! - le dio con las dos manos en el pecho riéndose y Natalia acogió su espalda entre sus brazos para acercarla más a ella.

- Me he enamorado de ti Alba Reche.

Alba sintió que toda aquella playa se iluminaba de golpe, sin necesidad de fitoplacton que entrara en contacto con el oxígeno. Solo con lo que Natalia acababa de decirle y la sonrisa que se dibujó en su cara. 

- Yo también me he enamorado de ti Natalia.

Natalia sonrió y se acercó a ella para darle un beso mientras Alba conducía lentamente sus manos a la nuca de la cantante. Si, estaban enamoradas, de eso quedaban pocas dudas. Lo realmente maravilloso de aquel momento era que habían sido capaces de decirlo, sin miedo a sentir dolor, sin pensar en lo que vendrá después. Solo existían ellas y ese momento. Era inútil negar lo evidente, no podían seguir pensando que por no decirlo, iba a ser menos real. Se querían, y eso no iba a desaparecer porque lo negaran ante sus amigos o ante la prensa. Era la verdad.

Volvieron después de unas horas al hotel y se pasaron la noche abrazadas, no se soltaron, podemos decir que les daba miedo, para variar. Estaban a gusto juntas y se sentían seguras estando en los brazos de la otra. Así que, por si acaso, decidieron no soltarse. Cuando amanecieron el pecho de Alba estaba pegado a la espalda de Natalia y sus piernas enredadas. Eran las mismas que la noche anterior, estaban en el mismo sitio, sentían lo mismo... no había cambiado nada, pero a la vez había camibiado todo.

Remoloneando sobre el colchón de aquella villa acabaron la una frente a la otra.

- Albi - dijo Natalia husmeando en su cuello. 

- Mmh - mmh.

- Sabes que si digo eso... - Alba la miró entonces - habrá un poquito de locura, ¿no?

- Lo se - sonrió Alba - me da un poquito de miedo, no te engaño, pero no quiero oírte decir que no hay nadie especial en tu vida, y no quiero tener que decirlo yo tampoco - Natalia asintió - quiero poder hacer lo que queramos sin preocuparnos de si nos van a ver o lo que sea...no quiero tener que escondernos.

- Osea que tú lo que quieres es poder comerme la boca donde quieras sin miedo a que nos pillen - bromeó Natalia.

- Más o menos si - asintió Alba riéndose - es que... cuando dijiste eso en la otra entrevista... no me gustó. Y si te escuchara decir ahora que no hay nadie especial en tu vida te juro que sería capaz de matarte.

- También puedo no decir nada Albi - se acercó a ella - es una opción.

- Puedes decir lo que quieras, te juro que no me va a importar lo que hagas, mientras no me niegues.

- Eso sería imposible - dijo soneriente y Alba se sonrojó por enésima vez a causa de Natalia - entonces... ¿me quieres? - levantó las cejas haciendo que su preguntafuera todavía más importante. 

- Ay Nat - se escondió en su pecho.

- Venga, dímelo, que me hace ilu.

- Naaaaat - se quejó remoloneando.

- Albi porfa - negó sobre su pecho - porfa, porfa - insistió - si me lo dices tú te lo digo yo también - Alba levantó la cabeza y la miró antes de suspirar y rendirse.

- Eres tonta - dijo señalándola y Natalia asintió esperando lo que venía después - y te quieeeeero - dijo rodando los ojos y Natalia se mordió el labio antes de acercarla a ella y besarla.

- Yo también te quiero - dijo sobre sus labios - y nos han sobrado unas cuantas preguntas.

- Ni lo sueñes, pienso utilizarlas. Y déjate ya de romanticismos, pesada, intensa - se quejó levantándose de la cama - vamos a disfrutar de nuestro último día aquí - alargó su mano y Natalia la agarró para tirar de ella y dejarla caer sobre su cuerpo.

- Hay muchas formas de disfrutar de nuestro último día aquí - Alba la miró mordiéndose el labio.

- Eres muy mala - se acercó a ella y mordió su labio inferior.

- ¿No me digas? - Alba asintió rozando su nariz con la suya - vaya, igual tienes que castigarme - la mirada de Alba se tornó intensa.

- ¿Te va que te castiguen? A ver, no digo nada, solo que no te pega - empezó a decir bromeando y Natalia le dio la vuelta quedando sobre ella -  ¿ves como me hacen falta las preguntas? 

- ¿Y qué me pega vamos a ver? - dijo provocándola al pasar su lengua desde el ombligo hasta el tatuaje del corazón roto, donde dejó un beso, haciendo que a Alba se le nublara la vista.

- ¿Qué me habías preguntado? - dijo Alba cuando Natalia llegó a sus labios.

- ¿Dejamos las pregutnas para otro momento mejor? - cogió sus muñecas y las colocó por encima de su cabeza sujetándolas con sus manos de forma brusca.

- Uff... me parece bien - asintió la rubia moviendo la cadera para encontrar un contacto que en aquel momento necesitaba con urgencia.

- Aunque igual... podemos hacer algo - le besó un párpado - para que esto - le besó el otro - sea más intenso - besó su boca entonces.

- ¿Más intenso? Si estoy al borde del infarto... ¿quieres matarme? - Natalia sonrió sobre su boca.

- A orgasmos - susurró sobre su oreja dejando besos furtivos en el cuello.

- Joder... - Alba se removió bajo el cuerpo de la cantante, la necesitaba urgentemente.

- ¿Qué decías sobre disfrutar nuestro último día aquí?

- Ya está bien - se quejó Alba y se dio la vuelta tumbando a Natalia sobre el colchón y sentándose a horcajadas sobre ella - no se juega con mis calentones Natalia - dijo lamiendo dos de sus dedos y llevándolos a su propia entrepierna. Natalia miró la escena y no podía creérselo. Alba estaba sentada practicamente sobre su entrepierna y se estaba acariciando a si misma mientras la miraba a los ojos y se mordía un labio.

- No pares Alba - le dijo sin dejar de mirarla a los ojos y notando roces en su propio centro provenientes del autoplacer que se estaba dando Alba a si misma. Al final la que iba a morir de un infarto iba a ser ella. La rubia empezó a gemir algo más fuerte y a mover su mano con más velocidad mirando siempre a Natalia.

- Nat - dijo entre suspiros - házmelo tú - le pidió y Natalia no tardó ni dos segundos en cogerla de la cintura y dejarla caer sobre la cama para ponerse sobre su cuerpo y llevar directamente dos dedos a su entrada, para embestirla arrancándole un gemido. Metió un tercer dedo y empezó a acariciar también su clítoris en círculos. La embestidas cada vez eran más rápidas y a Alba empezaba a costartle respirar. Natalia notó las contracciones de sus paredes y como le costaba mover sus dedos en su interior así que dejó solo dos y empezó a embestirla a toda velocidad sin previo aviso. Provocando un grito en Alba que debió despertar a toda la isla.

- Te quiero Alba - dijo sobre sus labios sin cesar sus movimientos y Alba acercó sus labios tirando de la cabeza de Natalia hacia ella para besarla con desesperación. Y allí, en su boca, ahogó el primer orgasmo que la morena le había prometido.

- Joder... - suspiró Alba rendida cuando notó de nuevo los dedos de Natalia juguetear con su clítoris - Nat, Nat, Nat... - dijo llevando su mano a la suya - por Dios dame un respiro.

- Hay que aprovechar el día rubia - la besó de forma suave y siguió sus movimiendos sobre el centro de Alba recibiendo un suspiro como respuesta. Agarró su mano para que la dejara seguir y la apretó cuando volvió a embestirla - ¿cuántos orgasmos crees que puedo arrancarte en una mañana...? - Alba solo gruñó mordiéndose el labio y Natalia sonrió ante su reacción. Si queréis os contesto yo. Cuatro. Esos fueron los orgasmos que la cantante le robó a Alba en apenas una hora de aquella mañana de su último día en las Maldivas. Después del cuarto, una mano impidió a Natalia continuar.

- Como te acerques ahí otra vez salgo huyendo - le dijo Alba casi temblando y sujetando su cara con una mano.

- ¿No quieres que siga Albi...? - le preguntó pícara.

- Si, pero dentro de unos días, por favor - suplicó - creo que de verdad he muerto - se dejó caer sobre la cama y Natalia se tumbó a su lado - lo siento Lacunza pero no me veo con fuerzas para darte lo que te mereces ahora mismo - Natalia se rió.

- No te precupes rubia, me doy por satisfecha solo con haber visto como te corrías - susurró en su oído.

- Cállate porque así no me voy a recuperar en un mes - se levantó de la cama - madre mía, creo que me tiemblan las piernas - dijo sujetándose las rodillas.

- Si quieres te llevo a la ducha en brazos - se ofreció la morena levantándose.

- Quieta ahí - la avisó Alba apuntándola con un dedo - no te me acerques - Natalia levantó las manos y se rió - y no te cueles en la ducha, espera tu turno.

- Eso haré - asintió sonriendo y Alba se metió en el baño mientras Natalia esperaba su turno pacientemente con una sonrisa de oreja a oreja dibujada en su rostro.

No era por estar en el paraíso, o por haber hecho disfrutar a Alba, o por las vistas que tenía en aquel momento. Esa sonrisa se debía exclusivamente a la ausencia de miedo. Tenía algo de nervios por lo que pasara a partir de ese momento, si, pero no miedo.

Pasearon todo el día por la isla dadas de la mano, mientras sus pies descalzos disfrutaban de las últimas horas sobre la arena. Al atardecer, Natalia se sentó en la playa, viendo como Alba se acercaba a la orilla y se movía de un lado al otro abriendo los brazos y riéndose. Su niña pequeña. Esa de las sonrisas ilusionantes, las risas descontroladas, las ganas imparables. Esa que era capaz de hacerla sonreír con solo mirarla. Alba empezó a salpicar agua dándole patadas y Natalia le hizo una sesión de fotos mientras las dos se reían.

- Eres una niña pequeñísima - dijo Natalia abriendo los brazos cuando Alba avanzó hacia ella hasta que se dejó caer en la arena dando la espalda a Natalia y apoyando su espalda sobre su pecho.

- Pero me quieres - dijo Alba sonriendo.

- Te quiero - le dio un beso en la mejilla y se quedaron un rato en esa postura disfrutando de ese atardecer.

Natalia sacó su móvil, y apoyando la cabeza en el hombro de Alba, lo desbloqueó para enseñarle las fotos que le había hecho.

- ¡Ay me encanta esa! - dijo emocionada.

- Estás muy mona.

- Bueno en realidad no se me ve ni la cara - se rió Alba - pero me gusta.

- Es muy bonita - dijo Natalia mirando al foto - te la paso y la subes-

- Súbela tú - Natalia la miró sorprendida de que le dijera aquello - ¿qué pasa?

- Yo encantada de subirte a Instagram rubia... - aclaró - pero...

- No importa Nat, en serio, no me importa. Se que tú vas a estar conmigo y que no va a pasar nada malo.

Natalia miró a Alba sonriendo porquela rubia confiara de esa forma en ella y tras unos segundos, sonrió y abrió Instagram, seleccionó la foto para subirla, puso de título un corazón y le besó el cuello a la más bajita.

- ¿La subo? - preguntó la cantante y Alba negó con la cabeza.

- No la vas a subir sin etiquetarme, palurda - dijo mientras toqueteaba la pantalla para hacerlo y después darle ella misma a compartir.

natalialacunza

natalialacunza 🖤

Bloqueó el móvil y abrazó con fuerza a Alba que agarró sus brazos sobre su abdomen. Si se lanzaban a la piscina, que fuera del todo.

- Te prometo que lo haré bien ¿vale?

- Lo se Nat, confío en ti.

Los primeros en reaccionar a aquella instantánea fueron los amigos de Alba y Natalia. Julia sonrió y le dio like comentando una carita con corazones revoloteando. María la vio y dijo "esta es mi chica" y le enseñó la foto a Sabela, ya que estaban juntas. Se sonrieron y brindaron con sus cervezas. Miki sonrió echando la cabeza hacia atrás y pensando "por fin". Y así uno detrás de otro. Los comentarios de los fans eran en su mayoría emoticonos y frases amorosas. Aplausos, corazones, estrellitas... parecían tan emocionados como ellas mismas por ver cómo Natalia compartía un trocito más de su vida con ellos.

Eso si, en Maldivas se encontraban lejos de todo aquello, aún no había llegado el momento de enfrentarse a la realidad. Cuando llegara, ya decidirían cómo reaccionar, pero de momento se habían propuesto dedicarse a ser felices. Se habían olvidado del pasado, lanzado a la piscina como les pedían sus amigos. Habían dejado lo de huir para otros y se estaba atreviendo a querer y dejarse querer. Puede que estuvieran a punto de enfrascarse en una locura y que se dejaran la cabeza por el camino, pero por primera vez en mucho tiempo, las dos estaban dispuestas a jugársela por la otra.



¿Cómo lleváis el nivel de ñoñería? Yo bien gracias🥺

Vale, ¿cómo os explico que me he enamorado aún más de Alba? Por el amor de Dios, qué pedazo de vídeo y EL DIRECTO DE ANOCHE NO TIENE PRECIO🥰🥰🥰

Ahora sí, parece que a las pencas les han sobrado algunas preguntas... y oye, que se han lanzado a la piscina pero del todo.

Eso si, en el próximo capítulo vuelven a Madrid, ¿qué creéis que va a pasar?

♥️💕♥️

30-29

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